martes, 25 de junio de 2013

El poder de la palabra



1
     -En 1971, Héctor Chacón, el nictálope, condenado a veinte años de prisión –de los que llevaba quince encarcelado– fue indultado por el presidente de la República del Perú, Gral. Juan Velazco Alvarado.
     -En 1975, el Gral. Francisco Morales Bermúdez, sucesor de Velazco Alvarado, proclamaba la continuación del proceso de Reforma Agraria en una reunión de su Gabinete de Ministros realizada en la localidad de Rancas.
     -En 1983, Alcira Benavídes, esposa del doctor Francisco Montenegro, juez eterno, corrupto y siniestro, fue secuestrada por el grupo Sendero Luminoso y asesinada en la plaza pública de Yanahuanca.

Lo que hace singulares a estas tres noticias periodísticas es que las protagonizan personajes, cuestiones y lugares que aparecieron, varios años antes, en una obra de ficción: la novela Redoble por Rancas (1970), del escritor peruano Manuel Scorza muerto en 1983 en un accidente de aviación en Barajas, Madrid.
La única diferencia con la realidad es que, en la novela, Alcira se llama Pepita. El mismo autor advierte desde el prólogo: “Los protagonistas, los crímenes, la traición y la grandeza, casi tienen aquí sus nombres verdaderos.”

Redoble por Rancas forma parte de una serie de cinco novelas que Scorza escribió entre 1970 y 1979. El quinteto se completa con Historia de Garabombo el invisible, El jinete insomne, Cantar de Agapito Robles y La tumba del relámpago. Todas tienen por eje la lucha de los campesinos y mineros del Perú para recuperar sus tierras usurpadas por los grandes hacendados y por la minera norteamericana Cerro Pasco Corporation.
Con seguridad, muy pocos libros pueden dar tan contundente testimonio del poder de la palabra.

2
A mis doce años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: ¡Cuidado! El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: ¿Ya vio lo que es el poder de la palabra? (Gabriel García Márquez, citado por el escritor chileno Patricio Espinoza).


La ilustración de arriba es del cubano Arístides Hernández Guerrero ARES, habitual colaborador de la revista La jiribilla.
La viñeta de abajo es de Roberto Fontanarrosa.
.

sábado, 22 de junio de 2013

Cuentos de pago chico - Humor


1 - Pluviómetro
Nadie sabía quién lo había recomendado ni de qué pueblo venía. Pero un buen día, el agente Tanzilo, un poco atolondrado, un poco ingenuo, pasó a prestar servicio en la policía de La Playosa, a las órdenes del comisario Lazo.
Su carrera acumulaba un macanazo tras otro. Este es uno de los más recordados:
Había llovido toda la noche y la mañana estaba soleada y hermosa. A eso de las diez el comisario le ordena:
-Tanzilo.
-Sí, mi comisario.
-Andá al poste del patio y, con cuidado de no volcar una gota, traéme el pluviómetro.
-¿El qué…?
-El pluviómetro. El tarrito ese con las marcas.
Tanzilo, rápido como un rayo, respondió.
-Ahí lo tiene mi comisario, atrás suyo. Lo entré ayer a la tarde, para que no se moje.

2 - Optativo
Otra de Tanzilo.
Se venía un feriado largo, como esos a los que ahora estamos acostumbrados, pero en ese entonces la cosa no era tan clara.
-Al final, mi comisario, el viernes ¿es feriado o no es feriado?
- Es feriado, pero optativo. Vos al que te pregunte decile así.
Y así salió Tanzilo a su recorrido habitual. A todo el mundo que le preguntó por el tema, le respondió con seguridad de milico:
-Dice el comisario que es feriado, pero en Oncativo*.

*Oncativo, una ciudad cercana.

3 – Cambio climático
Al pobre de Próspero Basualdo, los muchachos del comité le habían conseguido una changuita para ayudarlo a “ir tirando”. Era un trabajo descansado: tenía que informar al Servicio Meteorológico Nacional, mensualmente, la cantidad de agua caída en el pueblo. También era esporádico, porque en San Francisco del Chañar llovía cada muerte de obispo.
Todo anduvo a la perfección durante dos o tres años hasta que el diablo metió la cola. Los amigos del boliche le empezaron a llenar la cabeza con el tema de que en el Servicio pudieran considerarlo prescindible, dado que pasaban meses sin que enviara ningún dato. Las dudas de los amigotes se hicieron carne en el mismo Próspero. No se le ocurrió mejor solución que, de a poquito, empezar a mandar todos los meses una lluviecita que otra y todas en aumento.
Al poco tiempo, en el las oficinas centrales,  detectaron el “cambio climático” que se estaría dando en la zona por lo que mandaron una comisión a verificar las cosas. En lugar del vergel que esperaban encontrar se toparon con un erial. El auto en que llegaron dejó una polvareda que tardó veinte minutos en asentarse. Menos tiempo tardaron en dejar cesante al desafortunado Próspero.


