viernes, 30 de noviembre de 2012

Monterroso, Denevi y el cadáver de El dinosaurio


Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso (Guatemala, 1921)

Este micro relato, publicado en 1959, considerado el cuento más corto del mundo, es la obra más conocida de su autor y ha sido analizada hasta el cansancio.
Dueño de una gran ironía y un talento especial para el absurdo y la parodia, Monterroso ha escrito, entre otros; cuentos extraordinarios como Mister Taylor y La exportación de cerebros; fábulas muy divertidas, como El mono que quiso ser escritor satírico y una deliciosa novela autobiográfica, Los buscadores de oro. Sin embargo las famosas siete palabras parecen querer imponerse al resto de la obra.

Los estudiosos dicen que el cuento tiene dos partes. La primera frase, de dos palabras, tiene un sujeto tácito (en realidad tiene un sujeto indefinido) y la segunda una estructura clásica donde el sujeto es el dinosaurio y el verbo está entre dos adverbios vagos (¿dónde queda allí?). 
A partir de ahí, unos deducen que es optimista y que habla de que la humanidad despierta; otros, que es pesimista y se refiere a la eterna presencia del PRI (Partido Revolucionario Institucional) en la política mexicana y así hasta el infinito.
Su principal virtud es la ambigüedad que el propio autor reforzó al declarar que "sus interpretaciones eran tan infinitas como el universo mismo".

Ahora bien, sin dejar reconocer el inmenso talento que implica ver que allí había un cuento y que el cambio del verbo del presente al pasado es impecable, La Pulpera quiere dejar constancia que la frase está (como frase núcleo) en Rosaura a las diez de Marco Denevi, publicada en 1955, es decir tres años antes. En efecto, en la página 206, parte III Conversación con el asesino se lee:
Cuando desperté el cadáver ya estaba allí.
(Editorial Kraft, 3ª Edición, Buenos Aires, 1956)

De modo que podemos agregar una variación más a las tantas que se han escrito:
Cuando la publicó, la frase ya estaba allí.

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lunes, 26 de noviembre de 2012

"Denevi" y "Blaisten" - Final


Continuación.

Siempre he pensado que cada persona elige su abogado a imagen y semejanza, que los ladrones eligen profesionales tan marginales como ellos, que los famosos eligen abogados mediáticos y así todo el mundo. Pero en este caso, confieso que me equivoqué. He imaginado a un Marco Denevi tímido y retraído y a un Isidoro Blaisten melancólico y tranquilo, pero nada de esto se refleja en el carácter de sus abogados. De lo que estoy seguro es que los cuatro son unos neuróticos de libro. Lo digo por esa capacidad de encontrar la paja en el ojo ajeno y de herirse con palabras que parecen inofensivas pero resultan ser filosas como vidrios rotos.
Mientras estaba en estas reflexiones, los alegatos continuaban:
...
"BLAISTEN":  Nadie que haya leído Al acecho se olvidará en su vida de los salsifíes (aunque no sepa qué quiere decir) ni de uno de los finales más sorprendentes por no decir el mejor de todos.
"DENEVI":  Si vamos a hablar de policial, lo que se dice policial, me voy a limitar a decir cuatro palabras: Rosaura a las diez.


Personalmente, lo que me gusta de Blaisten es eso de que con sus cuentos disfrutan tanto los intelectuales (él decía Barthes) como los muchachos del barrio de Boedo. En Denevi me encanta cómo capta los recovecos del alma y va cambiando el lenguaje, haciendo hablar a cada personaje como hablan en la realidad.
Podría decir que Permiso maestro (1969), de Blaisten, es inmejorable, un monumento a la sutileza y una excelente reflexión sobre la escritura y los escritores. Es perfecto. Pero digo “perfecto” y se me vienen a la cabeza Charlie (1973) y Salvación de Yayá (1977), ambos de Denevi, de los que he escuchado a muchos decir que son perfectos (y lo son). Digo más, después de leer Charlie he sentido, no pocas veces, un impulso –que todavía no sé cómo no concreté – de apuñalar a un remisero de la otra cuadra.
Sí, ambos son “el mejor”; Blaisten del absurdo y el sinsentido y Denevi de la angustia y el misterio.
Claro que esto de aparecer tan criterioso y mesurado lo puedo hacer en este párrafo porque pongo los pensamientos por escrito y esto requiere un distanciamiento, un filtrado y una elaboración que habitualmente, es decir hablando, no tengo. Y además, porque estoy mirando a los dos al mismo tiempo y desde afuera.

