sábado, 29 de octubre de 2011

Frases de película -12-

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Copia certificada y El león del desierto

James Miller (William Shimell) –Es mi intención, de verdad, mostrar que la copia tiene un valor en sí misma. Porque nos lleva al original y, en el camino, certifica su valor.

Sra sin nombre (Juliette Binoche) –Te ha confundido con mi esposo.
...
Señor mayor, turista ( Jean Claude Carrière) –Lo que ella quiere es que camines a su lado y pongas tu brazo sobre su hombro.

Copia certificada (Copie conforme), Irán, Francia, Italia, Bélgica, 2010, 106 min., Abbas Kiarostami.

Una película deliciosa que mezcla un ensayo sobre el mito de la originalidad en el arte con un emotivo romance que reflexiona sobre la pareja y la comunicación. Al tema de la representación, la copia y el concepto de “original” –una obsesión del autor de este blog– Kiarostami le agrega una serie de regalos que valen lo que un tesoro:
-Juliette Binoche (Palma de Oro en Cannes por este trabajo) compone a una mujer plena de matices y sutilezas.
-Hay un paseo imperdible por la Toscana que recala en Arezzo y en Lucignano. Los espectadores “caminamos” esas calles viendo más que si estuviéramos allí.
-A Jean-Claude Carrière, el inmenso guionista de cine (desde Belle de Jour hasta Goya), le reserva un pequeño papel con una síntesis de lo que es un guión.
La película toda es un homenaje a otra: Viaggio in Italia, Rosellini, 1954. Es una reflexión sobre el arte de la representación y la reescritura, sobre el que está apoyada toda expresión artística. El propio Abbas Kiarostami (1940, Teherán, Irán) lo dice así: “Lo más interesante de lo que puedas contar depende finalmente de las reacciones de quien te escucha”.

En este enlace pueden ver la cola:
http://www.youtube.com/watch?v=8MO1Uoj4siw&feature=related


Omar Mukhtar (Anthony Quinn) -Nosotros no matamos a nuestros prisioneros.
Gerrero árabe -Ellos sí matan a los nuestros.
Omar Mukhtar -Ellos no son nuestros maestros.

El león del desierto, (Lion of the desert), 1981, EEUU-Libia, Moustapha Akkad, 160 minutos.

Año 1929. Mussolini, furioso después de veinte años de infructuosos combates entre las tropas italianas y los beduinos libios, ordena al general Graziani capturar al líder de la resistencia: Omar Mukhtar. La arrogancia del general fascista choca con el idealismo y la astucia del líder beduino. Tras una grave derrota de las tropas italianas, empieza el reinado del terror: las tropas italianas reciben órdenes de atacar no sólo a la guerrilla, sino también a la población civil. A pesar de las duras represalias, la voluntad de los beduinos no flaquea. Desesperado por obtener la victoria y la aprobación de Mussolini, Graziani ordena sitiar a la población y prohíbe el abastecimiento y comienza el cerco que termina con la resistencia. ( transcripto de FILMAFFINITY).
Música de Jean Michel Jarré. En la banda sonora se escucha “Giovinezza” (Juventud) que fue adoptado como el himno fascista.

En la escena del diálogo discuten sobre el destino a dar a dos prisioneros italianos que han capturado. Omar muestra sus cualidades humanitarias negándose a matar a un joven oficial que está desarmado, y en su lugar le entrega una bandera de Italia para que regrese con suyos. Omar asegura que, de acuerdo con los preceptos del Islam, no se debe matar a los soldados capturados, sólo luchar por la patria, luchar sólo por necesidad u obligación, y que el Islam enseña a odiar la guerra misma.

Las autoridades italianas prohibieron la película en 1982 porque, según el primer ministro Giulio Andreotti «dañaba el honor del Ejército».El veto fue puesto por el entonces subsecretario de Asuntos Exteriores Raffaele Costa, actualmente (2009) miembro de Forza Italia y presidente de la provincia de Cuneo desde 2004.
Cuando en 2009 Muhamad Khadafi visitó Italia, sorprendió a su huésped, Silvio Berlusconi, que lo esperaba al pie del avión. Levaba una foto de Omar Mukhtar prendida en su uniforme. En el avión que trasladaba a la delegación libia iba Omar Mukhtar hijo.

