domingo, 15 de enero de 2023

Con el mismo cuento 71 - Cortázar, Dante, Bábel, Woody Allen

 El relato repetido



Continuidad de los parques, 1964, cuento de Julio Cortázar (1914-1984)

Divina Comedia, 1309, novela de Dante Alighieri, (1265-1321).

Guy de Maupassant, 1932, cuento de Isaac Bábel, (1894-1939).

La Rosa púrpura de El Cairo, 1985, película, Dir. Woody Allen (1935)

 

El tema común de las obras reunidas hoy no es un tema sino una técnica muy usada en todas las artes consistente en mostrar una trama central conocida y, paralelamente, desarrollar otra similar a la anterior. Es una delicia ver como cada autor entreteje una narración con la suya, lo que termina resultando una construcción independiente y con vida propia. Es lo que se llama metaficción*.


 

El cuento de Cortázar es un concentrado de la técnica a que nos referimos. En el corto espacio de una carilla hace una obra maestra donde no sobra ni falta una sola palabra.

 

Ricardo San Vicente, traductor de Bábel, dice que este afirmaba que la realidad imita a la ficción. Creo que allí está el secreto de la mágica receta. Sólo falta agregarle forma, talento, imaginación y destreza técnica para convertirla en una obra de arte redonda, brillante y eterna.

Lo cierto es que, si está bien lograda, produce placer y delicia al mirarla, escucharla, leerla y, por qué no, tratar de repetir la operación y ver si se puede obtener algún resultado.

 

En este sentido es ejemplar la lectura de los versos 125 al 141 del Canto V del Infierno donde la “pecadora” Francesca cuenta cómo fue que dio lugar a su pasión con Paolo (su cuñado): la culpa la tuvo la lectura del libro donde Sir Lancelot besa apasionadamente a Ginebra (esposa del Rey Arturo) que, justamente, ella y su amante estaban leyendo ese día y entusiasmados… dejaron la lectura para dedicarse a otros placeres.

 


Algo parecido hace Bábel, mejor dicho, su narrador y protagonista (que suponemos tan próximo a él), en su cuento algo autobiográfico Guy de Maupassant. Va mechando partes de cuentos de su admirado autor francés hasta tener un encuentro amoroso con su interlocutora, como el que logra el personaje del cuento de su admirado modelo con la suya.

 

Woody Allen utiliza muy a menudo esto en sus películas y cuentos. Una de las más conocidas es La Rosa púrpura de El Cairo (1985) donde el protagonista de la proyección atraviesa la pantalla para encontrarse con su admiradora. También está en Poderosa Afrodita (1995), en la que hay un paralelo con la tragedia griega y una desopilante escena filmada en el anfiteatro de Taormina. Mas notorio aún es en su cuento El episodio Kugelmass, donde el protagonista es enviado al interior de una novela de su elección -Madame Bovary, en este caso-. Los lectores encuentran, sorprendidos, este “nuevo y desconocido” personaje en medio de la novela justo cuando las cosas se empiezan a complicar.

 

Hay piezas musicales, pinturas y esculturas donde podemos encontrar el procedimiento, pero dejemos eso en manos de los lectores.

¡Que esas indagaciones o cualquier otro modo en que usen el tópico les procuren momentos gratos y merecidas satisfacciones!

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*En estos dos enlaces se analiza la metaficción

http://tallerliterariodespertares.blogspot.com/2015/11/279-metaficcion.html

https://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/15/aih_15_3_058.pdf

 

Los cuentos se pueden leer en estos enlaces:

http://www.iesxunqueira1.com/maupassant/Documentos/Guy_Babel.pdf

https://www.ucm.es/data/cont/docs/119-2014-02-19-Cortazar.ContinuidadDeLosParques.pdf

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domingo, 8 de enero de 2023

Con el mismo cuento 70 – John Fante y J. D. Salinger

 Ambición y angustia de los adolescentes*


 

El cazador oculto o El guardián entre el centeno, 1951, novela de Jerome D. Salinger, (1919-2010).

Camino de Los Ángeles, (escrita en 1936)1985, novela de John Fante, (1909-1983).


 

*El título es de un libro de Aníbal Ponce, de 1936.

El tema central compartido es el de un adolescente en busca de sí mismo y de un lugar en el mundo.

La excepcional novela de Salinger ha sido muchas veces alabada y resaltada por su originalidad de la escritura en primera persona además de dar voz a la adolescencia con sus inseguridades, angustias y esa avidez por encontrar un lugar entre la dispersión y la incertidumbre.

John Fante alcanzó su reconocimiento como escritor después de su muerte. En vida fue un prolífico guionista de Hollywood, de bajo perfil, hijo de inmigrantes italianos.

Escribió unas pocas novelas, cuatro de las cuales tienen como protagonista a Arturo Bandini, un alter ego del autor. Camino…, escrita en 1936, no logró difusión masiva hasta después de su muerte (se editó en 1985), las otras se editaron en 1938, 1939 y 1982.

Si bien fue editada en 1985 es llamativa la familiaridad de ambas: empezando por la mentada primera persona y siguiendo por las vicisitudes de los protagonistas adolescentes, -uno hijo de la Gran Depresión y el otro de la post Segunda Guerra Mundial-, el de Fante empeñado en ser escritor.

Sus lecturas producen deleite. Al finalizar Camino de Los Ángeles nos queda la impresión de haber dado con el eslabón perdido de una cadena que enlaza a muchos grandes escritores norteamericanos: Carson Mc Cullers, Caldwell, Steimbeck, Anderson, Oates, Salinger…

Me quedará para siempre la duda de si Salinger conocía o no el manuscrito de Fante o las otras que se editaron en 1938 y 1939.



No tiene importancia, las dos son obras maestras y, como dice mi irónico amigo Héctor Kohn: “Estuve viendo Los Persas de Esquilo. ¿Querés creer que el tipo tomó del Hamlet de Shakespeare la idea de traer al Fantasma del Padre a un rol casi protagónico?

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