Pero no siempre consigo mantenerme en ese plácido lugar de equilibrio. A veces el tribunal se pone a sesionar por su propia cuenta y resulta muy difícil evadirse de los cargos asignados. Yo ya sé que cuando me sale el energúmeno, tengo que cuidarme. En esas ocasiones, una de las técnicas que uso es hacer tiempo, tratar de alejarme de los temas o verlos desde un costado más liviano. Por ejemplo, me pongo a hacer castings (que nadie me ha encargado) para los personajes. Evidentemente, el que eligió a Juan Verdaguer para el papel de Camilo Canegato en la película de Rosaura era un genio. Yo, después de haber visto El secreto de sus ojos, propondría a Guillermo Francella para el Adalberto Pascumo de Un pequeño café. Para el matrimonio Ponderoy, de Viajeros, elegiría a Erica Rivas y Marcelo de Bellis.

Repaso mi casting imaginario y veo que solo estoy pensando en personajes de Denevi. Esto me produce más angustia porque, en el fondo, estoy cometiendo una injusticia con Isidoro. Lo mismo me pasa cuando acabo de leer a uno de ellos y me olvido del otro. Ahí vuelven, como un estigma, a aparecerse sus defensores con los argumentos para perturbarme en una lucha inútil y agobiante. Para mí que son los egos de los escritores que, no conformes con que los leamos, quieren ocupar el lugar más importante en nuestras cabezas. No quisiera pensar que se trata del escritor frustrado -que algunos lectores disimulamos en la forma de un severo crítico- que forma parte de un jurado imaginario con el poder de hacer picadillo a los desgraciados esos que escriben tan maravillosamente.

Me abstraigo por un momento de estas digresiones y vuelvo a observar la escena del tribunal. “Denevi” y “Blaisten” miran cansados a un bizco que se ha sumado a la discusión y los reprende: “Déjense de joder, ¿tengo que repetirles que el infierno es la mirada de los otros?” Un cuarto tercia en la disputa y recuerda que su mamá le decía “Guárdate de los señalados de Dios”. El fantasma de Borges reclama un lugar para él en el Olimpo y el de una amiga pregunta por Isabel Allende.
Lo que pasa es que los escritores tienen una imaginación desbordada, no pienso seguirles el juego. Esos tipos están todos locos de atar, por mí se pueden ir ya saben a dónde. Yo no me voy a dejar llenar la cabeza con sus locuras y berrinches. Por suerte, en quince minutos empieza Fútbol para todos.

Fernando Terreno
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"Denevi" y "Blaisten" - 1a parte


“Definitivamente, Marco Denevi es el mejor escritor argentino desde el Virreinato hasta hoy”.
Esto me dije ayer con la seguridad de un convencido y como quien dicta una sentencia. Sentencia de esas que, cada tanto, emito sin razón ni pedido alguno y que, como toda opinión rígida e innecesaria, viene acompañada de un cierto malestar. El malestar se origina en las dudas que un juicio emitido de modo tan tajante genera y, de inmediato, me lleva a imaginar argumentos para sostener la afirmación. Pero no me pongo así como así, como si sostuviera un juego dialéctico. No, me transformo en un poseído: me convierto en el abogado defensor del verdadero Denevi que está siendo cuestionado por un tribunal.
Llamemos “Denevi” al letrado de Denevi y escuchemos sus argumentos: “construye sus personajes en dos pinceladas” o “no los describe, los hace actuar o decir dos zonceras y el lector ya los tiene calados”.
Como las dudas persisten y saltan de un pensamiento a otro, “Denevi” sigue argumentando: “nadie como él para encontrar el adjetivo justo: la ortiga ‘urticante’”, “cambia de géneros con sutileza y es un maestro en el uso de la ironía”. A cada duda mía el tipo suma alguna innecesaria defensa cuyo punto débil encuentro enseguida, la cuestiono y así comienza el torbellino.