Los dos primeros los debo a mi prima Mirta T. de Pleitavino, salvo los nombres y alguno que otro error en la transcripción, que son míos. El tercero lo escuché en algún comité o en alguna unidad básica del norte de Córdoba.

.


martes, 18 de junio de 2013

Aguinaldo

 
El aguinaldo es un sueldo adicional que los empleadores deben a pagar a sus dependientes todos los años.
La obligación, en la República Argentina, se estableció por el Decreto Ley 33302 de 1945 que  fijaba el monto en: "la doceava parte del total de sueldos o salarios percibidos por cada empleado u obrero en el respectivo año calendario" y estipulaba un pago único con fecha 31 de diciembre de cada año.
A partir de 1968, por Ley 17620, pasó a abonarse en dos cuotas, la primera mitad en junio y la segunda en el diciembre original.  En 1974 se lo incorporó a la Ley de Contrato de Trabajo -artículos 121 y 122- y más tarde a su modificatoria, la Ley 23081 de 1984, que tuvieron como objeto protegerlo del deterioro por la inflación.

Se trata de una indudable conquista social de los trabajadores y la sola mención de las fechas es una lección de Historia y Política: Lo estableció Perón en 1945 (si bien ya se había empezado a aplicar voluntariamente en algunas provincias con anterioridad) y lo valorizaron dos gobiernos democráticos, uno peronista en 1974 y el otro radical en 1884. La dictadura militar de Onganía lo dividió en dos pagos para tapar reclamos salariales y licuarlo con la inflación. Sería bueno recordar esto ahora que la achicadora de salarios y derechos de los trabajadores –la empleada de la embajada, Patricia Bullrich– se presenta camuflada como fervorosa adherente a medidas progresistas (aunque votó en contra de todas las que propuso el gobierno).

Pero dejemos las contingencias políticas de lado para dar un vistazo a los orígenes del aguinaldo.
Los aguinaldos eran regalos que se hacían para las fiestas paganas asociadas a los comienzos de año o a los solsticios de invierno. Al principio los hacían los vasallos a sus señores (los pobres a los ricos) pero, posteriormente, empezaron a intercambiarse y considerarse como augurios de buenas cosechas y de buenos años. Hacia los tiempos del emperador Augusto los regalos pasaron de especies a dinero.
El cristianismo adoptó, entre tantos ritos paganos, la costumbre del aguinaldo, en sus comienzos asociado a ceremonias bautismales para, en la Edad Media, hacerlos directamente en las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

La palabra, según algunos, deriva de la expresión latina hoc in anno, que significa “en este año”. También podría provenir del árabe guineldum (regalar) o del griego gininaldo (presente).
Otra versión dice que viene de a gui l’an neuf  (al muérdago el año nuevo), una expresión de los druidas (sacerdotes galos, celtas y británicos) durante el solsticio de invierno y que quedó asimilada a los regalos que pedían los niños para fin de año.
Luego se transformó en aguilan.
La palabra aguinaldo se ha hecho polisémica. Inicialmente sólo era el “Regalo que se da en Navidad o en la fiesta de la Epifanía” (DRAE). Así lo registra Cobarruvias en su precioso Tesoro de la lengua (1611), primer diccionario de la lengua castellana,  y también en el Diccionario de Autoridades (1726), primera edición del DRAE. Pero luego va adquiriendo otras acepciones, aunque todas vinculadas con la Navidad.
En Venezuela y otros países llaman aguinaldo a cualquier regalo que se da en Navidad, pero también se llama “aguinaldo” a los cantares navideños con alabanzas al niño Dios.