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lunes, 24 de octubre de 2011

Echando más leña al fuego

No puedo resistir la tentación de compartir algunos versos satíricos más.
El autor del Nº 1 posiblemente sea el benemérito J.L.Borges, es una diatriba sobre Horacio Quiroga a quien el vate nacional no le tenía simpatía alguna. El Nº 2, firmado Martín Fierro, también puede haber sido obra suya.
Los Nºs 3 y 4, atribuidos a Alejandro Nores Martínez, son algo más subidos de tono y los temas que abordan no son muy literarios que digamos.
El Nº 5 pone un poco de ingenuidad frente al exabrupto anterior y el Nº6 es, una devolución de atenciones: le pega a Lugones, al que JLB rendía culto.

1
A Horacio Quiroga
Escribió cuentos dramáticos
sumamente dolorosos
como los quistes hepáticos.
Hizo hablar leones y osos
caimanes y jabalíes.

La selva puso a sus pies
hasta que un autor inglés
(Kipling) le puso al revés
los puntos sobre las ies.


2
A la manera de José Hernández
Nadie se apure en las rimas.
¿Para qué se ha de apurar?
Si usté no sabe payar
siga mis indicaciones:
cada Roxlo a su Lugones
es el modo de plagiar.

Martín Fierro (¿JLB?)

3
Eduardo San Román
San Román, el oso aquel,
más pinchador que jeringa,
se casó con una gringa
que puede ser hija de él.
Si tiene hilo el carretel
lo sabe sólo el colchón,
porque cojudo o capón,
lo mismo que pingo viejo,
no le queda en el pellejo
más que el pedo y el envión.


4
A una señora
Señora Posse de Paz:
Si usted no cuida de atrás
el culo de su hija Marta,
se lo digo sin cumplido:
Puede que alguien se lo parta
si ya no se lo han partido.


5
Si Tor, el que es editor,
llega una hija a tener,
no podrá llamarla Ester,
porque sería Ester Tor.

Luis García

6
Fue Don Leopoldo Lugones
un escritor de cartel
que transformaba el papel
en enormes papelones.

Murió no se sabe cómo.
Esta hipótesis propuse:
“Fue aplastado bajo el lomo
de un diccionario Larrousse”

El Vizconde (¿de Lascano Tegui?)


1, 2, 5 y 6 Revista Martín Fierro
3 y 4 Ovillejos, Recopilados por Federico Racca, Babel Editorial, 2011, Córdoba.

Horacio Quiroga, retrato de Palomar, 1929.
"Joven virgen sodomizada por su propia castidad", Salvador Dalí.
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viernes, 21 de octubre de 2011

Epitafios y Ovillejos - F. Racca

El escritor cordobés Federico Racca ha tenido la feliz idea de recopilar, y la Editorial Babel de publicar, Ovillejos. Un rescate de esa poesía satírica y humorística en la mejor tradición del filoso humor mediterráneo. Como ellos han pecado de pensamiento, palabra y obra al acometer esa tarea, La Pulpera espera que este robo descarado sea considerado pecado venial y, para disimular, le agrega otras “cositas” afanadas a la revista Martín Fierro.

A caballo entre la literatura y la política hubo grandes disputas entre nuestros escritores y sus grupos (Boedo y Florida por ejemplo), nucleados alrededor de diarios y revistas.
Entre las armas usadas para la contienda se destacan los EPITAFIOS y los OVILLEJOS.
Las dos son formas poéticas, en las que se satirizaba al adversario haciéndolo objeto de burlas o destacando sus defectos. En el primer tipo se destacó la revista Martín Fierro (1927) y el segundo tuvo su mayor difusión en el diario Los Principios de la ciudad de Córdoba (1960).
Más allá de algunos enojos y trompadas circunstanciales, en general la sangre no llegaba al río y, a veces, daban lugar a réplicas muy divertidas. En los afectados se mezclaban los magullones a la honra y a la autoestima con el orgullo y la notoriedad que el asunto generaba.