Si bien las afirmaciones me parecen indudables, lo cierto es que no siempre he pensado lo mismo. En otras ocasiones yo decía que “el mejor” era Isidoro Blaisten. Y razones no me faltaban. En esto estaba pensando en el mismo momento en que, al cerrar los ojos tratando de concentrarme en el tribunal, un señor se levanta y empieza a defender, con ardor, las calidades de Isidoro.
Dublín al sur reúne toda la locura y las fantasías de los argentinos en el homenaje más amoroso que se haya hecho a Joyce” y “Desde el alma pinta como nadie –el tipo subraya nadie- los sueños de una generación de argentinos frustrados por un golpe militar, sin nombrarlo una sola vez en todo el cuento” dice “Blaisten” con aplomo, alternando miradas al tribunal y a su colega.
A “Denevi” no le debe haber caído bien el nadie porque se levanta algo agresivo y dice que para “ser alguien en literatura había que escribir novelas y no sólo poemas o cuentitos”. Lo dice demorándose en la última palabra. “Blaisten” salta vengativo como un resorte y habla de que “hay tipos que como no saben escribir buenos finales estiran los cuentos y los llaman nouvelles”.

(Continuará)
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martes, 20 de noviembre de 2012

Nombres de barcos -4-

Hoy toca el turno a los barcos con nombre de bebidas o tragos.


Tequila
El hermoso Domato 49 de Juan Carlos P., que ha paseado su quilla por todo el Brasil y cuya sala de máquinas está preparada para todo y siempre a son de mar, lleva el nombre de la tradicional bebida mexicana.
El tequila es una bebida alcohólica destilada a partir de los jugos fermentados obtenidos del corazón del agave azul (luego de cocinarlo con leña), tomó el nombre de la localidad del estado de Jalisco donde se lo empezó a fabricar originalmente. Generalmente se lo toma puro, pero hay un trago delicioso hecho con él, con el agregado de limón, hielo y cointreau: el Margarita. ¡Salud!



Tom Collins
Así se llama el Repunte 88, dibujo de R. Rovere, de Pepe Fuera del Borda y la Licenciada Bolonqui que, además de organizar las famosas “Charlas en el cockpit”, andan por el delta con su Acción Solidaria y muchas otras actividades.
Por supuesto que el nombre es el del famoso cóctel en base a Gin o Ginebra, limón y azúcar, con un toque de soda más hielo a gusto y una cereza para decoración (muy difundido en los años 19...??). ¡hic!

Gin tonic
Lleva este nombre un F&C 31 que he visto algunos veranos por la costa uruguaya. El barco es un diseño de Frers sobre la base del cual se hizo, más tarde, el Roy 32.
El gin-tonic es un trago mezcla de Ginebra con Agua Tónica. La ginebra es un aguardiente obtenido de la destilación de la cebada, aromatizada con enebro y cardamomo. El Agua Tónica, es agua carbonatada con sabor a Cuasia Amara y que originalmente (cuando la inventó el Sr. Schweppes) tenía quinina. ¡No me digan que esto no es lo mejor del asunto, ya que podemos invocar que lo tomamos como prevención del paludismo…!



Tinto
Un 50 pies con orza, diseño de Roberto Rovere, que ganó la cinta azul de las 500 Millas del Río de la Plata 2010.
El barco es precioso y ¡qué decir de la bebida con la que comparte el nombre!
Cantado por poetas, loado por publicistas y tomado por amigos que, por suerte, invitan.
Acá va una pequeña selección de frases alusivas:
“Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar y viejos autores para leer.”
“El mejor vino no es necesariamente el más caro, sino el que se comparte.”
“El vino es la bebida de los pueblos fuertes”
“De la mujer y el vino no te burles compañero.”
“In vino veritas”
Y por si todo esto fuera poco, el color borravino es de los más lindos del espectro.

Cabernet
Entre otros, lleva este nombre un Match 30 (diseño de G. Frers) que ha ganado varias regatas importantes (en el 2008 ganó la regata a Punta del Este) y a pesar de los años, sigue firme dando lucha en cuanto campeonato puede anotarse.
Por supuesto que el nombre hace referencia a una de las más prestigiosas cepas de los viñedos franceses, que da unos tintos espectaculares en cualquiera de sus variantes: franc o sauvignon. Tan reconocida y consolidada está, que el escritor español Manuel Vázquez Montalbán se refería a ella de la siguiente manera: “Tenemos que hacer algo para acabar con la tiranía del cabernet-sauvignon.”
Original de la región francesa de Burdeos se ha adaptado a suelos y climas diferentes por todo el mundo, desde Mendoza, Argentina hasta Chile, pasando por Australia y Canadá.

