lunes, 28 de enero de 2013

Nabokov - Pálido fuego - Títulos tomados de otros libros


La Pulpera publicó, hace un tiempo, una serie sobre títulos de libros que habían sido tomados de frases y versos de otros autores.
http://lapulpera.blogspot.com.ar/2012/04/declaraciones-de-amor.html
http://lapulpera.blogspot.com.ar/2012/04/declaraciones-de-amor-2.html

Allí decía que eran un homenaje o una declaración de amores literarios.
Vladimir Nabokov no opina lo mismo. En su novela Pálido fuego se ríe con sarcasmo de esa costumbre. Transcribo la pág. 242, el resaltado en negritas es mío:

“Versos 671-672: El hipocampo bravío
     Véase Mi última duquesa, de Browning.
     Véase y condénese el recurso de moda consistente en titular un conjunto de ensayos o un volumen de versos –o un largo poema, ay– con una frase tomada de una obra poética del pasado más o menos célebre. Esos títulos poseen un prestigio engañoso, aceptable quizá en los nombres de vinos de marca y de las cortesanas regordetas, pero simplemente degradantes con respecto al talento que sustituye por el fácil aspecto alusivo de la imaginación creadora y hace pesar en las espaldas de un busto la responsabilidad de un estilo demasiado adornado, puesto que cualquiera puede hojear el Sueño de una noche de verano o Romeo y Julieta, y elegir”.

El vitriólico Vladimir se burla de todos, lectores y autores, empezando por él mismo ya que la expresión Pálido fuego es parte de un verso de Timón de Atenas de William Shakespeare (Acto IV, Escena 3) y está reiterado en otras. Lo explicita en la pág. 287:

“Verso 962: ¡Ayúdame, Will!  Pálido fuego
     Parafraseado, esto significa evidentemente: Busquemos en Shakespeare algo que pudiera utilizar como título. Y el hallazgo es “pálido fuego”. ¿Pero de cuál de las obras del Bardo lo ha tomado? Mis lectores deben buscarlo por sí mismos”.

V.Nabokov, Pálido fuego, 1962, Editorial Sudamericana, 1974.

No hay de qué preocuparse de estas contradicciones. Toda la ¿novela? es una serie de brillantes comentarios críticos (donde se burla de todo el mundo, de los escritores, de los críticos, del ambiente universitario, de los norteamericanos, de los rusos y de los lectores); a medias conexos a medias inconexos; por lo que puse la palabra entre esos signos de interrogación. Por encima de eso, todos están unidos en una bella y lúcida reflexión sobre las múltiples influencias en el proceso de la creación artística y la cuestión de quién es el “verdadero” autor de las mismas (la luna roba su pálido fuego al sol brillante y todos, quien más, quien menos –en especial los autores– ponen cosas de otros en sus obras).



La foto es de Adriana Petit  www.adrianapetit.com
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viernes, 25 de enero de 2013

Destiempos conyugales - Humor


1 Sin calzoncillos (enviado por Julio Cazón)
Estela está dormida cuando Julio llega a la cama. Forman una pareja con muchos años y muchas circunstancias compartidas. Julio está excitado por lo que, mimoso, susurra al oído a su compañera:
-Estela, Estelita.
-mmm…
-No sé si notaste algo…
-mmm… ¿que decís?
-Que estoy sin calzoncillos.
-¡Uh! Haceme acordar mañana y te plancho uno.

2 Excitada
Manuela da vueltas algo indecisa, alrededor de su marido, en su casa de Vigo. Finalmente se decide:
-Ramón, me da un no sé qué decírtelo, pero quiero que lo sepas porque si lo digo es con mucho cariño.
-Ay mujer, no des vueltas y al grano.
-Estoy excitada…
Ramón se toma su tiempo y le responde:
-Me alegro mucho.
-¿Nada más que eso tienes para decirme?
-No solo eso sino que te felicito… y te deseo que sigan tus éxitos.

3 ¿Sonámbulo?
Mientras desayunan, le dice la mujer al marido en tono de reclamo:
- ¿Sabes qué?, anoche, cuando dormías, me estuviste insultando.
- ¿Y quién te dijo que dormía?


4  Lapidario (enviado por Alejandro T.)
Una pareja de ancianos discute.
-Cuando te mueras voy a comprar una lápida que diga: “Aquí yace mi mujer, tan fría como siempre”.
-Y yo voy a poner: “Aquí yace mi marido, ¡al fin rígido!''.


5 La suerte es loca (enviado por Adriana Luque)
La mujer sale de repente al balcón de su casa y le grita a  su marido que está en la plaza hablando con unos amigos:
- ¡Pepe, Pepe! ¡Que me han tocado 50 millones en la Lotería…!
El hombre salta loco de alegría y sin despedirse sale corriendo hacia el domicilio conyugal para abrazarse con su mujer.
Está cruzando la calle, y en eso ¡zas! ....aparece un colectivo a 80 km/h y lo aplasta.
La mujer, con los ojos casi fuera de sus órbitas, dice:
-Joder, cuando se está de racha… se está de racha.
¡Ahora también el seguro de vida!