Vayan estos como muestra:
1
Aquí yace bien sepulto,
Capdevila en este osario.
Fue niño, joven y adulto,
pero nunca necesario.
Sus restos deben quemarse
para evitar desaciertos:
murió para presentarse
en un concurso de muertos.
R.M. (¿Ricardo Molinari?)

2
Debajo de este ciprés
purga Roberto Mariani
su esfuerzo por castellani
zar su estilo genovés.
H.C.(¿Héctor Castillo?)

3
Yunque, el de frente estrecha,
que en “Claridad” editaron,
murió por fin. Lo enterraron
“En el fondo a la derecha”.
H.C.

4
Bajo esta losa pesada,
libre de malos momentos,
tiene Gálvez su morada.
Sus versos no fueron nada,
sus novelas fueron cuentos.

El hijo de Héctor Castillo

5
Ovillejo y medio
Este negro es un batracio
HORACIO
a todo queso se pega
REGA
y en “Crítica” hiel cocina
MOLINA
Si acaso, como pollino
con sonsonete marica
rebuzna cuando le pica,
más bien descubre al zorrino:
cuando en prosa o verso orina.
HORACIO REGA MOLINA
Minerva(¿?)

6
Arturo Frondizi
Yo soy Arturo Primero
radical oportunista
demagogo y ensayista
de las masas heredero.
Mas no soy filibustero
sino caballero andante
que sobre mi Rocinante
voy cabalgando triunfal
porque he quedado al final
con una herencia vacante.



7
Guto Garzón (epitafio)
En este resumidero
descansa Guto Garzón:
de paso empeñó el cajón
y clavó al sepulturero.

8
Me has devuelto el libro aquel
MANUEL
con unas disculpas tales
GONZÁLEZ
que no “arreglan” y hacen barro
PIZARRO
Tu bonita carta agarro
y en público como a solas,
me la paso por las bolas…
MANUEL GONZÁLEZ PIZARRO


1 a 5 se publicaron en la Revista Martín Fierro.
6 a 8 tomados de:
Federico RACCA, compilador, Ovillejos, 2011, Babel Editorial, Córdoba – Rep. Argentina

Las ilustraciones son:
Tapa de Martin Fierro con Lugones por Fava.
Frondizi por REP , Miguel Repiso.
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domingo, 16 de octubre de 2011

Para qué sirve un poeta - Humor

Isidoro Blaisten

Los fragmentos que siguen son del exquisito poeta y cuentista entrerriano Isidoro Blaisten (1933-2004). Puede parecer una herejía que estos recortes se agrupen en una sección humorística, tanto más siendo parte de Para qué sirve un poeta donde puso todo su amor por la poesía, pero La Pulpera cree que estaría completamente de acuerdo. No puedo pensar otra cosa de un escritor que hacía cuentos que pudieran “gustarle tanto a Barthes como a los muchachos del café de la esquina.”

Un millón de sandías
Pero además de concitar la magia, además de emitir “trinos feroces”, el poeta detenta la propiedad de soñar.
Resulta que dos negros estaban dormitando en las laderas del Mississipi.
Uno de los dos se desperezó, bostezó, suspiró y dijo:
-Cómo me gustaría tener un millón de sandías.
El otro negro preguntó:
-Rostus, si tuvieras un millón de sandías, ¿me darías la mitad?
-¡No!
-¿No? ¿No me darías un cuarto?
-No, no te daría un cuarto.
-Rostus, si tuvieras un millón de sandías, ¿no me darías diez sandías?
-No.
-¿No me darías ni siquiera una sandía? ¿A mí, que soy tu amigo?
-Mira, Sam, si tuviera un millón de sandías, no te daría una sola raja, una sola tajada de sandía.
-Pero, ¿por qué, Rostus?
-Porque eres demasiado perezoso para soñar por ti mismo.

