viernes, 27 de noviembre de 2020

Diego

 


 

Dos fragmentos, los que más me gustaron, de lo que se ha escrito en estos días entre el cumpleaños y su muerte.

 

Maradona, l’imperfetto dio del calcio: eterno solo in campo

Maurizio Crosetti, 29 ottobre 2020  (de Maradona Cumple 60 - La Repubblica – Italia)

 

Noi che abbiamo avuto vent’anni negli anni Ottanta, e la fortuna di essere giornalisti in quel tempo, e la ventura di seguire il calcio, anche se non crediamo in Dio sappiamo che Dio esiste e che si chiama Diego. Possiamo non confidare nel Padreterno che sta nell’alto dei cieli, ma quaggiù sulla Terra noi lo abbiamo visto, lo abbiamo toccato, qualche volta gli abbiamo persino parlato. Lo abbiamo aspettato alla vigilia delle partite, negli alberghi dove non arrivava mai…

 

Diego Maradona: el corazón del juego

Luis Bruschtein, 27 de Noviembre de 2020 (de Página12)

Era imperfecto. Todos queremos a los chicos porque son imperfectos. El juego es la vida de los chicos y Diego fue el jugador más grande porque fue el chico más grande. Tan grande, que convirtió el juego en un inmenso campo de rebelión. El sistema quería que el astro Diego fuera un ex pobre domesticado, para que los pobres quisieran replicarlo. Pero el espejo que hizo Diego reflejaba su esencia. En ese espejo, el pueblo se veía pueblo.

sábado, 14 de noviembre de 2020

Con el mismo cuento 62 - Anouilh, Denevi

 

La gruta, (1958), obra de teatro de Jean Anouilh (1910-1987)

La obra maestra de Anouilh perdida, 1977, cuento de Marco Denevi (1922-1998)



Confieso que buscar relaciones de obras del gran Marco Denevi con la de otros autores es como ir de cacería a un zoológico: él mismo ha explicado hasta el cansancio que descree del tema de la originalidad en el arte. Y muchas de esas versiones, retoques y otros procedimientos están concentrados en sus Falsificaciones y en Reunión de desaparecidos, editado, casualmente, en 1977.

La gruta, se estrenó en París en 1961 con Lila Kedrova en el papel de la cocinera cuyo asesinato se relata en el comienzo de la obra, y que el autor -incluido entre los personajes- declara que no ha terminado de escribir. La acción va avanzando entre la comedia y la tragedia mientras la trama se completa yendo del policial a la reflexión filosófica o a la crítica social. Me permito reiterarles el final ya que el autor se ha adelantado: la mujer muere acuchillada.

Se desarrolla en una mansión de dos niveles, el superior, habitado por los aristócratas y el inferior por la servidumbre y otros trabajadores del servicio.

La idea de que los personajes se “rebelen” a los autores ya había sido usado entre otros por Unamuno y por Pirandello y es posible que esa haya sido la causa de su dispar recibimiento  por el público y la crítica. De hecho es una de sus obras menos conocidas.

En La obra maestra de Anouilh perdida el procedimiento de versionar se duplica por lo que el placer es doble: por un lado hay un escritor novato, Marcos (alter ego de Denevi), que empieza a recordar la obra a partir de una nota sobre el estreno de la pieza que leyó en una revista. Por el otro, el periodista Meléndez, narrador descreído y a quien no le gusta Anouilh, consigue la obra, la compara y termina invalidando lo escrito por el muchacho.

Pero el joven insiste con tenacidad y su texto empieza a fluir como si en él hubiera encarnado la propia voz de Anouilh y a la vez ser tan bueno como el original. El cierre completa la parodia: no queda otra que atribuirla al maestro francés como una obra perdida con esta humorada exquisita de Marcos:

Ese diálogo, ¿lo leí en el magazine? ¿Lo inventé yo? ¿Nunca lo sabré?

El único que podría sacarme de esta duda es Jean Anouilh. Pero Anouilh es para mí como una estrella inalcanzable.

Por más que Meléndez diga que no, se trata de una obra maestra, y entonces ¿para qué seguir dudando? Tiene que ser efectivamente, de Anouilh. Yo no soy capaz de escribir nada que valga la pena.



 

 Anouilh, Jean , Teatro, tomo 5, La gruta, (1966), Buenos Aires, Editorial Losada.

Denevi, Marco, Reunión de desaparecidos (1977), Buenos Aires, Macondo Ediciones.

 

Ambos libros se consiguen usados a muy buen precio. Recomiendo especialmente el de Denevi, porque  incluye otros once cuentos, casi todos mejores que este, lo que no es poco decir.

