jueves, 29 de mayo de 2014

El personaje y su lenguaje - 1a parte

El personaje construido por su lenguaje
Estos fragmentos de obras de diversos autores muestran el modo en que construyen sus personajes partiendo del lenguaje que asignan a cada uno. Esto, que en ocasiones llamamos “estilo”, es una herramienta fundamental  para definir las características de sus criaturas a través de una de nuestras más importantes acciones: el habla.
Al final, una anécdota de Juan Rulfo donde este se refiere con sorna al procedimiento y deja dudas sobre la veracidad de los escritores.

1 “No habrá más penas ni olvido” – Osvaldo Soriano
—Dicen que somos bolches.
—¿Bolches? ¿Cómo bolches? Pero si yo siempre fui peronista..., nunca me metí en política.
El diálogo entre Don Ignacio y Mateo es toda una definición de los personajes en el contexto del final del gobierno de Perón en 1974.
La frase se transformó en una de las más famosas del cine argentino cuando Leonardo Favio la puso en los labios de Gatica en la película homónima.


2 “Boquitas pintadas” – Manuel Puig
«FALLECIMIENTO LAMENTADO. La desaparición del señor Juan Carlos Etchepare, acaecida el 18 de abril último, a la temprana edad de 29 años, tras soportar las alternativas de una larga enfermedad, ha producido en esta población, de la que el extinto era querido hijo, general sentimiento de apesadumbrada sorpresa, no obstante conocer muchos allegados la seria afección que padecía. …» 
El tono denota noticia de diario del interior.

Estimada Doña Leonor:
Me he enterado de la triste noticia por la revista Nuestra vecindad y después de muchas dudas me atrevo a mandarle mi más sentido pésame por la muerte de su hijo.
Yo soy Nélida Fernández de Massa, me decían Nené, ¿se acuerda de mí? Ya hace bastantes años que vivo en Buenos Aires, poco tiempo después de casarme nos vinimos para acá con mi marido, pero esta noticia tan mala me hizo decidirme a escribirle algunas líneas, a pesar de que ya antes de mi casamiento usted y su hija Celina me habían quitado el saludo.
 Empezamos a conocer a Nené por el tono de su carta.

Buenos Aires, 10 de junio de 1947
Querida Doña Leonor:
Esta tarde al volver de comprarles unas cosas a los chicos en el centro, me encontré con su carta. Sentí un gran alivio al saber que Juan Carlos se confesó antes de morir y que esté sepultado cristianamente. Dentro de todo es un consuelo muy grande. ¿Usted cómo anda? ¿Está un poco más animadita? Yo sigo todavía muy caída.
Ahora me voy a tomar un atrevimiento. Cuando él se fue a Córdoba la primera vez me escribió unas cuantas cartas de novio a Vallejos, decía cosas que yo nunca me las olvidé, yo eso no lo debería decir porque ahora soy una mujer casada con dos hijos sanos, dos varones, uno de ocho…pero…
Acá agregamos otra imagen de Nené.


 3 “Novelas ejemplares” – “Rinconete y Cortadillo” – Miguel de Cervantes
Volviendo, pues, a nuestro propósito –dijo Monipodio–, querría saber, hijos, lo que sabéis para daros el oficio y ejercicio conforme a vuestra inclinación y habilidad.
Yo –respondió Rinconete–  un poquito de floreo de Vilhán, … juego bien de las cuatro y de las ocho… y atreveríame a hacer un tercio de chanza mejor que un tercio de Nápoles,  y a dar un astillazo al más pintado…
Yo–respondió Cortadillo– sé la treta que dicen mete dos y saca cinco, y sé dar tiento a una faldriquera con mucha puntualidad y destreza. …
¡Alto, no es menester más! –dijo a esta sazón Monipodio–. Digo que sola esta razón me convence, me obliga y me fuerza a que desde luego asentéis por cofrades mayores y que se os sobrelleve el año del noviciado.
Y así Rinconete y Cortadillo fueron aceptados en la cofradía de Monipodio que, como su nombre lo insinúa, monopolizaba el gremio de rateros, pillos y estafadores que asolaban Sevilla y les otorgaba su “licencia para trabajar en la ciudad”. Puede verse que, desde el mismo tono y uso del lenguaje, Monipodio tiene una categoría superior a la de los aspirantes.
 