Para finalizar, un poco de humor sobre el tema:
1 - El aguinaldo es una curiosa medida económica según la cual se trabajan doce meses y se pagan trece. (Jorge Luis Borges en El palabrista de Esteban Peicovich, reflexión 250, pág. 163)
2 - Los directivos de las empresas, que se quejan amargamente de tener que pagarlo a sus operarios, se otorgan a sí mismos una cuantiosa cifra anual para premiar su desempeño (sea cual fuere el resultado del ejercicio); pero para diferenciarlo del aguinaldo, lo esconden bajo el nombre de bonus.
3- En los países en que el aguinaldo se calcula sobre el sueldo básico (en lugar de hacerlo sobre la totalidad de las remuneraciones),  con el objeto de disminuir la cantidad a abonar, lo llaman arruinaldo.



.

sábado, 15 de junio de 2013

Párrafos escogidos -2-

4
Nunca más volví a publicar un libro de poesía. Tuve miedo. Sé que la poesía conduce a la locura y que un poeta es como un cartero que corre envuelto en llamas, alguien que corre envuelto en fuego con algo en la mano que tiene que entregar.

El poeta siempre llega tarde a todas partes. Sin embargo hay una hora extraña en que el poeta llega antes que nadie. Es una hora peligrosa de la tarde. Peligrosa y amenazante. El color de la hora es el color de los domingos a la tarde, precisamente a las seis de la tarde.
… Entonces todo ser humano desde el necio al soberbio va a recordar al suicida que escribió y vendrá la muerte y tendrá tus ojos; al fusilado que dijo no le tapen la cara con pañuelos / para que se acostumbre a la muerte que lleva; y al negado que una vez dijo con el número dos nace la pena.
Para eso sirve un poeta.

Isidoro Blaisten, fragmentos de Mi primer libro y de Para qué sirve un poeta

 
6
Pensó: este es el último periódico que leeré. No compraré otro. Toda la vida apenas los recorrí con la vista, y nunca saqué todo lo bueno de uno solo. Bien, leeré hasta la última palabra de este y, cuando termine sabré con seguridad qué ocurría en el mundo el vigésimo segundo día de enero del año 1901.
Glendon Swarthout, El tirador, 1975.

Pablo De Santis, hablando sobre la variedad de los soportes de la escritura y el por qué de la supervivencia de los diarios de papel, dice:
“Nos gusta el diario por la misma razón que a este tirador: porque convierte un día en algo cerrado. Una unidad, un objeto, un relato. En el diario, un día es la metáfora de un día.”


5
Por la misma esquina de la plaza de Yanahuanca por donde, andando los tiempos, emergería la Guardia de Asalto para fundar el segundo cementerio de Chinche, un húmedo setiembre, el atardecer exhaló un traje negro. El traje, de seis botones, lucía un chaleco surcado por la leontina de oro de un Longines auténtico. Como todos los atardeceres de los últimos treinta años, el traje descendió a la plaza para iniciar los sesenta minutos de su imperturbable paseo. (13)

Nada debilita más al ser humano que las mentiras de la esperanza. (177)

El delicado problema teológico se debatió seis horas. ¿Por qué no? Al comenzar la conquista, los filósofos españoles debatieron no seis horas sino sesenta años si los indios pertenecían o no al género humano. (206)

Manuel Scorza, Redoble por Rancas, 1970, Monte Avila Editores. Entre paréntesis las páginas de los fragmentos.
.

martes, 11 de junio de 2013

El Aleph y otros puntos

1
El Aleph, punto famoso si los hay. A partir de 1957, cuando J. L. Borges publicó su cuento, el célebre punto comenzó a disputarle a la primera letra del alfabeto hebreo la primacía sobre el uso de ese nombre.
Aclaró que un Aleph es uno de los puntos del espacio que contienen todos los puntos.
Está en el sótano del comedor –explicó, aligerada su dicción por la angustia–, es mío, es mío;…
Bajé secretamente, rodé por la escalera vedada, caí. Al abrir los ojos, vi el Aleph.

