miércoles, 28 de julio de 2010

Salsa histórica

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Salsa Carbonara
Los carbonarios pertenecían a una sociedad secreta creada a principios del 1800 en Italia, entre cuyos primeros objetivos estaba el de oponerse al absolutismo, a la restauración monárquica y a la Santa Alianza. Eran la avanzada progresista de la burguesía, nacionalista, anticlerical y liberal, que tuvo su máximo protagonismo en las revoluciones de 1820 y 1830.

Después de esas derrotas algunos de sus miembros -entre ellos Giuseppe Mazzini y Giuseppe Garibaldi- formaron otra sociedad secreta, la “Joven Italia”, cuyo objetivo se consiguió parcialmente, muchos años después, con las victorias sobre los ejércitos del Papa y la Iglesia Católica que concluyeron en la unificación de Italia.
Al parecer los carbonarios comían con frecuencia los spaghetti acompañados con esta preparación. De allí viene la pasta “alla carbonara”, no como dicen algunos de la comida de los soldados norteamericanos en la Segunda Guerra Mundial en 1944 (todos los imperios creen que el mundo nace con ellos y que no ha habido nada detrás). Allá usted, puede creer y comer lo que quiera, pero si desea probar la receta original, es así:

Ingredientes (para cuatro personas)
3 huevos
3 dientes de ajo (partirlos al medio para sacarles el cabito)
100 gr de queso rallado (en Italia mezclan pecorino y parmesano, pero va cualquiera)
180 gr de panceta
500 gr de pasta seca (la que les guste)

En un bol batir bien los huevos y el queso sin que se formen grumos. Si es necesario para que no quede muy pastoso se agrega un poco de leche y/o crema (si no les gusta a puristas y ortodoxos se van a comer a su casa).
En una sartén se dora la panceta cortada en tiritas o cuadraditos y se deja a un costado hasta que la pasta esté lista (si hay acuerdo entre los comensales, se puede dorar los ajos en un poco de aceite y retirarlos antes de poner la panceta). Mientras tanto mirar de reojo como va la cocción de la pasta que hemos colocado en abundante agua hirviendo.
Cuando esté lista, bien al dente, se la mezcla con la panceta y el fondo de cocción y se agrega el batido revolviendo con cuchara de madera hasta que coagule formando una crema. Esto se hace en una olla o sartén grande, puede ser la misma en que se doró la panceta o en la que se cocinaron los fideos, previo tirar el agua de cocción y dejando un poco de fuego para que todo se mantenga a punto.
¡Ya está! ¡A la mesa que se enfrían! No se olviden de moler pimienta negra sobre los platos y agregar sal a gusto los que no tengan problemas con ella. Algunos esparcen un poco de perejil picado, no en mi plato, por favor.
Me olvidaba: los ajos, se sirven en platito aparte para solteras/os o parejas de larga data (no aconsejable para los primeros escarceos).

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sábado, 24 de julio de 2010

Contadores y abogados - Humor

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Un Jefe de la Mafia descubrió que su contador había desviado 10 millones de pesos de la Caja de la Hermandad.
El contador era sordo y por eso había sido admitido en el trabajo. Como no podía oír nada, en caso de una eventual detención y proceso, no podría actuar como testigo.
Cuando el Jefe le fue a preguntar por los 10 millones llevó consigo a su abogado, que conocía el lenguaje de señas de los sordomudos.

- ¿Dónde están los 10 millones que me afanaste?
El abogado, usando el lenguaje de las señas, le hizo llegar la pregunta al contador, que a su vez respondió con señas.
- No sé de qué me están hablando.
El abogado tradujo al Jefe.
- Dice que no sabe de qué le hablamos.
El Jefe sacó un pistola calibre 45 y apuntó a la cabeza del contador, gritando:
-¡A ver ahora, preguntále de nuevo!
El abogado, por señas, le dijo:
- El Jefe te va a matar si no decís donde está el dinero.
El contador respondió con señas:
- OK, ustedes ganan; el dinero está en una valija marrón de cuero que está enterrada en el jardín de la Casa de mi primo Enzo, calle 26 Nº 400, Barrio Santa Marta, en Pinamar.

El Jefe le preguntó al abogado:
- ¿Y? ¿Qué te dijo? –y este respondió-.
- Dice que no tiene miedo de morir y que a usted le faltan huevos para apretar el gatillo.