///   Continuará...
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jueves, 22 de mayo de 2014

Tempus fugit - Tangos - Quevedo y Cadícamo

¡Cómo se pianta la vida!

 
¡Quién no quisiera controlar el tiempo! En ocasiones parece no pasar nunca, en otras se nos escapa como agüita entre las manos y cuando nos damos cuenta…
El asunto es todo un tema en la literatura y ha sido tratado desde hace mucho tiempo. Una expresión latina extraída de un poema de Virgilio lo sintetiza a la perfección: Tempus fugit  (el tiempo huye) y también hay menciones al punto en el Antiguo Testamento.


El tópico estaba de moda allá por el Siglo de Oro español y el maestro Francisco de Quevedo (1580-1645) lo dijo de modo impecable en su soneto Ah de la vida... cuyos últimos seis versos dicen:

Ayer se fue; Mañana no ha llegado;
Hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.

En el Hoy y Mañana y Ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.


 
Otro grande, Enrique Cadícamo, le puso letra por segunda vez, en 1942, a un tango que Juan Carlos Cobián había escrito veinte años antes: Los mareados. Allí hace una maravillosa referencia al tema de la vida que se escapa, recreando el mismo artificio que usó el poeta español: presente, futuro y pasado en un mismo verso (hoy, vas a y en mi pasado).

Esta noche beberemos
porque ya no volveremos
a vernos más…

Hoy vas a entrar en mi pasado,
en el pasado de mi vida…                                                                            

 
Con otro estilo, con algo de lunfardo, también se ocupa del tema de lo efímero de la vida el tango de Miguel Rice Treacy (a) el irlandés: Cómo se pianta la vida, que cantaba Roberto Goyeneche con la orquesta de Baffa y Berlingieri.

¡Cómo se pianta la vida!
Cómo rezongan los años

 
Amigos, espero que no se tomen esto a la tremenda. Al fin y al cabo, como dice la divertida marcha de Sciamarella que cantaba Alberto Castillo:

Por cuatro días locos
que vamos a vivir.
Por cuatro días locos
te tenés que divertir.



¡A comer pues, que mañana pueden chocar dos planetas!
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domingo, 18 de mayo de 2014

Refugios y arrieros



“Alcanzamos un refugio cordillerano, construido en forma cónica, al que se entraba como a un caracol hasta dar con una estancia amplia, en la que cabían cómodamente hasta cinco jinetes con sus cabalgaduras.”
Atahualpa Yupanqui contó así su llegada al refugio de la foto, uno de los catorce que se construyeron entre 1864 y1873 por inciativa del Presidente Sarmiento, en la zona cordillerana de La Rioja y San Juan.
Fueron emplazados a lo largo de los tres “caminos de los toros” por los que se llevaba hacienda en pie a Copiapó – Chile desde 1830. Estaban separados por un día de marcha y servían como protección ante la dureza del clima.


En los pasos mendocinos ya se habían construido con anterioridad –hacia 1750– unos refugios más pequeños, de ladrillos cocidos, conocidos como Casas del Rey, para dar refugio durante el cruce a arrieros, correos y viajeros, pero estos son mucho más grandes y sólidos.

La actividad cayó paulatinamente frente a la competencia de otros sistemas de transporte. Así fue que el último arreo de hacienda por el Paso de Pircas Negras (que ahora cuenta con una espectacular carretera pavimentada recién construida) fue allá por 1958. Debió ser muy impresionante: unos 15 arrieros llevaron 300 vacunos, a los que previamente tuvieron que herrar ,y los entregaron en Copiapó para retornar con el pago en metálico, oro y plata en lingotes. Cirilo Urriche, un mozo por aquel entonces, que formó parte de aquel grupo de arrieros recuerda hoy aquella travesía desde su mercado-restorán en el pueblo de Jagüé.

La Aduana de este paso a Chile está en la localidad de Vinchina (distante 120 Km de la frontera). Hacia 1940, el jefe a cargo de la misma se llamaba Custodio Astorga (puede parecer una broma la coincidencia del nombre con la función, pero no lo es.) A él, al baquiano Félix Cruz y a la Barranca de Zabaley los menciona Atahualpa en “El canto del viento”. En la actualidad se puede recorrer la zona acompañado por el guía Fernando Zabaley (Cooperativa Laguna Brava Turismo – Vinchina – La Rioja), nieto del nombrador de la Barranca.