El autor de la viñeta es Erlich.
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martes, 8 de enero de 2013

El lector de tabaquería


Este artículo es robado. Lo pongo sin siquiera haber pedido permiso al diario o al autor, pero es que me ha parecido tan hermoso que quiero contribuir a su difusión. Además sé que Miguel Barnet me perdonará por varias razones: porque lo admiro desde su novela Canción de Rachel, porque debo haber visto unas 20 veces La bella del Alhambra y porque por su culpa anduve enamorado de Beatriz Valdez no sé por cuánto tiempo…
Los que, como yo, desconozcan al “Lector de tabaquería” seguramente serán cautivados por el tema, sobre el cual hay mucho escrito. El artículo completo se puede leer en este enlace:
http://www.granma.cubaweb.cu/2012/12/21/nacional/artic01.html
Acá les pongo el comienzo para que vean si les gusta: 

El lector de tabaquería: una tradición cubana
Miguel Barnet

Voy a hablar de un gran placer de la vida: el placer de la lectura, y de la lectura en voz alta. Esa de la que tanto disfrutamos en la primera infancia cuando nuestros padres nos leían historias de Julio Verne y aventuras de exploradores en las selvas del Amazonas y entre los esquimales. Que alguien le lea a uno es una de las delicias mayores para el espíritu. Robert Louis Stevenson hizo resistencia a aprender a leer porque disfrutaba que su niñera le leyera al oído o junto al fuego los clásicos ingleses y norteamericanos. Aquella lectura al oído y aquel fuego lo acompañaron el resto de su vida como escritor. La lectura en voz alta le proporciona al texto una resonancia especial, una belleza única y una aprehensión del tiempo que no posee el acto de leer para uno mismo. El texto, según el tono y las modulaciones del lector, va adquiriendo múltiples facetas y alas nuevas para que quien lo escuche vuele a su antojo con la historia. Experiencia emancipadora y útil, la lectura en voz alta fue un oficio antiguo que sirvió de vehículo para el conocimiento en todas las culturas desde la mesopotámica hasta hoy.

En Cuba la tradición de leer en voz alta en las fábricas de tabaco a operarias y operarios se convirtió en un hábito social. Esta tradición comenzó en 1865. Saturnino Martínez, fumador consumado, periodista y poeta publicó en esa fecha el periódico La Aurora, publicación de avanzada para la clase obrera que sirvió para ilustrar a la capa social de los trabajadores del tabaco principalmente, y tuvo la brillante y altruista idea de utilizar lectores durante la jornada laboral. Así, en la fábrica El Fígaro se dio inicio a la lectura en tabaquerías cubanas, costumbre que ha seguido hasta el día de hoy. Muchas veces estas lecturas eran consideradas subversivas porque la isla vivía bajo el régimen del despotismo colonial español que vio su fin en 1898. Sin embargo, estas lecturas clandestinas fueron el mayor fermento nutricio de los obreros, además de que constituían un entretenimiento nada banal pues se leían en dichas tertulias obras de Víctor Hugo, como Los Miserables; de Alejandro Dumas como El Conde de Montecristo, que dicho sea de paso, bautizó una de las marcas más populares; de William Shakespeare, cuya obra Romeo y Julieta también sirvió como marca a otro habano muy codiciado en el mundo; de Balzac y Stendhal, de Edgar Allan Poe y Herman Melville y de muchos de los más notables escritores españoles, cubanos y latinoamericanos así como la imprescindible lectura de la prensa diaria.


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sábado, 5 de enero de 2013

Con el mismo cuento -9- Ella, él y el cuñado

Ulpidio Vega y La intrusa
Roberto Fontanarrosa y Jorge Luis Borges


El punto en común de los cuentos de esta entrega es la relación de dos hermanos enamorados de la misma mujer. El tema viene desde muy antiguo, hay versiones egipcias y menciones en la biblia. Precisamente el cuento de Borges tiene como epígrafe una referencia de la biblia (II Samuel 1, 26) donde se pone al amor fraterno por encima del amor mujer–hombre.
La relación entre los dos cuentos la comentó Santiago Varela en el programa De 9 a 12, de Myriam Lewin y Gustavo Campana (Radio Nacional, 2 de enero de 2013). 

J.L.Borges escribió La intrusa en 1966 y lo incluyó en su libro El informe de Brodie (1970).
Roberto Fontanarrosa escribió el cuento Ulpidio Vega, que pertenece a su libro El mundo ha vivido equivocado (1971), como una parodia del cuento de Borges.
En ambos el planteo es similar: por diversas circunstancias dos hermanos terminan compartiendo el amor por la misma mujer. El de Borges transcurre en el sur, en Turdera, a fines del 1800 y el de Fontanarrosa en Rosario.
La resolución es, en los dos casos, inesperada; en el caso del Negro incluye un toque de humor –Negro, por supuesto- absurdo, grotesco y exquisito.
Los dos merecen largamente compartir los próximos mates sin apuro que tomemos y, como son cortos, todavía va a quedar agua en el termo.


Ulpidio Vega se puede leer acá:
La intrusa, acá:
http://www.literatura.us/borges/laintrusa.html
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miércoles, 2 de enero de 2013

Microrrelato: Relaciones musicales


Relaciones musicales
-Usted aparece siempre de la nada, como una Fantasie improntu, Federico.
-¿No le parece ya suficiente con la Overture?, Clara.
-Sí, pero me gustaría algo más duradero que El vals del minuto.
-¿En qué está pensando? (Y yo que fantaseaba con Tocata y Fuga).
-En algo así como el Moto perpetuo. (Me parece que estoy Sonata).

Fernando Terreno


La gente de Cuentosymás ha tenido la amabilidad de publicarlo en la sección Eróticos con humor:
http://www.cuentosymas.com.ar/blog/?cat=1682

La autora del cuadro de arriba es Tarsila de Amaral.
Desconozco al autor del otro.
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