Jimmy Markum (Sean Penn): Gracias por capturar a los asesinos de Katie. Ojalá hubieras sido un poco más rápido. Jimmy a Sean Devine (Kevin Bacon). En ese momento Sean descubre que el mismo Jimmy mató a Dave (Tim Robbims).

Los tres protagonistas fueron amigos en la infancia y la adolescencia. La vida los llevó por diferentes caminos y los reúne nuevamente el homicidio de la hija de uno de ellos. Bajo la apariencia de un policial clásico, y negro a la vez, se permite reflexionar sobre la violencia, las marcas del pasado, los prejuicios y sobre el origen del sistema legal norteamericano, nacido de la monarquía inglesa y de las ideas de Hobbes y de Loocke.
Hacia el final, se entretejen la aplicación de la venganza y la del sistema policial (jurídico) en un final abierto donde las instituciones muestran tanta ambigüedad como las personas en sus procedimientos.
Las memorables actuaciones fueron premiadas con sendos Oscar al mejor actor (Sean Penn/Jimmy Markum) y mejor actor de reparto (Tim Robbins/Dave Boyle).
Príncipe Fabricio di Salina (Burt Lancaster) —Estás loco, hijo mío. ¡Ir a mezclarte con esa gente! Son todos unos hampones y unos tramposos. Un Falconeri debe estar a nuestro lado, por el rey.
Tancredi Falconeri (Alain Delon) —Por el rey, es verdad, pero ¿por qué rey? Si allí no estamos también nosotros, ésos te endilgan la república. Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie. ¿Me explico?
El Gatopardo (Il Gattopardo), Italia-Francia, 1963, Luchino Visconti, 187 min.
Esta es la frase más conocida de la película. Ha dado origen a una expresión: el gatopardismo, con la que se denomina la conducta del que se adapta o cede una parte en una negociación para tratar de mantener su poder o posición. Curiosamente, no la dice el Príncipe, apodado El Gatopardo, sino su sobrino Tancredi.
El guión, muy respetuoso del libro, tiene otros momentos muy jugosos para los interesados en Ciencias Políticas:
Chevalley (Leslie French): La intención del Gobierno de Turín
es proceder al nombramiento de senadores del reino en la persona de algunos ilustres sicilianos. Se ha pensado en su nombre… Entonces, príncipe, ¿por qué no acepta?
Príncipe Fabricio di Salina (Burt Lancaster): Como usted no ha podido dejar de darse cuenta, no tengo ilusiones, y ¿qué haría el Senado de mí, de un legislador inexperto que carece de la facultad de engañarse a sí mismo, este requisito esencial en quien quiere guiar a los demás?
Chevaley es un remedo del gran artífice de la reunificación política italiana: el Conde Cavour, incluso en la película está caracterizado con un parecido notable. A los esfuerzos de incorporarlo como aliado político, el príncipe responde con su irónica y terrible honestidad. Completan el elenco, Paolo Stoppa, Claudia Cardinale, Rina Morelli y Lucilla Moriacchi. Estas últimas, como la esposa y la hija del príncipe. Las actuaciones son muy buenas, la de Burt Lancaster, superlativa.
