La
muerte Nº 58127
Todas
las muertes son absurdas y dolorosas. Algunas especialmente: el último soldado
antes del final de la guerra, la última mujer quemada en el incendio que terminó
con la huelga de la fábrica textil en Nueva York, la última víctima de la
viruela a la que no le llegó la vacuna a tiempo.
Algunas
hasta pueden ser honrosas pues abrieron las puertas a nuevos horizontes o
cerraron para siempre situaciones ignominiosas.
Mañana,
28 de abril de 2020, en los eeuu, alguien será la muerte Nº 58127, una más que las bajas que hubo en toda la Guerra
de Vietnam, hasta la rendición.
En
2 meses habrá más muertes que los caídos durante siete años de guerra.
La
(i) responsabilidad del presidente y de su secretario de estado es total y es
la consecuencia directa de haber elegido a un par de tarambanas para ocupar
esos puestos. La actitud de los electores no se puede soslayar como tampoco la
de los detentores del verdadero poder, quienes imaginaron la triquiñuela de su
postulación y lograron imponerla.
Todos
hemos fantaseado alguna vez con encumbrar al más incapaz o al tonto de un grupo
o una comunidad al frente de la máxima autoridad. En el origen del carnaval hay
muchas situaciones divertidas basadas en este tópico y la literatura también
tiene referencias graciosas al tema, que llegan en ocasiones a poner un animal
al frente del gobierno. Pero este deseo casi infantil es el que,
suficientemente estudiado y apoyado en las cadenas televisivas taladrando
nuestras mentes, consigue que encumbremos a estos personajes.
En
la película BREXIT de Toby Haynes se muestra el proceso de manipulación al que se
sometió al electorado para lograr que vote contra sus propios intereses a favor
de los detentores del poder. De ese referéndum salió fortalecida la “imagen”
del actual primer ministro de incalaperra, otro farabute del mismo calibre que el
presidente de eeuu.
Nuestro
desafío será encontrar los mecanismos para neutralizar estas manipulaciones y
elegir mejores gobiernos.
Porque
no olvidemos que atrás del tarambana con quincho y bronceado falsos, que cree
merecer el premio Nobel de medicina, camina un tipo con un portafolios que
lleva las claves para activar el botón que puede hacer volar por el aire al
planeta.
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Hice esta entrada en base a ideas que escuché a Fernando Kron, a quien corresponden los créditos, si los hubiera. En caso de desacuerdos o reclamos, la responsabilidad es de El Pulpero, quien desde acá mismo lamenta no poder atenderlos por la situación que es de dominio público.
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1 comentario:
Interesante y atinada reflexión. Gracias Fernando.
Eduardo René Aibar
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