jueves, 9 de enero de 2025

Teatro - Ingrid Pellicori y Manuel Callau SUEÑO DE DOS

Sueño de dos – Mariano Saba



En el Paseo La Plaza, Sala Pablo Picasso, los martes a las 20hs de este Enero de 2025 sucede uno de esos milagros que reconcilian con la vida: Ingrid Pellicori y Manuel Callau celebran una maravillosa clase de actuación, de esas que recordaremos por siempre, nos transforman y estimulan lo mejor que hay en cada uno de nosotros.


El texto teatral es de Mariano Saba, que ya ha dado otras perlas, la dirección de Daniel Casablanca y Guadalupe Bervith. El vestuario, la escenografía, las luces, todo acompaña esta ceremonia y aporta su excelencia.


El pretexto es contar la historia de Olga y Antonio, los últimos que quedan de una compañía de teatro independiente desmembrada, disuelta y a la buena de dios en algún lugar del interior.

Ella primera actriz y él, apuntador, intentan sostener sus sueños (no siempre coincidentes) que van desde la utopía del teatro como un elemento que despierta conciencias y aviva el seso de las masas, al poder revolucionario del arte, el amor y demás enredos humanos, hermosamente abordados.

El texto está plagado de homenajes a la gran historia del teatro, tiene referencias al sainete, un perfume a los cuentos de Pirandello y una mención explícita: Olga se apellida Nevski (el río que pasa por San Petersburgo) así como la musa de Chejov se llamaba Olga Knipper, actriz y compañera que lo acompañó hasta su muerte.


Muchos pasajes dan lugar a escenas desopilantes de gran comicidad, de dramatismo, de teatro. Injustamente señalaré dos o tres que me vienen a la memoria: la “clase de lectura de texto” que le da Olga a su partenaire cuando le explica cómo decir una poesía de Becquer y las diferentes versiones de “cocoliche” que Manuel Callau va regalando, con sutiles cambios para decir el mismo texto, hasta que tome fuerza y verosimilitud. El artificio escénico de convertir un baúl en un sillón y más tarde en un sulky y la escena que juegan ambos sobre él resulta extraordinaria.


Aunque más no fuera que para tomar nota de la voz, como instrumento o herramienta de los actores valdría la pena que todos los interesados en los cursos de actuación la vieran… y más de la mitad de esos “actores” que usan micrófonos inalámbricos en salas de 150 espectadores, también.


Gracias a todos los que hicieron esa maravilla, cada uno ocupando su lugar, desde el “invisible” del apuntador hasta los fantásticos protagonistas.

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