Moraleja: hay cuatro cosas de las que no te podés salvar:
los impuestos,
la muerte,
que te mienta el contador
y que te cague tu abogado.

lunes, 19 de julio de 2010

Frases nunca dichas

Frases nunca dichas
…la ficción tiene más que ver con el mito que con la historia.
Juan José Saer, El valor del mito

-¿Qué pretende usted de mí?
Esta frase, dicha con tono apenas ingenuo, se la atribuye al personaje que interpreta Isabel Sarli en la película Carne, ante el avance y las claras intenciones que muestra su partenaire.
Escuché a la propia Coca decir que jamás la pronunció ni estaba en el libreto de esta ni de otra obra. Pero pasó a la historia y la repiten hombres y mujeres en modo humorístico, risueño y, especialmente, con intenciones de seducción o aclarar intenciones y objetivos.

-Elemental, Watson.
Atribuida al más famoso detective del policial clásico: Sherlock Holmes, luego de llevar a su ayudante a descubrir la solución de algún crimen mediante una perfecta aplicación paso a paso del método deductivo.
Jamás fue pronunciada y no está en ninguna novela de la serie que escribió Arthur Conan Doyle, pero tiene una popularidad extraordinaria, a tal punto que se la utiliza como sinónimo de algo obvio o evidente.

-Roma no paga traidores.
Así les habría contestado el romano Escipión a los lugartenientes del rebelde Viriato, cuando fueron a cobrar el dinero que les había prometido, después de asesinarlo a traición instigados por el propio Cónsul.
Cervantes, presunto autor de las palabras, escribió una obra basada en esos hechos históricos: La Numancia o Tragedia del cerco de Numancia, pero la frase no aparece en ninguna parte de ella.

-Ladran Sancho, señal que cabalgamos.
Otra vez Cervantes. Supuestamente dirigida a Sancho por Don Quijote, no la dijo nunca, ni está en toda la obra.
Se la usa para sugerir hacer caso omiso a las críticas y perseverar en la acción.


¿Cuáles son los motivos para que las frases más famosas sean las nunca dichas?
Posiblemente, esas frases dicen lo que más nos gustaría escuchar. Dicen lo que quisiéramos que fuera verdad y le ponen una pizca de mentira moralizante a la vida.
Completamos así nuestra participación en la creación o sostén del mito, del héroe o de la heroína, agregando un poco de fantasiosa verosimilitud a la ficción.

viernes, 16 de julio de 2010

Párrafus Interruptus

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¡Vuelve el Párrafus Interruptus!

De la radio al Centro Cultural Caras y Caretas
Todos los primeros miércoles de cada mes, a las 19.30, a partir del 4 de agosto de 2010, en el Centro Cultural Caras y Caretas, Venezuela 330, Buenos Aires, Rep. Argentina.
Entrada libre y gratuita.

Una excitante competencia literaria para jugar a pura memoria y libro forrado. Con importantes invitados sorpresa y muchos premios. Se trata de un juego de reglas severas, pero en el que todos pueden ganar: los que leen mucho, los que sólo leyeron un libro en su vida, y los lanceros de siempre. Paredero trae textos literarios que irá leyendo a los concurrentes sin dar ninguna pista. Sólo aclarará, antes de empezar a leer cada uno, si es cuento, novela, obra teatral o poesía, las cuatro posibilidades en juego.
Silencio total en la sala, comienza la lectura de... Los espectadores/lectores escuchan inocentes, sin más evocaciones que las despertadas por las palabras. Hay que acertar dos cosas: nombre y apellido del autor y título de la obra que se lee. El tiempo implacable se mide en segundos, minutos. Gana el primero que interrumpe la lectura con la doble respuesta correcta. Levantar la mano y gritar Basta para mí puede parecer un modo burdo, pero ese clásico usamos.
Si a los cinco minutos no hay ganador, es el cronometrista quien interrumpe la lectura. A seguir con el próximo texto. Con cada ganador una pequeña charla para saber cómo acertó, qué significó ese libro en su vida, a quién debe su afición a la lectura etc... El premio por la victoria es el libro interrumpido... Y habrá otro premio para el que resulte el más veloz de la noche, y otro para el que acertó más veces.
¿Qué autores se leen? Todos. Aquí caben escritores de todas las épocas, países, estilos, dotes. Este es un juego de amor a los libros, un alegre homenaje tanto a los que escriben como a los que leen, por lo que no hay prejuicios respecto del talento de los primeros y del gusto de los otros. Nuestro espíritu pasa más por celebrar el placer de la lectura en sí misma.
Parrafus Interruptus se jugó durante mucho tiempo en distintas radios, la última Nacional AM 870 hasta diciembre de 2009. Obtuvo el Premio ARGENTORES 2006 en la categoría microprograma radial y el Premio ÉTER 2009 al mejor programa cultural de radio. Tiene su blog, http://www.losparrafistas.blogspot.com/. Y su facebook, Los Parrafistas.