Sexo y sufrimiento
Por más pobre que sea un poeta, siempre va a tener un millón de sandías. Veamos. Hace treinta años corrían los años cincuenta. El deseo sexual atenaceaba a los jóvenes. No se podían tener relaciones sexuales antes del matrimonio. En Córdoba, un muchacho invita a una chica al cine. La invita a ver La princesa que quería vivir. La oscuridad del cine es proclive a las caricias. El joven empieza un manoseo procaz, feliz, contumaz. Aprovecha el momento en que Audrey Hepburn mete la mano en la boca abierta de la cara de granito. La cuestión es que en el momento de máximo suspenso en medio del cine, con la pantalla en silencio, se oye un cachetazo. En el momento en que Gregory Peck aparece detrás de la fuente y la pantalla se ilumina, todo el cine se da vuelta. La luz de plata ilumina a la pareja. Entonces el joven se levanta indignado, se arregla la corbata y dice:
-¡Pa que aprendas!
Y busca la salida caminando despaciosamente sobre la alfombra.

De políticos y pedicuros
El poeta es un ser con íntima humildad.
No conozco ningún político, ningún crítico, ningún pedicuro que pueda escribir esto:
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de eso, tengo para mí todos los sueños del mundo.

Esto lo escribió Fernando Pessoa. También escribió un verso que dice: Sentir es estar distraído. Ahora bien, si el poeta es el sentidor por excelencia, ¿quiere decir que cualquier distraído que anda sintiendo por ahí es un poeta? No. Porque otro poeta que se llamaba Vladimir Maiacovski dijo que un poeta es cualquier hombre, pero cualquier hombre no es un poeta.


Isidoro Blaisten, Anticonferencias, Emecé, 1983.
Isidoro Blaisten, Antología personal, Ediciones Desde la Gente, 1997.
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jueves, 13 de octubre de 2011

Histeria masculina y femenina

Esta zamba, de cuyo de cuyo autor no sé más que el nombre, es un muestrario de histeria masculina. Lo peor del caso es que la interpretaron varios grandes del folklore argentino: Atahualpa Yupanqui, Ariel Ramírez y Jaime Torres, entre otros. Como siempre me ha gustado, me caben las generales de la ley.

NO QUIERO QUE TE VAYAS
Zamba de Agustín Amaya

No quiero que te vayas,
ni que te quedes,
ni que te vái con otro, vidita,
ni que me olvides. (bis)

Si las ingratitudes
fueran de aceite,
yo viviría manchado, vidita,
continuamente. (bis)

ESTRIBILLO
Vidita de mi vida,
por qué sois así,
tan alegre con otro, vidita,
triste para mi. (bis)

Cuatro nombres con erre
tiene mi amada,
Rosalía y Rosenda, vidita,
Rosa y Rosaura. (bis)

Vidita de mi vida,
tu amor me mata,
tu amor me pone preso, vidita,
tu amor me saca. (bis)

ESTRIBILLO
Vidita de mi .......


De la histeria femenina se ocupa la cordobesa, residente en México, Liliana Felipe en esta canción de su autoría. Lo hace de un modo directo, sin vueltas, menos histérico, podríamos decir. Ella misma la interpreta en este enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=MobDqnh86RY

LAS HISTÉRICAS - Liliana Felipe

Las histéricas somos lo máximo...
las histéricas somos lo máximo...
extraviadas, voyeristas, seductoras compulsivas,
finas divas arrojadas al diván de Freud.. y de Lacan.

¡Ay, Segismundo, cuanta vanidad!
Infantiloide malsano, el orgasmo clitoriano.
¡Ay, Segismundo, cuanta vaginalidad!
El orgasmo clitoriano, se te escapa de la mano.

¡Ay, Segismundo! De tan macho, ya no encajas.
No me digas que el placer es pura paja.

Por lo demás, correspondo a tus teorías:
estoy llena de manías, sueños, fobias y obsesiones;
sólo tu envidia del pene y el diván de tus eunucos
administra mis pulsiones compulsivas.

¡Cómo me duele este mundo, Segismundo!
La parálisis, la envidia, la neurosis nos gobierna...
¡Cómo me duelen los pobres, cómo jode la miseria!
Ora sí que lo de menos es la histeria.