Malbec
Varios barcos llevan este nombre y hay, en la Argentina, un astillero, Oceantech,  que llama así a todos los modelos produce, desde el Mystic Malbec de 20 pies hasta el Malbec 410, de 41 pies de eslora.
Originaria de Francia se ha consolidado como la cepa insignia de la vitivinicultura argentina. Más de la tercera parte de los vinos que exportamos son de esta cepa que se ha adaptado a la perfección al clima cordillerano en general y al de Mendoza en particular.
Los vinos resultantes son frutados y de un color rojo fuerte tirando al púrpura.
¡Y extraordinarios!
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jueves, 15 de noviembre de 2012

Quinientas


La Pulpera ha superado las quinientas entradas, con esta son quinientas cinco.
Si me preguntan cómo ocurrió, tendré que responder que “fue sin querer queriendo…”, como dice El chavo del 8; lo que no quita ni un gramo del orgullo que provoca superar esa cifra.
Nada dice eso acerca de calidad de los textos, que en muchos casos deja bastante que desear pero, con seguridad, unos cuantos son rescatables y un puñado de ellos han resultado especialmente divertidos a varias personas  -además de mi Tía Norma P. y otros lectores amigos-.

Solo para dar una idea de lo que el número significa me voy a permitir hacer algunas referencias, lo que no implica ni por asomo ubicarse en esas alturas. Se trata de poner un poco de humor en la mirada y, ya que nos vamos a comparar, hacerlo con algunos grandes títulos. Veamos estos ejemplos:

Las ciento y una, de D. F. Sarmiento.
El tipo las llamó así, pero en realidad son cinco cartas en respuesta a Las cartas quillotanas de J. B. Alberdi. Con esto queda demostrado lo farolero que era el cuyano ese y lo lejos que estaba de llegar a las quinientas.

Las mil y una noches, los cuentos de Scherezade y de muchos otros autores, apenas superan las trescientas historias; por otra parte más que suficientes para salvar la cabeza de la buenamoza, porque el Rey Schariar antes de que le contara la número cincuenta ya estaba enamorado hasta las verijas.

Setenta veces siete, de Dalmiro Sáenz o del Evangelio según San Mateo (18, 21, 22); que si los números no me fallan da 490, lo que no es poco pero queda por debajo de la marca de La Pulpera.

Pero por aquello de que “siempre encuentra aquel que teje, otro mejor tejedor”, nobleza obliga a mencionar aquí a un libro (y a su autora) que ha superado todo lo imaginable: El libro de Doña Petrona de Petrona Carrizo de Gandulfo.
Con más de 100 ediciones, de tres millones de ejemplares vendidos desde 1930 a la fecha (solo superados en nuestro país por el Martín Fierro) y de 3000 recetas, la señora vuelve a poner las cosas en su lugar y a sacudir los egos con un baño de realismo. ¡Grande Doña Petrona! La Pulpera no pretende alcanzarla pero tratará de perseverar.

Gracias a todos, a los lectores ocasionales y a los seguidores de siempre. Están invitados al festejo, pidan lo que deseen, hoy hay canilla libre.


En las ilustraciones, tres históricas "quinientas": una Topolino de 1936, luego una del 58 -viejita pero todavía esplendorosa- y la nueva, decorada por Gucci.
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martes, 13 de noviembre de 2012

Novelas leídas en las novelas


En Los martes, orquídeas (película argentina de 1941, dirección de Francisco Mugica y libro de Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivari), Mirta Legrand, la protagonista femenina, lee María de Jorge Isaacs. Se trata de una novela sentimental donde la pareja vive un amor apasionado pero “puro” del que ella sale virgen y en el que el desenlace inevitable es la separación y la muerte.
A su vez María y Efraín, sus protagonistas, también leen (dentro de la propia) otra novela precursora del romanticismo: Atala de Francois de Chateaubriand.
No se preocupen, acá nomás termina la cadena; los protagonistas de ésta, el indio Chactas de la tribu Natchez de Louisiana y la india Atala, no leen ninguna otra novela, ni siquiera sé si saben leer.
Eso sí, también viven un amor frustrado (por la condición de cristiana conversa de ésta y de una promesa de su madre a la virgen) que desemboca en el suicidio y otras calamidades.

