Más allá del olvido y Vértigo – Hugo del Carril y Hitchcock
Brujas la muerta, 1892, novela de Georges Rodenbach (1855-1898)
Sudores fríos; entre los muertos (Sueurs froides; d’entre les morts), 1954,
novela de Pierre Boileau (1906-1989) y Thomas Narcejac (1908-1998)
El tema común a las obras de hoy es el amor más allá de la
muerte o la duplicación de la o el amante en distintas variantes que van desde
el deseo de eternidad a la necrofilia y a casos policiales.
Es tan llamativo el encadenamiento que hay entre las
obras –ya sea voluntario o no– como el talento de escritores, directores y
guionistas en dar una vuelta de tuerca a algo ya transitado y encontrar aristas
y enfoques que enriquecen las narraciones literarias o cinematográficas. Como,
además de llamativa, la cadena es larga, será merecedora de un apéndice o
complemento de esta entrada donde haré justicia a los que las señalaron,
empezando por Juan Pablo Csipka (art. Página12 del 1/sep./21), Guillermo
Cabrera Infante, etc.
En, Brujas…,
Hugo Viane ha enviudado y se radica en Brujas, donde había pasado días gozosos
con su amada, a modo de homenaje y para hacer su duelo. Encuentra una semejanza
entre la ciudad y su recuerdo de la muerta, mientras vive en una casa llena de
retratos y cosas de la difunta, entre ellas una trenza de su pelo rubio. Una
noche encuentra a otra mujer que se le parece demasiado salvo en que, lejos de
la melancolía, es una bailarina alegre y algo vulgar. Hugo se enamora de la imagen
de Jane pero cuando logra concretar una relación carnal con ella, la ilusión se
desvanece, deja de ser el viudo fiel y se produce un trágico final: la ahorca
con la misma trenza que la bailarina revolea burlona.
Sudores… fue escrita para
que fuera llevada al cine. Un detective soltero recibe el encargo de seguir a
la esposa de un amigo que presenta comportamientos extraños, como si estuviera
poseída por una antepasada. Se enamora, la salva de un primer intento de
suicidio hasta que ella se arroja de un campanario y muere. Unos años después
la vuelve a encontrar (a ella o a otra extrañamente parecida). Mientras tanto ha
pasado la guerra con su secuela de dolor, muerte y olvido. Desesperado intenta
recuperar la relación o entender qué ha sucedido, pero una cosa hace imposible
a la otra. El final trágico lo confirma.
Ambas novelas fueron llevadas al cine en dos obras
maestras. Curiosamente tenemos la casi certeza de que ambos directores
desconocían la obra del otro, cosa que no parece hubiera ocurrido con los muy
prestigiosos autores franceses.
Más allá del olvido, 1956, arg., película dirigida por Hugo del Carril, guión de Eduardo
Borrás –adaptación de Brujas la muerta–, con Laura Hidalgo y Hugo del Carril.
Vértigo, 1958, eeuu.,
película dirigida por Alfred Hitchcock, con Kim Novak y James Setwart, guión de Alec Coppel y S. Taylor sobre la novela Sudores
fríos, de Pierre Boileau y Thomas Narcejac, 120 min.
.
1 comentario:
Una lectora fiel y cinéfila, S.M.P., ha señalado que Más allá del olvido, además de los parecidos con Rebeca, tiene escenas calcadas a Luz de gas, película de 1944, dirigida por George Cukor con Ingrid Bergman y Charles Boyer. Agrego aquí su contribución.
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