lunes, 27 de abril de 2009

¿Automóvil o Bomba Atómica?

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¿Cuál de estos dos artefactos tecnológicos tiene más posibilidades de destruir a nuestro planeta?
Ahora que falleció J. G. Ballard (1930-2009) todos los suplementos literarios recuerdan su novela (¿de ciencia ficción?) Crash.
Estos fragmentos son parte de los comentarios que hizo el mismo Ballard acerca de su novela escrita en 1973, que fuera llevada al cine por David Cronenberg en 1996.

Crash, por supuesto no trata de una catástrofe imaginaria, por más próxima que pueda parecer, sino de un cataclismo pandémico institucionalizado en todas las sociedades industriales, y que provoca cada año miles de muertos y millones de heridos.
...
Por supuesto, la función última de Crash es admonitoria, una advertencia contra ese dominio de fulgores estridentes, erótico y brutal, que nos hace señas llamándonos cada vez con mayor persuasión desde las orillas del paisaje tecnológico.


Siempre en la idea de mezclar "la biblia con el calefón" vale relacionar algunas ideas de la novela con las dificultades actuales que al transporte y al urbanismo le ocasiona el automóvil. Sin entrar en mayores honduras, si no podemos resolver el simple problema del tránsito de autos y taxis -me refiero a la Ciudad de Buenos Aires, pero puede hacerse extensivo a otras-, será más difícil aún plantear y resolver otros más complejos.
La foto de arriba, tomada de una página del Ministerio de Transportes de Colombia y que fue realizada por la Oficina de Planificación de la Ciudad de Münster, Alemania, da una idea acabada del desatino que significa el uso del automóvil como medio de Transporte Público.

J.G.BALLARD, Crash, Buenos Aires,1979, Ed. Minotauro

Más bibliografía sobre temas relacionados:
HERVÉ KEMPF, Cómo los ricos destruyen el planeta, Bs. Aires, 2008, Libros del Zorzal
G.SARTORI y G.MAZZOLENI, La Tierra explota, Buenos Aires, 2003, Taurus
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viernes, 24 de abril de 2009

Historia argentina en versos

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La poesía como testigo
Estas tres poesías tratan acontecimientos de otros tantos momentos de nuestra historia y son muy reveladoras de todo el contexto y la esencia de los problemas que abordan.

Esta hace referencia a los problemas de vivienda del período 1910 y 1930, en que los conventillos e inquilinatos eran propiedad de inmigrantes que no querían alquilar las piezas a familias con hijos. Probablemente se tratara de los comienzos de la migración interna del campo a la ciudad y de ahí la referencia “nos niegan”, indicando que eran criollos los que querían alquilar.

Extranjeros que nos quitan
el derecho de hacer hijos
pues niegan sus escondrijos
donde ven maternidad,
quién no ha visto el cartelito:
“se alquila a persona sola”
¡pobre el gran Emilio Zola,
que escribió Fecundidad!


Los versos que siguen, una parodia de "Desesperación" de José de Espronceda, hacen referencia al fraude llevado a cabo por el Partido Demócrata de Córdoba en alguna elección, en la primera década infame, haciendo votar a los muertos. El nombrado era Miguel Angel Vocos, de la “rancia” (por el olor...) aristocracia cordobesa y dirigente del PD electo senador en la ocasión.

Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno
manando sangre y cieno
que impida respirar,
y luego el Dr. Vocos
en aras de un licor
volverlos a la vida
y hacerse Senador.


En 1924, en plena presidencia de M. T. de Alvear, era Intendente de Buenos Aires Carlos M. Noel, cuya familia era propietaria de la "Industrias Alimenticias Noel" que producía mermeladas y chocolates. Durante su gobierno se construyeron la Av. Costanera Sur y otras obras importantes, pero como opositores nunca faltan, acá va un fragmento de la “Balada” con que lo satirizó la revista de arte “Martín Fierro”

...
Para deslumbrarnos con su fantasía
próceres de bronce tiene en jaque-mate,
crea mingitorios coloniales, vía
Costanera, cambia nombres. El orate
quiere que el tranvía nunca se abarate.
Y las mancebías son una indecencia
pues su unitarismo sórdido no abate
el chocolatero que está en la Intendencia.