Las novelas en las que se leen novelas son tan viejas como la novela misma. Del mismo modo en que Pomelo, el personaje de Diego Capusotto “tiene la cabeza quemada por el rock”, Don Quijote (a causa de la lectura de tantas novelas de caballería) y Madame Bovary (atragantada con las suyas) están al borde del delirio y completamente "piantados" a los ojos de los demás.
Cervantes (el mejor publicitario de todos los tiempos) lleva el tema al paroxismo: en la segunda parte de las aventuras de Don Quijote los personajes leen la primera parte de Don Quijote (es decir, se leen).

¿Quién sabe a qué preguntas buscan encontrar respuesta en la lectura los personajes y sus autores?
La verdad es que el tema no siempre los lleva por buen camino. Miren sino a Natasha Filipovna de El idiota de Dostoievsky. ¡Cómo no iba terminar así la pobre si luego de… encuentran entre sus cosas que había estaba leyendo Madame Bovary! Alguien debió avisarle, no se puede ser tan…
O el tipo ese del cuento de Cortázar (creo que se llama Continuidad en los parques)…

Lo que pasa es que el asunto nos intriga y quisiéramos poder leer por sobre el hombro de los mismos personajes, para poder imaginar qué les está pasando por la cabeza.
Pero, en algunos casos, no sabemos siquiera lo que están leyendo. En Ana Karenina, por ejemplo, tanto ella como el autor han querido dejarnos con las ganas. Por mí, si no lo quieren mostrar, que se lo guarden. Pero que después no se digan amigos de sus lectores.


Bibliografía:
María de Jorge Isaacs – Ediciones Colihue, 2008 con notas de la Prof. Silvia Calero.
El dibujo es de Forges.
La pintura es de F. Leger y se llama "Mujer leyendo".
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viernes, 9 de noviembre de 2012

Sombreros panamá, sombreros ECUADOR

Uno de los productos emblemáticos del Ecuador es el sombrero de paja toquilla. Es un sombrero fresco, liviano, flexible y, a pesar de ser ecuatoriano, se lo conoce como “panamá”.
El origen de la confusión en el nombre llega al siglo XIX cuando unos empresarios españoles los descubrieron y empezaron a exportarlos a todo el mundo vía Panamá. Por si esto no alcanzara, se sumó otro ingrediente: los obreros que construyeron el canal de Panamá los utilizaron a destajo durante la construcción, lo que quedó inmortalizado en las fotos y cristalizado en el nombre de los sombreros.

Los sombreros de paja toquilla están hechos a partir de las fibras de las hojas de la palma Carludovica palmata, que crece en las regiones húmedas costeñas del Ecuador, sobre todo en Montecristi y Jipijapa.
El proceso de preparación es largo y complejo: se separan las fibras con la mano, se hierven y secan al aire. También se las puede blanquear en aguas sulfurosas y otros productos. Recién después de varios procedimientos están en condiciones de ser entrelazadas y tejidas.
El entrelazado es muy arduo. Los mejores tejedores trabajan sólo de noche y por la mañana temprano, para evitar el sudor de sus propias manos. Hay varios tipos de tejidos, desde los más sueltos a los más finos y apretados.

Una parte de la paja se teje en la costa, pero la mayor se compra y teje en la zona de Cuenca por parte de firmas con larga tradición en el oficio. Una de estas, quizá la más importante, es la de la familia de Homero Ortega, que compra los sombreros que cumplen cierto nivel de calidad, teje los propios y le da las terminaciones y ribeteados. Todo el proceso de elaboración se hace a la vista de quien quiera visitarlos y mantienen un museo precioso. Actualmente el establecimiento es dirigido por sus herederos y se incorporaron otros productos como la línea de sombreros y tocados para mujeres, diseñados con el exquisito buen gusto y la elegancia de Alicia Ortega.