Coordina: Adriana Baldessari
Cronometra: Lucas Gatti
Conduce y Lee: Hugo Paredero

miércoles, 14 de julio de 2010

El asado - Juan José Saer

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El asado
Parrillero: Juan José Saer


Es que la carne de vaca asada a las brasas, el "asado", no es únicamente el alimento de base de los argentinos, sino el núcleo de su mitología, e incluso de su mística. Un asado no es únicamente la carne que se come, sino también el lugar donde se la come, la ocasión, la ceremonia. Además de ser un rito de evocación del pasado, es una promesa de reencuentro y de comunión.

Además de ciertas partes carnosas de la vaca, prácticamente todas las vísceras son aptas para la parrilla: intestinos, riñones, mollejas, corazón, ubres de la vaca y testículos del toro. El asado se cocina a fuego lento y puede llevar horas, pero esa cocción demorada es menos una regla de oro gastronómica que un pretexto para prolongar los preliminares, es decir la conversación fogosa, las llegadas graduales de los invitados que, trayendo alguna botella de vino para colaborar, van cayendo a medida que sus ocupaciones se lo permiten, incorporándose a la charla animada, no sin pasar un momento por la parrilla para inspeccionar el fuego o cruzar un par de frases con el asador.

Cuando los albañiles estan haciendo una casa ponen el techo, atan una rama verde en el punto mas alto de la construccion y hacen un asado. A pesar de su carácter rudimentario, casi salvaje, el asado es rito y promesa, y su esencia mística se pone en evidencia porque le da a los hombres que se reúnen para prepararlo y comerlo en conpañía, la ilusión de una coincidencia profunda con el lugar en el que viven. La crepitación de la leña, el olor de la carne que se asa en la templanza benévola de los patios, del campo, de las terrazas, no desencadenan por cierto ningún efluvio metafísico predestinado a esa tierra, pero si en cambio, repitiendo en un orden casi invariante una serie de sensaciones familiares, acuerdan esa impresión de permanencia y de continuidad sin la cual ninguna vida es posible. Al anochecer, se encienden los primeros fuegos. Un olor a leña, y después de carne asada es lo que sobresale cuando empieza a oscurecer en el campo, en las orillas del río, en los pueblos y en las ciudades. Repartido en muchos hogares, no siempre equitativos, el fuego único de Heráclito arde plácido o turbulento, iluminando y entibiando ese lugar, que, ni más ni menos prestigioso que cualquier otro, es, sin embargo, único también, a causa de unos azares llamados historia, geografía y civilización; el fuego arcaico y sin fin acompañado de voces humanas que resuenan a su alrededor y que van transformándose poco a poco en susurros hasta que por último, ya bien entrada la noche, inaudibles, se desvanecen.


El río sin orillas: tratado imaginario , Juan José Saer (1937-2005), 1991, Alianza Editorial, ensayo.

Esta entrada completa la anterior, "Elogio del matambre", sobre el ensayo de Esteban Echeverría. Una vez elegida la carne, Juan José Saer ocupa el lugar del parrillero y se encarga de arrimarle brasas al asunto. Los fragmentos seleccionados pertenecen a su obra El río sin orillas, mezcla rara de ensayo, novela histótica -calificación que él hubiera detestado- y cuentos. Que la disfruten. Si les molesta el humo, por favor, se corren para la otra orilla.

