Cuentos con loros
Los loros, originarios de la India, llegaron a Roma
vía Persia traídos por los griegos. Los cantaron Apuleyo, Plinio y Ovidio,
admirados por su capacidad de imitar la voz humana, por los colores y,
esencialmente, por ser exóticos. Son los protagonistas de los tres cuentos
reunidos hoy.
El
bergantín holandés, 1907, cuento de Guillaume Apollinaire (1880-1918)
El loro pelado, 1918,
cuento de Horacio Quiroga
(1879-1937)
El mercader y su loro, antiguo cuento sufí/persa, atribuido a Rumi (1207-1273)
Empezaré
por el de Apollinaire, también llamado El marinero de Amsterdam que es el que más me gusta, por varias razones: porque es un policial donde
triunfa el asesino, porque no sobra nada -es tan perfecto como el crimen que
relata- y porque nos engaña haciéndonos creer que es otra más de piratas con un
loro sobre el hombro.
Dicho sea de paso, la idea de que todos los marineros
y los piratas tienen un loro que habla es una creación literaria, posiblemente
de Defoe, de donde la tomó Stevenson para La isla del Tesoro. A los marinos se
les permitía traer en sus viajes de regreso las mercaderías que pudieran llevar
consigo para venderlas libremente y hacerse de algún dinero extra. A eso se le
llama (todavía hoy) pacotilla y en aquellos tiempos incluía animales exóticos
como monos o loros, muy demandados en Europa.
El loro pelado de
Quiroga usa un procedimiento antiguo: los tintes “humanos” del loro y el tigre
que lo protagonizan. Hermosa su escritura y muy bien narrado, deja ciertas
dudas si se lo lee como una fábula moralizante sobre la conducta.
Pertenece a los Cuentos
de la selva, destinados a lectores jóvenes.
Si nos entregamos a su tono humorístico y algo
aparatoso podemos disfrutarlo mejor y pensar las preguntas que nos deja: ¿qué
es lo correcto ante la necesidad animal (y humana) de sobrevivir en el ambiente
natural?, ¿cuál es el animal más depredador?
El mercader y su loro, es un cuento con el estilo y las sutileza del viejo arte de la narración. Podemos decir que, aunque incluye
una conclusión moralista, es una hermosa historia que pone en valor una de las
grandes aspiraciones humanas: la Libertad.
Los cuentos son cortos, se leen y disfrutan en
minutos.
El bergantín holandés o El marinero
de Amsterdam se puede leer acá:
(Mejor este título, que es la traducción directa del
original: Le matelot d’Amsterdam)
En este enlace El loro pelado, de Cuentos de la selva, 1918:
https://ele.chaco.gob.ar/mod/book/view.php?id=66416&chapterid=1920
https://www.literatura.us/quiroga/loro.html
El mercader y su loro, aquí:
https://tucuentofavorito.com/el-mercader-y-su-loro-cuento-persa-para-sobre-la-libertad/
Si algún lector quisiera leer alguna cosa más larga,
donde hubiera algún loro en papeles secundarios puede elegir entre las novelas
que siguen. Las dos primeras, de piratas y la última, una biografía falsa y
deliciosa. ¡Y me estoy olvidando de los loros de Fontanarrosa, vecinos de Inodoro Pereyra!
La isla del tesoro, 1883, novela de Robert Louis
Stevenson (1850-1894)
Robinson Crusoe, 1719, novela
de Daniel Defoe (1660-1731)
El
loro de Flaubert, 1986, novela de Julian Barnes (1946)
.
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