ENVÍO
REY de mermeladas y jaleas: ¡tate!
Tú que en los merengues fincas tu adherencia
puede que termines con nuestra paciencia
y que Buenos Aires, decidido, achate
al chocolatero que está en la Intendencia.
Jorge Mora

La ilustración es de H. Catalán
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miércoles, 22 de abril de 2009

Latín confuso

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El latín es una lengua que se presta a confusiones que pueden llevar hasta crímenes y asesinatos, como lo muestra crudamente Umberto Ecco en El nombre de la Rosa. A continuación unos ejemplos simples para evitar verse involucrado en causas penales y otros problemas.

Falso amigo
En portugués se llama así a las palabras que se escriben igual que en español pero tienen significados distintos y se prestan a confusiones. Por ejemplo sobrenome y sobrenombre, que significan apellido y apodo en sus respectivas lenguas.
En las siguientes frases latinas se muestra claramente una situación análoga, ya que su traducción puede prestarse a confusiones. Por ello después de la frase completa, se coloca la traducción literal y aquella cuyo uso está totalmente desaconsejado, por ser incorrecta.

"Res non verba" cuya traducción “Hechos, no palabras” se confunde en ocasiones con “Las vacas no hablan”

"A non domino" cuya traducción es "desde el que NO es dueño" se confunde a veces con "no (jugaré) al dominó"

"A solis ortus cardine" cuya traducción "desde la salida del sol" no debiera confundirse con "limpiate el culo con un solo cardo"

"Ad impossibilia nemo tenetur" cuya traducción "Nadie está obligado a hacer lo imposible" se confunde a veces con "Es imposible, no tenemos tenedor"

"Mundus nihil pulcerrimum" (dicho por el gran Giordano Bruno antes de que le prendieran fuego) cuya traducción "El mundo es una bella nada" se confunde a veces con "hicimos un puchero “mundial” "

"Ego puto in orto meo" cuya traducción literal "Pienso en mi huerto" no debe confundirse por nada del mundo.

Rejuntado ad-hoc por Fernando Terreno, en lugar y fecha indicados ut-supra.
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lunes, 20 de abril de 2009

¡Bernabé, Bernabé!

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El exterminio de los Charrúas

La novela se centra en el genocidio de los charrúas llevado a cabo en 1831 por el primer gobierno patrio uruguayo, presidido por Fructuoso Rivera y ejecutado por su sobrino, el coronel Bernabé Rivera.
El título es una referencia bíblica. Son las palabras que pronunció el desolado Rey David (¡Absalón, Absalón!) al enterarse de que su hijo Absalón, (con quien mantenía una relación compleja y tortuosa, aunque él aspiraba a que lo sucediera y le diera continuidad), había muerto luego de ser derrotado en una batalla por su propio trono.
Otro escritor, William Faulkner, tituló ¡Absalón, Absalón! una de sus novelas, en las que precisamente habla de lo que ya no existe o de lo que ya no podrá ser.
También de lo irremediable e incluso de la dificultades de conocerlo y recordarlo habla la novela del escritor uruguayo.
Describe los hechos con minuciosidad y diferentes enfoques, evitando juzgar y condenar a sus personajes, que oscilan entre el heroísmo y la tragedia de los “excesos”, el coraje y la traición, la valentía y la indignidad.
Usando a la perfección diferentes recursos literarios, el relato nos envuelve en una bruma, donde toda validación de lo leído pasa exclusivamente por el lector, que por momentos duda, no sólo de las distintas versiones de los hechos, sino hasta de su capacidad para entenderlos y de sus propias concepciones.
En síntesis una novela atractiva, bien escrita y muy necesaria para tratar de saber quienes somos. No encuentro palabras para agradecer a la FLACA (http://www.lodelaflaca.blogspot.com/) que la recomendó en ocasión de la entrada “Novelas históricas” del 3 de noviembre de 2008.

DE MATTOS,Tomás. ¡Bernabé, Bernabé! 1ª edición 1988. Montevideo: Ediciones Santillana, 2000/4-colección Punto de Lectura.