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viernes, 9 de julio de 2010

Frases de película -7-

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Eliza Doolittle (Audrey Hepburn): In Hertford, Hereford and Hampshire, hurricanes hardly ever happen. In Hertford, Hereford, and Hampshire, hurricanes hardly ever happen. In Hertford, Hereford…
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The rain in Spain stays mainly in the plain. The rain in Spain stays mainly in the plain. The rain in Spain…


Eliza, vendedora de flores, de padre barrendero, habla inglés con acento orillero o lunfardo (cockney). Henry Higgns (Rex Harrison), profesor de fonética le da clases de dicción, donde ella tiene que repetir frases como la primera (aspirando y marcando las haches) o la segunda (sin “comerse” las eses), para lograr hablar como una aristócrata.
Mi bella dama (My fair Lady), EEUU, 1964, George Cukor.

Esta basada en Pigmalion de George Bernard Shaw, obra teatral que tuvo gran éxito en Broadway, con protagónicos de Julie Andrews y el mismo Rex Harrison. Hay otra versión cinematográfica de 1938 con Leslie Howard en el papel del profesor Higgins. Por estos pagos, los que hicieron famosa esta frase fueron Les Luthiers, con su parodia: Miss Lilly Higgins sings shimmy in Mississippi's springs, de 1977, que ustedes pueden disfrutar en este enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=gtJdtdJxifc
El texto que acompañaba la presentación de la pieza era este y lo decía Marcos Mundstock con su voz característica: Baseball recorrió una a una todas estas etapas, pero en sentido inverso. De Count Baseball se escuchará a continuación “Miss Lilly Higgins sings shimmy in Mississippi 's spring”, cuya traducción al castellano sería: “La señorita Liliana Higgins ... sings shimmy in Mississippi 's spring”. El título de esta pieza, en su deliberada ingenuidad, es una reacción contra el erotismo que campea en los clásicos títulos de Jazz, como por ejemplo “No puedo darte más que amor”, “Nena, por favor vuelve a casa”, “Polvo de estrellas”, etc...

Arturo (Ulises Dumont) a Bonanno (César García): Bonanno, Bonanno, te voy a romper el culo.

Un joven director de cine, David, quiere rodar el proyecto de su vida; una gran película sobre Orllie Amoine, un loco francés que en 1860 se proclamó Rey de la Patagonia y la Araucania estableciendo una monarquía constitucional. Como el productor huye a Europa David, contra todas las adversidades, convence a un pequeño equipo para ir de todos modos al sur a filmar su ansiado proyecto. Película y elenco maravilloso: Julio Chavez (David Vass), Ulises Dumont (Arturo), Ana Maria Giunta (Madama), Villanueva Cosse (Desfontaines), Roxana Berco (Lucía) y Rubén Patagonia (Quillapan).

La película del Rey, Argentina, 1986, Carlos Sorín.
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domingo, 4 de julio de 2010

Gloria

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Gloria
Si hago abstracción del perro, los encuentros con Gloria eran lo más parecido a un recreo en el paraíso. Desde la primera vez que nos cruzamos hubo una atracción muy fuerte entre nosotros, tan grande por mi parte como para que me olvidara por completo del desgraciado.
Como me las rebusco con el tema del gas, le ofrecí ir a su departamento para hacerle un service al calefactor. Cuando terminé, fuimos directamente al dormitorio. Todo transcurrió cálido y amoroso; nos perdimos por completo en tiernas delicias, tanto que ni escuché los ladridos incesantes de Tom, sus rasguños y los golpes al picaporte.
“¿Viste por qué cerré la puerta con llave? Es muy celoso.”, me dijo cuando, ya calmados, volvimos a la realidad y se levantó para abrirle.
Volví a casa envuelto en una nube. Contento y alegre, con algunos sentimientos contradictorios.

Con ella todo era juego y atracción, con Tom las cosas fueron de mal en peor. Me odió desde el primer día. Debiera decir: nos odiamos. Me sacaba de las casillas mostrándome los dientes y gruñendo, siempre entre la antipatía y la amenaza.
Jamás me hubiera enganchado con una mina con perro, pero Gloria bien valía un forzado aumento del nivel de aguante y un poco de tolerancia. Tom era un perro de la calle, cruza de ovejero, mediano, flaco, turro como él sólo; pero que bien mirado podía servir para todo y para nada a la vez, un poco para custodia y otro de compañía.
Nunca me gustaron los perros, pero cuando lo del flechazo, le conté el diálogo de Manhattan, ese en el que Woody Allen trata de seducir a Diane Keaton:
- ¿Qué tipo de perro tenés?
- Un salchicha, para mí es un sustituto del pene.
- En ese caso deberías tener un gran danés.
Fue tan efectivo como en la película, su sonrisa me lo hizo saber: los dos queríamos lo mismo.