Si alguien quiere ahondar en este “procedimiento” habitual de versionar cuentos de otros autores, sugiero la lectura de este minucioso trabajo de Rosa Pellicer: La narrativa de Marco Denevi: de la versión a la falsificación. Se van a llevar varias sorpresas con Rosaura a las diez y otras más.

https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/36/11/15pellicer.pdf

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sábado, 7 de noviembre de 2020

Con el mismo cuento 61 - Sciascia, Camilleri

Añadir título

A cada cual, lo suyo (A ciascuno il suo), 1966, novela de Leonardo Sciasia (1921-1989).

La desaparición de Patò (La scomparsa di Patò), 2000, novela de Andrea Camilleri (1925-2017).

 

Fue Marcos Neuman, amigo y proveedor de libros difíciles de conseguir, el que llamó mi atención sobre el parecido de los dos relatos. Al darme el de Sciascia en español me comenta que lo leyó y, de inmediato, relacionó con el de su admirado Camilieri.

La cosa parece haber sido así: Camilleri admiraba a Sciascia a quien consideraba uno de sus maestros y decidió escribir algo como homenaje a su paisano. La inspiración le vino leyendo las líneas finales de A cada cual lo suyo, donde unos amigos comentan que la historia que acaban de protagonizar es igual que otra historia sucedida a fines del siglo XIX muy cerca de allí: un crimen develado, cuya resolución no conviene a nadie.

De modo que Camilleri recoge el guante 34 años después y reescribe la historia situándola en 1890 en... ¡Vigata!

Las dos novelas son versiones italianas del policial clásico con un toque sarcástico de policial negro. Una mezcla deliciosa de Conan Doyle con Borges, donde unos Sherlocks Holmes peninsulares develan los crímenes con astuta racionalidad y terminan enredados como en La muerte y la brújula.

 


En A cada cual, lo suyo hay un doble crimen: el farmaceútico y su amigo médico de un pueblo de Sicilia son muertos a tiros durante una excursión de caza. En los días previos el boticario recibió un anónimo amenazante al que nadie tuvo en cuenta y consideraron una broma. El Prefecto de Carabineros no tiene la menor idea de qué puede haber pasado y se barajan hipótesis diferentes, una más absurda que otra. Un profesor de literatura, amigo de las víctimas, inicia una minuciosa investigación a partir del único indicio cierto: el anónimo se hizo con letras recortadas del diario L’Ossevatore Romano (alcanza a leer al trasluz Unicuique suum, lema del diario del Vaticano) el cual sólo llega a tres o cuatro suscriptores.   Ahí empiezan a mezclarse la Cosa Nostra, un diputado comunista, la iglesia, un sobrino del Obispo y su bella prima Laura, esposa del médico asesinado.

El profesor Laureana avanza con firmeza en la investigación, resuelve el problema y, a la vez que consigue cierta ayuda de la viuda se enamora de ella. Pero Laura tiene otros planes y las cosas se complican para él.

A ciascuno il suo fue llevada al cine por Elio Petri, en Italia -1967, con Gian María Volonté e Irene Papas en los protagónicos. El título en español resulta gracioso: “Aún matamos a la antigua”.

 

La desaparición de Pató también ha sido traducida como Hipótesis sobre la desaparición de Antonio Patò, en este caso es uno de los relatos del libro Gotas de Sicilia.

Antonio Pató, gerente del Banco de Tricornia, desaparece misteriosamente durante unos festejos de Semana Santa, donde hace de Judas en las representaciones de La Pasión de Cristo. El autor va desgranando varias hipótesis sobre el suceso y sus posibles causas, algunas francamente delirantes. La rivalidad entre Policías y Carabineros agrega más confusión a la propia impericia de esas instituciones. Cuando muchos están convencidos de que se trata de un caso de cuernos vengados, o un castigo divino porque Pató siempre representaba el papel de Judas, el trabajo de la diputada Bellavia y el suboficial Giummaro, que en principio desconfían uno del otro pero luego tienen un acercamiento, descubre qué ocurrió y explica claramente los motivos. Sus armas han sido la perseverancia y el sentido común: ahora tienen la verdad en sus manos.

El informe presentado a las autoridades complica las relaciones entre Roma y Palermo y estamos ante un caso repetido: a quién le importa la verdad si nadie se beneficia con ella.

La scomparsa di Pató también fue llevada al cine, con dirección de Rocco Mortelliti,  en Italia - 2010, con Nino Frassica, Marizio casagrande y Alessandra Mortelliti, con guión del autor de la novela, del director y de Maurizio Nichetti.

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