Una última sobre los refugios: más que cónica la forma externa tiene reminiscencias mongoles o árabes (según algunos, origen de la familia a cargo de la construcción de los mismos) y la planta es idéntica a la de los nidos de horneros. Tienen una pequeña ventana y un agujero en la parte superior para asegurar el tiraje cuando se hace fuego en su interior. Lo mejor de todo es su calidad constructiva que los ha hecho sobrevivir a más de 150 años de intemperie y de ocasionales temblores.

 
Más sobre el tema en:
http://www.cienciahoy.org.ar/ch/hoy28/laguna01.htm
http://www.histarmar.com.ar/AVIACION/DelaSelvaAlosAndes2.htm
http://www.diariouno.com.ar/edimpresa/2010/05/19/nota243340.HTML
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miércoles, 7 de mayo de 2014

Un escritor de ficción - 2a (última) parte


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Buscaré otro autor para representar en el que confluyan una imagen y una escritura que me gusten y donde el camuflaje se disuelva hasta hacerse invisible. Esta es la tarea, pero no me resulta fácil. Porque si de imagen se trata, yo quisiera verme como Beckett en esa foto en que parece un gallo viejo o una iguana prehistórica; pero cuando lo escucho no me reconozco, no lo siento argentino, su música no tiene que ver conmigo, yo no estoy allí.


Lo que tendría que hacer es afrontar el problema de buscar mi escritor argentino. Los que más me gustan, ya lo saben, son Blaisten y Denevi. No sé lo que daría por escribir un par de frases de Isidoro pero por nada del mundo me dejaría bigotes. ¿Cómo puede ser que una escritura tan original, creativa y bella esté hecha por un par de tipos con bigotes?
¿Qué tendrá que ver?, pensarán ustedes. Sin embargo creo que debe haber algo allí, ¿Acaso no dice el Gran Profesor: “El universo de la novela está en los detalles.”?

Lo mismo me sucedió tiempo atrás, cuando andaba convencido de que para escribir bien, siendo argentino, debería haberme llamado Abelardo. Mis dos escritores preferidos en los 90 eran Abelardo Arias y Abelardo Castillo (hago aquí un pequeño paréntesis, porque sé que el profesor se incomodará aún más ya que al menos uno de los dos no es santo de su devoción.)
¿No creen posible que haya una relación entre el nombre, la figura y la escritura de esos tipos? Algo tiene que haber, porque si no los padres les hubieran puesto otros nombres. Si alguien le pone Homero, Virgilio o Abelardo a sus hijos, desde el vamos ya les está marcando una escritura. Ni Cristo me convencerá de lo contrario.

Habiendo llegado hasta aquí, yo mismo quisiera saber ¿quién y de qué estuvo hablando? ¿Por dónde anduve dando vueltas? Creo que lo que estoy preguntando es: ¿Solo el texto es escritura?
A esta altura de la soirée, ahora que no disponemos solo de un cuño y unas tabletas de arcilla, o de una pluma de ganso, tinta y papel; ahora que tenemos una parafernalia de multimedios a disposición, ¿hay que inscribir sólo palabras?
Si lo que hay apilado acá arriba fuera una historia con música, colores, olores y un vestuario teatral, ¿no sería más atractiva?
¿O todo fue un engaño y no son más que palabras que, una vez más, contribuyeron a hacernos el cuento?

Abril de 2014

El autor de las caricaturas es Fernando Vicente.
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lunes, 5 de mayo de 2014

Un escritor de ficción - 1a parte

Por Fernando Terreno

Un buen día decidí ser un escritor de ficción. Me expresaré mejor: representar un escritor de ficción. Imaginaba que al mostrarme de ese modo no tendría la sensación de angustia y fragilidad que me ataca al leer un texto propio ante mis compañeros.
Si actuar consiste en construir un mundo de ficción, y escribir también lo es, parecía que allí podía haber algo que me ayudara a superar la sensación de desamparo que tenía al leer los trabajos en el taller literario.
La actuación casi teatral se me apareció como el extraño vehículo que podía diferenciar el lugar del escritor o ayudarme a encontrar mi propio lugar. No el de la escritura pero, ¿hay escritura sin escritor?