Desde chico, casi sin darme cuenta, fui desarrollando una obsesión con las mascotas. Con las mascotas y con sus dueños, porque lo primero que percibí, es que hay una especie de simbiosis entre ellos. Más allá del conocido asunto del parecido entre unos y otros, la relación amo-esclavo se alterna a tal punto que a veces se me hace difícil saber con cuál de los dos estoy hablando, cuál es el que me provoca el mayor enojo. Desconfío de los dueños de perros, gatos y de todo tipo de mascotas.
“Hay algo escondido en la elección de la mascota y el vínculo es claramente un desplazamiento o sublimación de impulsos y pulsiones inconfesables” escuché decir una vez a una psicoanalista y de inmediato sentí como una iluminación en mis pensamientos.

Estaba muy claro: los poseedores de gatos de angora, por ejemplo, son admiradores de la nobleza. Lo mismo los que tienen perros de raza, están a mitad de camino entre el racismo y las nostalgias monárquicas. Los dos son una basura.
La que recoge perros por la calle está tratando de decirnos que es más abnegada que la Madre Teresa. A mí no me jode, seguro que no visita jamás a la única tía viva que tiene y está postrada en cama desde hace tres meses.
Y esas inmundas que toquetean a los indefensos animalitos en confusas maniobras masturbatorias son, sin duda, pederastas potenciales y perversas reprimidas. He visto a una loca que le limpia el culo al perro después que el desgraciado hace lo suyo y también las he visto dándose besos en la boca y compartiendo la comida.
Me sacan de quicio los dueños de cocker spaniels o dálmatas. Los primeros, porque sólo un boludo muy grande puede tener un perro tan boludo y los segundos, porque son la viva imagen del colonizado que, además, seguramente, lleva a sus hijos de vacaciones a Disneylandia. Los odio.
Todos son unos agresivos de mierda, que pasan llevando sus perros con aire de superioridad, haciéndose los distraídos, mientras los bichos mean y cagan por todos lados y ellos miran hacia el infinito con cara de nada.
Cuando me cruzo con esos que se pasean con sus amenazantes pit-bulls, dogos argentinos o rottweilers, me asaltan la fantasía y el deseo de que se les vuelvan contra, los desconozcan, los ataquen y los destrocen. Les tengo tanto terror como a sus animales, estoy convencido de que son asesinos en potencia, matones o pato vicas en horas de descanso. Son resabios del caníbal que fuimos, nos atemorizan con los dientes de sus perros para que no veamos los suyos.

Buscando el lado positivo de estas inquietudes hace más de seis meses tomé la decisión de ampliar la empresa agregando una nueva línea de productos: fabricar repelentes y preparados más potentes de los que usamos en Fumicontrol, apuntar a bichos más grandes y sumarlos a nuestros habituales insecticidas y venenos para insectos y cucarachas. Estoy convencido de que hay un nicho comercial interesante: son muchas las personas que se molestan con tantas mascotas dando vueltas y quisieran mantenerlas a raya. Y la prueba está en que el negocio está caminando cada día mejor.
Las cosas con Gloria anduvieron bastante bien, salvo lo de Tom. Nunca pude salir del lugar del intruso y el muy guacho se afirmó en el de titular. Se fue convirtiendo en la piedra de la discordia y creo que nadie hubiera resistido esa situación, así que decidí probar con él uno de los desarrollos que íbamos a comercializar. Lo preparé especialmente, con una dosis un poco más alta, con apariencia de golosina para pets. No sé si ella vio cuando le puse toda la bolsita en el comedero, pero el cretino entró como un caballo y las empezó a manducar lo más tranquilo.
–Por fin. Ya era hora de que te ocuparas un poco de él.
–Una golosina, –contesté mecánicamente.
Con sus propias manos agarró unos trocitos, quizá de curiosa al verlo entusiasmado, y se los llevó a la boca. No tuve valor para advertírselo porque no me lo hubiera perdonado.

