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La situación histórica y los roles asignados al "gaucho"Las matanzas de enero de 1872 en Tandil ocurrieron durante la presidencia de Sarmiento, en el marco de la gestación del proyecto de nación que se va a consolidar definitivamente desde 1880 en adelante.
Acaba de terminar la guerra contra el Paraguay con su saldo de más de 250.000 muertos (algunas fuentes estiman la cifra entre 400 y 500.000). El progreso irrumpe con ímpetu y se muestra en el paisaje: tranvías, ferrocarriles y líneas de telégrafo comienzan a surcar el territorio.
Pero a este proyecto de nación le falta una pata:
no tiene lugar para el gaucho, ni tiempo para que se acomode a los cambios. La organización política y productiva, que hasta ese momento lo había usado como
carne de cañón, lo rechaza y deja de lado, mientras privilegia a los inmigrantes que va a buscar a Europa.
Su presencia real aparece como un obstáculo para los planes oficiales, que le dejan pocos caminos: ser trabajador golondrina o jornalero, milico o recluta para la frontera, o ser marginado de la ley y aniquilado.
No es casual que en 1872 se publiquen el “Santos Vega” de Hilario Ascasubi y el “Martín Fierro” de José Hernández, que tratan de las cuitas del gauchaje y sus penurias.
La acción solidaria y el mensaje xenófobo-mesiánico de Gerónimo “
Tata Dios” Solané prenden entre esos gauchos excluidos y se corporizan en su oposición a todo lo extranjero. El fanatismo y el delirio místico que transmite a sus seguidores explotan en esa jornada de rebelión, con su sangriento saldo.
“ Y ese estado social reposa en la injusticia inicua de tener la Provincia dividida en dos clases, una privilegiada, compuesta de los habitantes de la ciudad, de los grandes propietarios rurales y de los extranjeros; la otra, vejada y oprimida, compuesta de los trabajadores de la campaña”. El alegato del abogado Martín Aguirre, defensor de los gauchos procesados por los asesinatos de Tandil, tiene una fuerza, una sinceridad y una originalidad notables.
El gaucho no es todavía, ni por asomo, la esencia del “ser nacional” y el arquetipo del “coraje y los altos valores de la Patria”, sino un sujeto indeseable, molesto y vago que debe ser sustituido por inmigrantes de estirpe trabajadora e industriosa (que necesita la “maquinaria del progreso”).
Treinta y dos años después, la misma elite que despreció a los gauchos hace lo propio con los inmigrantes, que se empiezan a organizar para reclamar el cumplimiento de promesas y derechos, y los señala como agentes de la anarquía y del caos social y político. Se vota la
Ley de Residencia y se
expulsa a los inmigrantes que no se “disciplinan”. Es precisamente en ese momento cuando se dan las condiciones para el
retorno del gaucho. Se reinventa al personaje: transfigurado en literatura, poesía y tradición es
convertido en escudo protector de una nacionalidad telúrica que intenta conjurar las nuevas ideas políticas de los inmigrantes que ponen en entredicho
al programa “liberal”. Los gauchos dejan de ser los
“feos, sucios y malos” de la historia para pasar a ser depositarios de los
“altos valores de la argentinidad” y de otra serie pomposa de
activos intangibles, porque activos tangibles no reciben ninguno, ni de los gobiernos, ni de sus patrones. Tendrá que llegar el año 1944 para que sea sancionado, por decreto, el
Estatuto del Peón de campo, que trae las primeras normas laborales, salarios mínimos, descanso, condiciones de abrigo e higiene, a las relaciones de los trabajadores rurales con sus empleadores.
Para el 2008, hay un nuevo reinvento del personaje: aparece el “gaucho de
shopping” o “gaucho de Cardón”, que de gaucho no tiene nada: es un delegado de Martínez de Hoz, disfrazado, que aparece en programas de televisión o en caravanas de camionetas 4x4. Pero el análisis de estos “gauchos de plástico”, nuevamente usados como escudo para defender y esconder los intereses de la misma elite, quedará para otra ocasión.
He consultado y tomado partes de:
-El magnífico prólogo de Mariana Santángelo al libro de Nicolás Arispe,
Nadie vio llegar a la montonera de Dios, 2005, Buenos Aires, Colección Orbital.
-y de:
http://foro.elaleph.com/viewtopic.php?t=23531Las ilustraciones son de Nicolás Arispe.

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