Las fotos son, de arriba hacia abajo:
-la portada del libro
-el autor, Tomás de Mattos (Director de la Biblioteca Nacional de la República Oriental del Uruguay)
-el verdadero y único GRAN BERNABÉ, apodado "el mortero de Rufino" y el "cañonero de Giles", que fusiló a muchos... arqueros.
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viernes, 17 de abril de 2009

El Negro Mercado

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Allá por los comienzos de los 60, en el Partido Demócrata de Córdoba –que de demócrata no tenía nada salvo el nombre– conducían diferentes líneas internas dos abogados del foro local, los doctores José Aguirre Cámara y José Antonio Mercado, apodado “el negro” por el tono subido de su piel (no si va sé por el tono de voz).
Las disputas entre ambos incluían unas pocas cuestiones programáticas, algunos latinazgos –como corresponde a Córdoba, donde hasta los mendigos mangan en latín– y, sobre todo, mucho humor e ironía.
En un improvisado acto callejero, Aguirre Cámara, para denostar a su contrincante, le lanzó el siguiente párrafo:
–Córdoba debe enfrentar en estos tiempos dos serios problemas: el Mercado Negro y... el Negro Mercado.

La ocurrencia quedó grabada para siempre en la memoria de las picardías políticas de la docta.
El mentado José Antonio Mercado es el padre de la escritora Tununa Mercado, autora de “Canon de alcoba” (cuentos) y novelas como “En estado de memoria” y “La madriguera”.
Para la época de la anécdota ella era alumna de la carrera de letras en la Universidad de Córdoba donde había sido nombrado profesor otro escritor, Noé Jitrik, que además de darle clases se convirtió en su esposo.
La conjunción de fuerzas, razones y sinrazones que convergieron en la formación de esta pareja constituyen sin dudas uno de los grandes misterios de la literatura: ella provenía de un hogar de “derechas”, él de “izquierda”; ella cordobesa, él porteño; ella tenía el mismo color de piel de su padre y él un blanco estepario. “Forman una linda pareja, parecen la camiseta de la Juventus”, comentó por entonces uno de esos chistosos que nunca faltan.
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miércoles, 15 de abril de 2009

Teatro Colón - Orquesta

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El gobierno (¿?) de MACRI acaba de realizar un análisis de la Orquesta Estable del Teatro Colón para mejorar la eficiencia de la misma. Después de un análisis concienzudo y de asistir a varios ensayos y a un concierto completo, presentó el siguiente dictamen:

I. Durante periodos de tiempo considerables los cuatro oboes no tienen nada que hacer. Por consiguiente, el número de oboes debe ser reducido y el trabajo uniformemente repartido durante todo el programa del concierto, eliminando así los altibajos de actividad.

II. Los veinte violines tocan todos exactamente las mismas notas, lo que parece una duplicación innecesaria; por consiguiente, el staff de esa sección debe ser reducido drásticamente. Si se requiere un mayor volumen de sonido, se podría obtener mediante aparatos electrónicos.

III. El equipo obsoleto es otro tema que justifica investigaciones posteriores. Hay que hacer constar que el instrumento del violinista principal tiene varios cientos de años de antigüedad, por lo que, si se aplican los ratios normales de depreciación, el valor residual de dicho instrumento está reducido a cero y se aconseja la compra de un equipo más moderno.

IV. Se dedica demasiado esfuerzo a tocar las fusas, lo cual parece ser un refinamiento innecesario. Recomendamos que todas las notas se redondeen a las semicorcheas más próximas; haciendo esto sería posible utilizar un mayor número de principiantes y operarios de menor categoría.

V. En muchas ocasiones los operarios utilizan una mano para sujetar sus instrumentos; si incorporasen algún artilugio podrían tener esa mano libre para hacer otros trabajos. También se ha detectado que los que tocan instrumentos de viento tienen que hacer esfuerzos excesivos, lo que merma su productividad; un compresor sería suficiente para dar aire a todos los instrumentos bajo condiciones controladas con mayor precisión.