El cuento termina, desparramando reflexiones y dudas sobre la utilidad de las letras y de los dioses (esos alephs donde estaría todo/la totalidad):
¿Existe ese Aleph en lo íntimo de una piedra? ¿Lo he visto cuando vi todas las cosas y lo he olvidado? Nuestra mente es porosa para el olvido; yo mismo estoy falseando y perdiendo, bajo la trágica erosión de los años, los rasgos de Beatriz.
FIN

2
Mi punto preferido es el de Todo en un punto, cuento de Las cosmicómicas de Italo Calvino. Es uno de su serie de cuentos fantásticos encabezados por un hecho científico, tomado sólo como idea disparadora, y comienza con este epígrafe:
            Con arreglo a los cálculos iniciados por Edwin P. Hubble sobre la velocidad de alejamiento de las galaxias, se puede establecer el momento en que toda la materia del universo estaba concentrada en un solo punto, antes de empezar a expandirse por el espacio.
Se refiere a la Teoría del Big Bang que postula el nacimiento del universo hasta su forma actual a partir de una gran explosión ocurrida hace catorce mil millones de años y está basada en los trabajos del estadounidense E. P. Hubble (primera mitad del siglo XX).

            El gran secreto de la señora Ph es que nunca ha provocado celos entre nosotros. Ni tampoco chismes. Que se acostaba con su amigo, el señor De X, era sabido. Pero en un punto, si hay una cama, ocupa todo el punto; por lo tanto no se trataba de acostarse, sino de estar en la cama… Por consiguiente, era inevitable que ella se acostara también con cada uno de nosotros. …nos acogía y amaba y habitaba a todos por igual. …
Todo iba maravillosamente en el dichoso punto hasta que ocurre el desenlace, bien italiano. La señora Ph, en un verdadero impulso amoroso, les comenta que si tuviera espacio les amasaría tallarines y ellos salen corriendo hacia todos lados…
            “¡Muchachos, qué tallarines les serviría!”… dando comienzo al concepto de espacio y al espacio propiamente dicho, y al tiempo, y a la gravitación universal, y… a las señoras Ph dispersas por los continentes… que amasan con los brazos untados y generosos y enharinados y desde aquel momento perdida y nosotros llorándola.
FIN

3
Vamos a terminar la reunión con un punto de mi flor, con un punto de otra índole. En lunfardo, punto significa tipo, persona protagonista de algún suceso.

El conventillo – milonga – 1965
música: Ernesto Baffa y Fernando Rolón; letra: Arturo de la Torre y Fernando Rolón

Yo nací en un conventillo
de la calle Olavarría,
y me acunó la armonía
de un concierto de cuchillos.
Viejos patios de ladrillos
donde quedaron grabadas
sensacionales payadas
y, al final del contrapunto,
amasijaban a un punto
p’amenizar la velada.

La pueden escuchar acá cantada por Edmundo Rivero.
 

El autor de la viñeta de abajo es Alberto Montt.
.

sábado, 8 de junio de 2013

Cuentos surtidos - Humor



1 Iglesia cordobesa - cartel
Inscripción a la entrada de una iglesia en Córdoba.
"Tené la seguridad de que en algún momento Dios te va a llamar, pero no por celular. Así que, por favor, apágalo al entrar a misa".

2 Cartel con traducción
Cartel en un negocio de ropa femenina en Villa María – Córdoba:
"Grace y"   "se pronuncia greis ye"

3 Opus Dei
Muere Juan Pablo I y al llegar a las puertas del cielo le dice a San Pedro:
– He muerto con tres grandes dudas.
Los franciscanos, ¿son tan pobres como la gente cree?
Los jesuitas, ¿son tan inteligentes como ellos creen? …
– ¿Y la tercera, hijo mío? – le preguntó Pedro, ruborizándose.
– ¿Es cierto lo que se dice del Opus Dei?
 
4 Judíos rusos

Rabinovitch, judío ruso típico, va a la oficina de migraciones de Moscú para declarar su deseo de emigrar. El funcionario le pregunta cuáles son sus motivos y Rabinovitch responde que tiene dos. En primer lugar, expresa su temor ante la posibilidad de que la Unión Soviética se derrumbe y procede a enumerar extensamente las consecuencias que ello tendría para los judíos. Pero el funcionario lo interrumpe y, para refutar esta primera justificación, alega que eso es absurdo: la Unión Soviética es invencible, durará para siempre y nunca cambiará. Rabinovitch entonces contesta: “Ahí tiene usted la segunda razón”.

5 Judíos norteamericanos
Isaac y Jacobo caminan distendidos por la calle hasta que uno le dice al otro:
– Oye, tengo ganas de salir con Madonna otra vez.
– ¿Cómo otra vez? – le pregunta, sorprendido, Jacobo
– Es que ayer también tuve ganas.