Las histéricas somos lo máximo...
las histéricas somos lo máximo...
solidarias, fabulosas, planetarias, amorosas,
superegos moderados, cunnilingus para todas a placer.

¡Ay, Segismundo, cuanta vanidad!
Infantiloide malsano, el orgasmo clitoriano.
¡Ay, Segismundo, cuánta vaginalidad!
El orgasmo clitoriano, se te escapa de la mano.

¡Ay, Segismundo! De tan macho, ya no sé
si poner punto final o...ponerle “punto G”.


No quiero que te vayas por Los de Orán
http://www.youtube.com/watch?v=CcsTdnGeIIo
En la foto Liliana Felipe y Jesusa Rodriguez.
Tapa, 1991, Ediciones El Hábito.

jueves, 6 de octubre de 2011

Con el mismo cuento 6

Katherine Mansfield y Charles Perrault

Continuando la serie del título, La Pulpera trae hoy el caso de una autora que reescribe una obra clásica.
Katherine Mansfield (1888-1923) escribió en 1915 La joven institutriz o La pequeña institutriz, cuento que incluyó en su libro Felicidad y otros cuentos. Una joven emprende un viaje llena de recomendaciones acerca de la conducta que debe observar durante el mismo. En el camino conoce a un señor al que toma como un abuelo que la protege y la acompaña en un paseo. Este paseo, con mucho de rito iniciático, termina abruptamente cuando…



La pequeña institutriz es, o al menos puede leerse como, una versión –mucho más rica – de Caperucita Roja. Los dos cuentos tienen entrelazados varios temas, como ocurre con toda buena literatura, pero hay dos que sobresalen: el despertar sexual adolescente y el tema del “hombre maduro enamorado de una mujer joven”. Este último, un núcleo argumental muy frecuentado, será el eje de un próximo artículo de esta serie.
Sin la perversidad del cuento de Perrault (un análisis de los nefastos cuentos infantiles se puede ver en Psicoanálisis de los cuentos de hadas de Bruno Bethlehem), el de K. Mansfield agrega al tema la mirada femenina y su escritura inquietante.

Caperucita Roja fue escrito originalmente en 1697, hace más de 300 años, por el francés Charles Perrault (1628-1703) y está incluido en su volumen: Cuentos de Antaño.
El auténtico final de este cuento es trágico, el Lobo se come a la abuelita y a Caperucita Roja sin que nadie pueda rescatarlas. El último párrafo dice:
“– ¡Abuelita, qué dientes más grandes tienes!
–Son para comerte.
Y diciendo estas palabras, el malvado del lobo se arrojó sobre Caperucita y se la comió. Fin”.

A continuación, el propio Perrault escribió una “moraleja”:
“Vemos aquí que los adolescentes y más las jovencitas elegantes, bien hechas y bonitas, hacen mal en oír a ciertas gentes, y que no hay que extrañarse de la broma de que a tantas el lobo se las coma. Digo el lobo, porque estos animales no todos son iguales: los hay con un carácter excelente y humor afable, dulce y complaciente, que sin ruido, sin hiel ni irritación persiguen a las jóvenes doncellas, llegando detrás de ellas a la casa y hasta la habitación. ¿Quién ignora que lobos tan melosos son los más peligrosos?”.

Resulta más que evidente que Perrault castigaba allí a Caperucita (la víctima) por hablar con desconocidos, daba lecciones de moral y dejaba claro el carácter sexual de las intenciones de los “lobos”.
En 1812, los Hermanos Grimm, con la intención de mitigar la crueldad del original, escribieron otra versión del cuento con un final más edulcorado (¿?): un leñador llega justo a tiempo, mata al lobo y ¡rescata a Caperucita junto con su abuelita, abriéndole el vientre!
A mí me gusta más una versión humorística de Caperucita Roja que también incluye una pequeña modificación del final: Caperucita no es devorada por el lobo luego de acostarse con él, sino que vuelve, muy tranquila y contenta, a su casa. En el camino se encuentra con unas amigas que la llaman “Caperucita… Caperucita…”, a lo que ella responde muy entusiamada: “Desde hoy llámenme Sra. de Feroz.”