VI. Finalmente, algunos de los pasajes musicales parece que se repiten demasiado, por consiguiente deben recortarse considerablemente. No tiene ningún sentido que los instrumentos de viento repitan algo que ya han ejecutado los de cuerda; estimamos que, si se eliminan todos los pasajes repetidos, la duración total del concierto podría reducirse a veinte minutos, y no habría necesidad de intermedios.


PROpongo que no comiencen con los imPROperios y consideren estas PROpuestas como una muestra de humor PROpositivo de La Pulpera. PROsigo PROponiendo ser más PROlijos en la PROxima oportunidad que nos PROpongan elecciones y ayudar a PROpulsarlo afuera de la PROpia estratósfera y PROmoverlo a PROtoagonista de un VA A ESTAR BUENO EL ESPACIO EXTERIOR... si es posible, de otra galaxia.

No sé el nombre del autor, el párrafo final es mío. Si alguien lo conoce, por favor me avisa para ponerlo.
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lunes, 13 de abril de 2009

Ópera (humor)

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Curso breve de ópera

Usted puede dar muestras de su cultura y conocimientos acerca de la ópera siguiendo este breve y eficaz curso gratuito.
¡No es necesario que se aguante ni Aída, ni Tosca, ni La fanciulla del west!
En todo caso, para empezar está Carmen, que además de linda viene directamente en castellano (¿viene en francés?, disculpen, prueben con otra). Y para deleitarse con la música y dejarse llevar, aunque no entendamos una jota del texto, está Turandot.
Casi todas las óperas tienen un esquema argumental similar y que usted podrá utilizar exitosamente la mayor parte de las veces:

“EL TENOR SE QUIERE CASAR CON LA SOPRANO Y EL BAJO (o el BARÍTONO) SE OPONE.”
George Bernard Shaw


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Panaderos anarquistas

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Anarquistas y anticlericales

En 1887 se fundó en Buenos Aires la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, precursora del Sindicato de Obreros Panaderos. Fue la primera Sociedad de Resistencia del país que se manifestó con claridad respecto al método de "acción directa" contra el "régimen".
A comienzos del siglo XX en la República Argentina, el gremio de los panaderos tenía una gran mayoría de simpatizantes del anarquismo.
Una de las huellas de aquellos tiempos perdura en los nombres de las “facturas” que comemos hoy: Bolas de Fraile o Suspiros de Monja, Sacramentos, Jesuitas, Vigilantes; donde daban muestras de su anticlericalismo y su desprecio por la policía.

Los sentimientos anticlericales no fueron exclusivos de los panaderos, en las filas de los gastronómicos, varios siglos atrás ya había muestras del resentimiento interior o de la bronca de algunos esclavizados cocineros, algunos provenientes de las propias filas del clero.
Los nombres de estos platos quedaron como testigos de lo dicho.
Strangolapreti (ahoga o estrangula curas), ñoquis verdes al estilo trentino, que se manducaron en el Concilio de Trento, en 1550.
Strozzapreti, (la versión romagnola del plato) otros ñoquis parecidos.
Monache bianche (Monjas blancas), también llamados Frati embriaghi (Frailes borrachos), unas tostadas en manteca, embebidas en leche y cubiertas con cacao o chocolate. Para curas borrachos se reemplaza la leche por el vino.
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miércoles, 8 de abril de 2009

El calendario -2-

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El Calendario Gregoriano - mejoras

Entre los defectos más notorios del calendario gregoriano (en realidad debiéramos decir calendario egipcio de Ptolomeo) tenemos:
-No se puede dividir en semestres, trimestres, ni meses iguales. Esto que parece sin importancia, trae problemas a cualquiera que debe programar o computar operaciones comerciales, de fabricación, estadísticas, etc.
-Las fechas y los días no coinciden entre un año y otro, dentro de una estructura que presenta ¡28 variantes! Esto dificulta la concreción de fechas anuales, efemérides, festividades y obliga a “correr” los feriados de modo de “fabricar” fines de semana largos (“puentes” en España) para favorecer el turismo.
-Hay semanas que empiezan en un mes y terminan en otro.
-Las festividades religiosas no son fijas. Esto fue origen de muchos conflictos entre diferentes calendarios porque, por ejemplo, los cristianos tenían mucho temor de estar celebrando la pascua fuera de la “verdadera” cuaresma y en consecuencia, comiendo carne cuando no debían. Así que siguen vinculando la fecha a la luna (¡¿?!) y lo mismo vale para los musulmanes y otras creencias que perduran todavía.
-Los años tienen diferente duración.