Fernando Terreno
Junio de 2010


Esta es la entrada número trescientos de La Pulpera, un buen motivo para festejar con todos los amigos y agradecer la compañía.

viernes, 2 de julio de 2010

El Deporte Nacional


El Deporte Nacional

Contrariamente a los que muchos suponen, EL FUTBOL NO ES el deporte nacional* en la República Argentina.
El deporte nacional, el que tiene el mayor número de acólitos, es el Periodismo Deportivo. Hay más periodistas deportivos, en especial más Comentaristas de Deportes, que deportistas.
Dentro del Periodismo Deportivo ha surgido con mucha fuerza una variante que se consolida día a día: el PERIOTUDISMO DEPORTIVO.
En esta disciplina descuellan el HdP (hijo de Paulino) y Marcelo Araujo que, con sus “sagaces” acotaciones, compiten con las vuvuzelas en la rotura de tímpanos y escrotos.
La palabra “hincha” que se aplica a los aficionados al fútbol, y cuyo origen –uruguayo, ¡cuándo no!- se cuenta a continuación, podría extenderse al estado en que nos quedan los tímpanos, y otras partes, al cabo de un corto rato de estar expuestos al taladrado por parte de esos eméritos PERIOTUDISTAS: de allí vamos derecho a formar parte de las HINCHADAS.

El origen de la palabra hincha
El primer hincha de fútbol de la historia vivió en Montevideo a comienzos del siglo XX; trabajaba en el Club Nacional de Fútbol, el segundo club uruguayo por antigüedad. Era de profesión talabartero y estaba encargado de inflar (hinchar) los balones en el Parque Central, la sede de Nacional. Se llamaba Prudencio Miguel Reyes, pero era más conocido como “el gordo Reyes” o “el hincha”.
Nuestro hombre, partidario fanático del club montevideano, y sus gritos estentóreos: “¡arriba Nacional!” eran famosos a principios del siglo pasado en las canchas donde jugaba su club. Es fácil imaginar cómo resonarían los gritos del talabartero si se tiene en cuenta que inflaba las pelotas sólo con la fuerza de sus pulmones.
Durante los partidos, otros aficionados solían comentar ante las ruidosas demostraciones de Reyes: “Mirá cómo grita el hincha”. Y poco a poco la palabra hincha se fue aplicando a los partidarios del Nacional que más gritaban en los partidos; más tarde se extendió a los demás y, finalmente, a los partidarios de todos los clubes.


*para colmo, según se sabe y se puede ampliar en la wikipedia, el deporte nacional oficial argentino es EL PATO (¿?), por decreto de 1953.

El origen de la palabra hincha me lo envió Alicia Arese y está acá:
http://www.elcastellano.org/palabra.php?q=hincha

Hay un artículo muy interesante, de Julio Zoppi, sobre uno de los efectos colaterales del mundial en:
http://hargentina.blogspot.com/2010/07/tanto-tragatinta-hablando-de-balompie.html
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jueves, 1 de julio de 2010

Libros de colores


Libros de Colores
Rojo y Negro.....................Stendhal
Azul....................................Rubén Darío
Gris de ausencia..............Roberto Cossa
Cosecha roja....................Dashiell Hammett
Colmillo blanco.................Jack London
Cuento azul.......................Marguerite Yourcenar
El tulipán negro................Alejandro Dumas
La rosa amarilla...............Mauricio Jokai
El cuaderno rojo...............Paul Auster
La flecha negra.................Robert Louis Stevenson
Tres rosas amarillas................Raymond Carver
Variaciones en rojo...............................Rodolfo Walsh
Un taxi amarillo y negro en Pakistán...............Bernardo Kordon
Cuán verde era mi valle.....................................Richard Lewellyn
Los heraldos negros...........................................César Vallejo

La entrada de hoy tiene un tono deliberadamente naíf, con intención de empezar el nuevo mes sin artículos polémicos o sarcásticos que ahuyenten a la gente bien intencionada que aparece por este blog.

De yapa, el libro más barato que hemos podido encontrar:
Chaucha y palito*...............María Elena Walsh

Como tampoco es cuestión de pasarse de ingenuo, otro más, también de yapa.
El libro más sincero:
Plata quemada...................Ricardo Piglia


*expresión que en la Argentina significa: muy barato, poco.
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