Llegué a la clase con un discreto aire a Proust (tampoco era cuestión de hacer una macchietta), con este par de hojas en la mano y con la firme intención de no pronunciar palabra alguna hasta que tocara mi turno.
“Lo que importa es el texto, las palabras, lo que queda escrito. De eso tratamos en este taller. Lo demás es…”
El Profesor ha repetido varias veces esa frase, que cuestiona por adelantado el procedimiento, pero yo espero que mi caracterización de Proust me proteja. Mi caracterización y estas líneas donde quiero traducir las sensaciones y la incertidumbre que me provoca el intento de escribir.
“¿De qué se trata? ¿Es una novela, un cuento, un relato, o qué?”
El director insiste a menudo con su manía clasificatoria pero a mí no debería importarme en esta ocasión. Por un lado, el traje es un escudo protector y; por el otro, el mismo Proust me ayuda con palabras: “La pereza o la duda o la impotencia se refugian en la incertidumbre sobre la forma... ¿Debo hacer una novela, un estudio filosófico? ¿Soy novelista?”

Mi cuento, novela o vaya uno a saber qué, es esta narración más cerca del delirio que del ensayo, vacilante y pretenciosa. Sí, fue pretenciosa desde el mismo momento de la elección de Proust, lo admito. Un error, ya mismo me lo saco. No va conmigo, además de que la ropa me queda grande. Lo elegí por su figura, por su imagen tan particular y conocida, pero no me encuentro allí. Ningún miosotis perfumó mi infancia y los bizcochos de grasa de mi abuela eran mucho más ricos y crocantes que esas fofas magdalenas.
Continuará...
 







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jueves, 1 de mayo de 2014

Feria del Libro - Humor


-Continuaremos vendiendo libros de autoayuda, novelitas rosa, porno, erotismo y todo lo que se venda masivamente, pero quiero que el mundo sepa de nuestra admiración por la gran literatura y que eso se vea en nuestras ofertas. Quisiera que cada título nuestro sea un homenaje a los grandes autores de todos los tiempos. De modo, señores, que los invito a poner el mayor de los empeños y creatividad para lograr nuestros altos objetivos.

El nuevo editor era un hombre de letras y, a la vez, un activo miembro de la Asociación Nacional de Feriantes, Kiosqueros y Comerciantes con puesto en la Feria del Libro. Su firme convicción dio frutos enseguida y el catálogo se enriqueció con estos títulos:

Cien años de soledad
Todo un siglo de probadas técnicas de masturbación reunidas e ilustradas - 2 tomos.
Por Gabriel García Pérez

Un tranvía llamado deseo
Llamaradas de pasión en un camarote, en el contexto de un cambio de paradigmas en la política del transporte.
Por William Mississippi Thompson

Relato de un náufrago – Construya usted mismo su canoa
Dos por uno en oferta. Ideal para regalar y regalarse, si usted está pensando en los libros que llevaría a una isla desierta.
Por cortesía de García Marketing Editores y Hobby & Bricolage Co.


En venta especial para la Provincia de Córdoba:
El deseo en el Patio Olmos
Amores urgentes detrás de un viejo árbol del shopping que marcó tendencia e hizo escuela en la sociedad cordobesa.
Por Onildo Eugenio de la Baraja

Traiciones peruanas
La interna peronista es la base de este thriller donde Moyano y Barrionuevo son activos protagonistas en su trabajo para El Padrino que, al mover los hilos con impaciencia, termina metiéndolos a todos en una encrucijada fatal. Más que una novela negra, una nueva versión de la conocida saga.
Por Ricardo Palmó

Los heraldos más negros
Lilita Carrió anuncia un nuevo fin del mundo en el 2015 y el autor hace un estudio comparado con textos similares de Rasputín, Nostradamus y Horangel. Apéndice del científico Jorge Sanata.
Por César T. Despellejo

Finalmente, la que será un best seller indiscutible, lanzada en homenaje al 50 aniversario de Rayuela:
69 Modelo para armar
La oralidad predomina en esta novela apasionante y desgarradora. Muchos críticos la consideran de ruptura, pero lo que rompe no es lo que piensan los lectores de esta síntesis.
Por Julio Cortéjar


Presentando este artículo, 10% de descuento en su compra en la Feria del Libro 2014 y una entrada para participar del juego “Descubra una noticia verdadera en el Clarinete del día”, versión actualizada de ¿Dónde está Wally?, que mantendrá a sus chicos entretenidos durante horas.

Los autores de las viñetas son Rep y Morgan. No conozco al autor de la del medio.
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