Con el tiempo hubo algunos intentos de arreglar estos problemas y las consiguientes molestias. Uno singular fue el de la Revolución Francesa, que trató de imponer su “calendario de la Razón”. Tenía 12 meses de 30 días, y cada mes estaba dividido en 3 semanas de 10 días. Los 5 o 6 días que faltaban se agregaban al final y eran festivos.
Como estaban de moda el racionalismo y el sistema métrico decimal, también dividieron los días en 10 horas de 100 minutos y cada minuto en 100 segundos, lo cual era un verdadero desatino y un crimen al sentido común, en nombre de la razón. La adopción de un calendario necesita consenso para su implementación e imposición. Duró hasta 1806 en que Napoleón, se vio en la necesidad de volver al gregoriano. El calendario era bastante bueno, pero lo mejor, sin dudas, fueron los nombres de los meses, sin dioses ni emperadores, tomados de la naturaleza y el trabajo: Vendimiario, Brumario, Pluvioso, Ventoso, Floreal, etc.

Una de las mejores reformas propuestas es el llamado Calendario Universal que propone The World Calendar Association Inc., y se reproduce en esta entrada sin autorización de sus propietarios. Sus partidarios han intentado varias veces que las Naciones Unidas lo apoyen y de hecho varios países, la India y el Vaticano entre otros lo han presentado sin lograr su aceptación.
Entre sus ventajas está que todos los años y todos los trimestres son iguales y empiezan en domingo. Los días que le faltan, 1 por año, se agregan como días extras y son el día del mundo, que correspondería al 31 de diciembre; y el día del año bisiesto, el 31 de junio, pero no van ligados a ningún mes. Es perpetuo, con él no será necesario imprimir una agenda nueva cada año y por siempre el 3 de enero será martes.

De todos modos, el tema amerita una discusión internacional y no puede limitarse a una cuestión de almanaque solamente. La relación trabajo descanso que nuestra “civilización” actual requiere, y las formas de producción, han cambiado sustancialmente y eso tiene que reflejarse en la reforma. El descanso dominical, aunque todavía sea una utopía para algunos es una cosa absolutamente perimida. Una semana de 24 horas de trabajo por persona alcanza sobradamente para cubrir las necesidades de todos los habitantes del planeta. Las nuevas divisiones del tiempo deberán contemplar rotaciones periódicas de la fuerza de trabajo para que todos puedan trabajar y descansar alternativamente. En esta dirección, los trabajos que comenzó Carlos Varsavsky sobre La semana de 9 días y otros en direcciones parecidas, son la base sobre la que primero hay que acordar y discutir.
El problema no es ahora la medición del tiempo, como lo fue en el origen del calendario; la cuestión es hacer un calendario universal y flexible para contribuir a la solución de los problemas que nos plantea la vida en la sociedad actual y ayude a mejorar su calidad.


Una reflexión final: El calendario no debiera estar sujeto a copyright ni a propiedad intelectual. Lo único que falta ahora, es privatizar el almanaque. Y en todo caso, si es eso lo que se quiere, espero que las Naciones Unidas, obliguen a sus miembros a saldar la enorme deuda que tenemos con Egipto, cuna de nuestro calendario.

Bibliografía consultada:
THELMA y CORIDON BELL, El enigma del tiempo, 1966, Buenos Aires, Editorial ACME.DAVID EDWING DUNCAN, Historia del calendario, 1999, Buenos Aires, Emecé Editores.
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Sonetos lunfardos

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SONETO EN ALPARGATAS

A vos, Lope de Vega, te chamuyo:
Fénix de los ingenios españoles,
si en lengua cervantina hicistes goles,
yo con mi lengua lunfa te embaruyo.

En tu Real Academia no me instruyo,
una calle mistonga con faroles,
me enseñó a ser poeta y… ¡caracoles!
no es bardo de arrabal cualquier viyuyo.