No encontré en la red a “La joven institutriz” en español. Aquí se pueden leer otros cuentos de KM.
http://www.akerudigital.com/descargar/cuentos-katherine-mansfield.pdf
Acá también, con la misma salvedad:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/mansfi/km.htm
Aquí se puede leer “La joven…” en inglés. También lo pueden traducir.
http://digital.library.upenn.edu/women/mansfield/bliss/bliss.html#governess

Si algún lector tiene la oportunidad de cotejar ambos cuentos, agradeceré mucho su opinión al respecto.

Los autores de las viñetas son Kukuxumusu (arriba) y Chamartín (tal como salió en Hortensia hace añares, abajo).

domingo, 2 de octubre de 2011

Goles Tejidos

Fútbol - Tejidos - Literatura
Creo que hay algún vínculo entre el fútbol y el tejido, si los vemos como artesanías. Trataré de explicarme, de conservar la ilación, de no irme por las ramas; no quiero perder el hilo ni que se me escape algún punto de esa relación íntima que, sospecho, viene desde lejos pero sigue vigente.

Se muestra con claridad en esta expresión de admiración de los tiempos en que las pelotas de fútbol eran de gajos cosidos con tiento: la descose. Por ejemplo: El negro Juárez la descose, la bajó a lo Garrincha y la puso en un ángulo.
Y en el diario del lunes pasado, cuando decía: Messi robó el balón en el centro del campo y enhebró una jugada personal maravillosa que terminó en el segundo gol.
Ni qué decir de esa ocasión en que Maradona manejó los hilos del equipo que, poco a poco, fue tejiendo jugadas más precisas hasta asestar un contundente golpe al arco enemigo.

Las palabras texto y tejer vienen de la misma raíz. Ya que estamos, podríamos agregar la palabra fútbol, ponerlas a todas en la misma bolsa –una bolsa de red- y ver la trama, la urdimbre, y el entrelazado de los hilos del fútbol con los de la literatura.

“Cuando se levantó, seguro de que había desviado el tiro, encontró la pelota al fondo de la red.”
(Moacir Barbosa, cuento de Eduardo Galeano)

Le canto al gol.
Redondamente puesto
en el arco violado con un
temblor eléctrico.
Al gol tejido, urdido o reventado
como un amanecer contra la
tarde.
(Canto al gol, poema de Héctor Negro)

Puede que lo dicho hasta acá no sea muy convincente, pero los apodos de estos jugadores no dejan lugar a dudas sobre la ligazón fútbol-tejido:
A Vicente Zito, jugador de Racing y Quilmes en los años 30, y a Carlos Pol, de All Boys en los 40 los apodaron “la bordadora” por la habilidad para esquivar defensores.
Talleres de Córdoba, allá por 1960, tenía un delantero muy habilidoso: Miguel Antonio @ La Wanora Romero. La Wanora era una máquina de tejer hogareña que se fabricaba en Córdoba por ese entonces y tenía una gran popularidad. Se decía que “le tirabas un ovillo y te sacaba una bufanda”. Venía en dos modelos, la Piccola y la Maglia. Parece que La Wanora Romero los tenía a los dos, juntos, adentro.

Los noto algo escépticos acerca de la relación postulada. Es muy posible que tengan razón, podría estar algo traída de los pelos… Hablando de pelos, lo que es indudable es la relación entre el fútbol y La Peluquería... ¿Vieron el golazo de tijera que hizo Lisandro López de Arsenal de Sarandí el domingo pasado?



Tiros libres, El fútbol en cuentos, poemas y crónicas, Ed. Del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Buenos Aires.
El fútbol a sol y a sombra, Eduardo Galeano, Siglo XXI Editores, 1996
La Wanora Romero, nota de Daniel Salzano. (nosotroscordobeses.com.ar)

La primera ilustración es de Hugo Catalán, de la de abajo les debo el autor.
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