Todos o casi, son tomados o adaptados (¿adoptados?, diría un lacaniano)
de su recopilación de chistes. Que alguien me perdone, no quisiera invocar a
algún dios en vano, por mi ateísmo.
1 Muñeca brava
Una dama italiana le da una lección al desconsiderado de Napoleón,
durante un baile:
‒ Tutti gli italiani
danzano si (cosi) male (todos los
italianos bailan muy mal).
‒ Non tutti, ma buona parte (no todos, pero buena parte).
2 Federico II,
grande en serio.
Hasta los
oídos de Federico El Grande llegó la fama de un predicador espiritista de
Silesia, del que se decía que hablaba habitualmente con los espíritus. Lo hace
llamar e interroga personalmente:
‒ ¿Puede usted conjurar los espíritus? ¿Los llama usted
habitualmente?
‒ Si, Majestad, pero
nunca acuden.
3 Confusiones, mezcla de palabras y otras yerbas.
Leopoldo II
de Bélgica, terrible asesino dueño del Congo, a los 62 años quedó deslumbrado
por la bella bailarina Cléo de Merode de 22 años que, al parecer, no le
correspondía. La prensa pasó a llamarlo Cleopoldo.
Al juez de Inodoro Py de apellido Canicoba
Corral, se lo conoce en el ambiente como Canicoima
Corral aludiendo a alguna característica de su desempeño. Como ahora se jubila, será reemplazado por otro integrante de la banda, Julián Puercolini, quien continuará perpetrando la injusticia.
¿Lógico o no?
Un cliente
entra en una pastelería y pide una tarta, pero la devuelve
enseguida, pidiendo en cambio una copa de licor. Después de beberla se va sin
pagar. El dueño de la tienda le llama la atención:
‒ ¡Se olvidó de
pagar la copa de licor que tomó!
‒ Ha sido a
cambio del pastel.
‒ ¡Pero si el
pastel tampoco lo ha pagado!
‒ Claro, cómo
lo voy a pagar si no lo he comido.
5 Escépticos,
descreídos.
Dos amigos caminan juntos
‒ ¿Creés o no
creés en Dios?
‒ Menos que el
ejército en la inocencia de Dreyfus…
‒ ¿Ni siquiera
ahora que el éxito te persigue?
‒ Es que me
persigue hace años, pero no me alcanza.
6 Monarca
contrariado
Su Majestad recorre el reino. Entre la gente que lo
vitorea ve a un paisano, pobre y no muy bien vestido, que se le parece
extraordinariamente. Le indica que se acerque y le pregunta:
‒ ¿Recuerda usted si su madre sirvió en palacio alguna vez?
‒ No Alteza, ‒ respondió ‒mamá no, pero sí papá.
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