Honorablemente afanados a o recibidos de:
1 Federico Racca y Osvaldo Gallone.
2 Susana Pettinati
3 Clásicos Maucci de chascos y chistes.
4 Slavoj Zizek, El más sublime de los histéricos (como habrán notado, el cuento es anterior a 1989).
5 Dolores Lola Méndez y Adriana Gottero.
.

miércoles, 5 de junio de 2013

Párrafos escogidos -1-


1
Cambiando el orden de  factores, el producto no se altera, la pescadilla se muerde la cola y se parece a la paradoja de Epiménides: “La frase que sigue es falsa. La frase que precede es verdadera.”
Antonio Tabucchi, Escribir, no escribir
http://www.letraslibres.com/revista/convivio/escribir-no-escribir

2
Y en ese momento a Pereira le vino a la cabeza una frase que le decía siempre su tío, que era un escritor fracasado, y la repitió. Dijo: La filosofía parece ocuparse siempre de la verdad, pero quizá no diga más que fantasías, y la literatura parece ocuparse sólo de fantasías, pero quizá diga la verdad.
Antonio Tabucchi, Sostiene Pereira

3
A –Fueron tantos los que faltaron que si falta uno más no cabe.
B – ¿Y cuál fue el que faltó último?
A –Recuerdo que faltaron en parejas el que faltó último y el que faltó más.
B.  : "Acredito que el señor Dudino Domínguez es el más asiduo faltante a mis conferencias", dirán los certificados de faltancia.
Macedonio Fernández, Papeles de Recienvenido (fragmento de Teoría de la humorística donde comenta la faltancia a las conferencias).
.

sábado, 1 de junio de 2013

Desayunos poéticos -1-


Habíamos comentado que la gastronomía y la literatura  compartían la palabra entremés. También comparten otra palabra: proteico. Literariamente, proteico es lo que cambia de formas, de géneros; y en la alimentación es algo muy sustancioso, fundamental en el funcionamiento de la materia viva. Para empezar bien el día acá van dos desayunos  famosos, el primero un tango, de autores uruguayos, que tiene dos versiones con una pequeña modificación en la letra (la calle San José/ el Parque Japonés) según se cante en una u otra orilla del Río de la Plata.  El segundo, un desayuno famoso, en versión bilingüe (en español y en francés).

Caés a la milonga en cuanto empieza
y sos para las minas el vareador;
sos capaz de bailarte la Marsellesa,
la Marcha a Garibaldi y El Trovador.
Con un café con leche y una ensaimada
rematás esa noche de bacanal
y al volver a tu casa, de madrugada,
decís: "Yo soy un rana fenomenal".

Garufa,Tango, 1927, música de Juan Antonio Collazo, letra de Víctor Soliño y Roberto Fontaina
Aquí se lo puede escuchar por Edmundo Rivero con la orquesta de Aníbal Troilo:
http://www.youtube.com/watch?v=PhsPkS4r3Qw
 

Desayuno
Echó café
en la taza.
Echó leche
en la taza
de café.
Echó azúcar
en el café con leche.
Con la cucharilla
lo revolvió.
Bebió el café con leche.
Dejó la taza
sin hablarme.
Encendió un cigarrillo.
Hizo anillos
de humo.
Volcó la ceniza
en el cenicero
sin hablarme.
Sin mirarme
se puso de pie.
Se puso
el sombrero.
Se puso
el impermeable
porque llovía.
Se marchó
bajo la lluvia.
Sin decir palabra.
Sin mirarme.
Y me cubrí
la cara con las manos.
Y lloré.


Dejeuner du matin
Il a mis le cafe
Dans la tasse
Il a mis le lait
Dans la tasse de cafe
Il a mis le sucre
Dans le cafe au lait
Avec la petite cuiller
Il a tourne
Il a bu le cafe au lait
Et il a repose la tasse
Sans me parler
Il a allume
Une cigarette
Il a fait des ronds
Avec la fumee
Il a mis les cendres
Dans le cendrier
Sans me parler
Sans me regarder
Il s'est leve
Il a mis
Son chapeau sur sa tete
Il a mis
Son manteau de pluie
Parce qu'il pleuvait
Et il est parti
Sous la pluie
Sans une parole
Et moi j'ai pris
Ma tete dans ma main
Et j'ai pleure.

Desayuno, Jacques Prevert (1900-1977), Paroles.
 
.