El precio de los modelos estándar empieza en los 15 U$S pero los finos alcanzan los 300 y los superfinos van más allá de los 700. ¿Qué distingue uno de otro? Es más difícil relatarlo que percibir las diferencias. Baste decir que los superfinos pueden retener al agua dentro de ellos, son muy livianos y tan flexibles que se los puede enrollar y pasar por un anillo, luego de lo cual volverán a tomar su forma original. Si todo eso no alcanza y sigue usted pensando que el precio es un poco alto, repare en que no se trata de una paja cualquiera: su nombre científico lleva nombre de reyes.

                                                                                                                  
Bibliografía:
Guía Lonely Planet: Ecuador
http://www.homeroortega.com/museo.php
http://ecuadorcostaaventura.com/manabi/pile.html
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martes, 6 de noviembre de 2012

Más chistes judíos - Humor


1 Estacionamiento
Rebeca, después de estacionar el coche, le pregunta a su marido:
-Yankele, ¿quedé muy separada de la acera?
Y el marido le contesta:
-¿De cuál de las dos?

2 Libertad de cultos
Cuatro amigos estaban en plena ronda de mate. Uno católico, otro protestante, el tercero, mahometano y el cuarto, judío.
El católico dice:
-Tengo una gran fortuna... compraré el Citibank y lo donaré a mi iglesia.
El protestante, a su vez, dice:
-Soy rico, compraré la General Motors y haré lo mismo con la mía.
Enseguida, el mahometano dice:
-Soy un magnate, compraré Microsoft y la consagraré al Profeta.
Los tres miran al mismo tiempo, expectantes, al judío.
Abraham, muy tranquilo, da una larga chupada al mate, acomoda la bombilla, los mira y dice:
-¡No vendo!

3 Militarismo
El oficial le pregunta al recluta Isaac Katzenstein:
-¿Por qué debe el soldado sacrificar su vida por la Patria?
-¡Tiene mucha razón, teniente! ¿Por qué?

4 Terapia intensiva
El viejo Motl estaba agonizando, su larga vida llegaba al final.
El médico de guardia observaba como el anciano se dirigía a sus hijos, que lo acompañaban parados al lado de la cama.
-¿Dafna, estás ahí? Para ti hijita, las casas del barrio más residencial de la ciudad, te lo mereces porque siempre has sido una buena hija.
Móishele, querido hijo mayor... A tí te dejo los edificios del centro, gracias a tu esfuerzo, he podido crecer económicamente y viajar tres veces a Israel.
Iósele, ¿está Iósele aquí? Para tí ínguele (chiquito) las casitas del barrio obrero.
¡Cuántas propiedades que tiene don Marcos! -dice el médico.
-No, -responden los tres hijos- tenemos un reparto de soda a domicilio.

5 Primer día de escuela
Rebeca lleva a su hijo al colectivo escolar para su primer día de primaria.
-Pórtate bien, mi búbale -le dice. -¡Ten cuidado y piensa en tu mami, tátele! (papito).
Ven directo a casa en el bus, shein ínguele (lindo nenito). ¡Mami te quiere mucho, mi kétsele! (gatito).
Al final del día, llega el bus y ella corre a abrazar a su tesorito.
-Y ¿qué aprendió mi púpele en su primer día de clase?
-Que me llamo David.
 

El 2 me lo envió Alejandro T.
El 3 está tomado de Theodor Reik, Psicoanálisis del humor judío, que incluye además este comentario al mismo: La respuesta del soldado judío es una pregunta retórica. La plantea como sí el oficial hubiese expresado la misma duda que tiene el recluta. La patria o el país natal es para éste una abstracción mítica y casi una noción absurda. Hay una relación directa entre este chiste y el poema de Heine que contiene el verso: "Lebenblei wie das Sterben für das Vaterland issüss" ("Sobrevivir es tan dulce como morir por la patria").
Los demás han sido tomados de lugares que ya ni recuerdo, de modo que pido piedad a los cristianos, benevolencia a los judíos, paz a los mahometanos y sabiduría a los budistas, en caso de que sus autores pertenezcan  a alguna de esas confesiones. Si fueran ateos o agnósticos, ya que ellos no podrán consolarse con la esperanza de una justicia final, las disculpas son explícitas y las hago aquí.
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