Te sé muy español, gran erudito,
batime: ¿qué es papusa, guita y grata?
¡Si vos de lunfa no manyás un pito!

Junto a la musa de la mala pata,
yo te vengo a poner este garlito
con mi humilde soneto en alpargata.

El autor es Alcides Gandolfi Herrero, Álvaro Yunque, y con este soneto en lunfardo, además de a Lope de Vega homenajea de coté a Celedonio Flores, autor del tango Mano a mano.
Tomado de: http://www.alvaroyunque.com.ar/la_poesia_dialectal_portena_frameset.htm


FERIA DEL BROLI

Este muchacho Borges —la madona—
cómo levanta minas en la Feria:
se le vienen al pie, qué cosa seria,
la docente, la “bian”, la solterona.

¿Qué manya de sus libros la chauchona:
las tapas, el color, la periferia?
Este muchacho Borges, ¿qué bacteria
les mete contra piel y silicona?

¿Con qué virus, qué peste, qué difteria
las escracha de nalgas en la lona?
¿O las va de coyote de Siberia?

La duda me revienta la bordona:
¿este Borges quién es, porca miseria,
Fangio, Vilas, Monzón o Maradona?

El autor es: Orlando Mario Puzzi
Tomado de: http://www.abanico.org.ar/2004/10/eldos.htm


Les pido a los amigos uruguayos que si alguno conoce la Oda a la alpargata, que supe escuchar en una noche de peña en Rosario (ROU), me haga llegar la letra. La interpretó un duó de esos pagos y creo que uno de ellos era su autor.
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martes, 7 de abril de 2009

Cine en Semana Santa

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"Recomendaciones" (humor cordobés)

Se cruzan dos neros cordobeses y se produce el siguiente diálogo:
-Ni se te ocurra í a vé "La Pasión". Ya mi í' clavao ió.
-¿Quién labura, Mónica Aios?
-No...
-¿Cáterin Seta Yones?
-No, trabaja un tal J. Cristo. Es totalmente fuqui fuqui.


El dibujo es de ... (No sé donde lo robé. Ya vuelvo y confieso... pa' no entrar jodido en estas pascuas)
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lunes, 6 de abril de 2009

El calendario -1-

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El calendario

Nuestros parientes más lejanos descubrieron que entre dos lunas llenas transcurrían veintinueve días aproximadamente y que el intervalo entre dos fases cualquiera de la luna era siempre el mismo. Así registraban los intervalos del tiempo en “lunas”.
Mientras fueron cazadores, no tuvieron necesidad de inventar las semanas, los meses y los años. Pero cuando empezaron a cultivar la tierra, se hizo necesario anticipar la llegada de las estaciones y entender el ciclo de las mismas. Y allí empezaron a complicarse las cosas entre las “lunas”, las estaciones y el ciclo “anual” del sol.
Diferentes culturas y civilizaciones se ocuparon del tema, todos atascados por el hecho de que la duración del ciclo lunar no tiene nada que ver con la extensión del año solar y para complicar más aún el tema, ni uno ni otro son múltiplos enteros del día. El mes lunar dura 29 días y pico, y el año, 365 días y unas horas más.

Los astrónomos babilonios (4000 A.C.) optaron por un calendario lunar de 12 meses de 30 días, pero como se les “corrían” las estaciones, cada seis años agregaban un mes. Los mayas (350 A.C.) se decidieron por la opción solar y un año de 18 meses de 20 días, al que agregaban 5 días, para alcanzar a la tierra en su órbita alrededor del sol.
Los primeros en desentenderse de la luna y reconocer al sol como el astro Rey y medir su ciclo anual con exactitud fueron los egipcios. Siguieron con sus 12 meses ( ver la entrada La docena: prehistórica y tozuda del 3 de mayo del 2008) de 30 días y agregaron 5 de fiesta. Ptolomeo III, rey de Egipto, 230 A.C., quiso agregar por decreto a esos 5 días de fiesta un día cada 4 años (el bisiesto) poniendo en circulación el calendario tal como lo usamos ahora, pero no lo logró por la oposición de los sacerdotes.
Hubieron de pasar dos siglos para que un hombre inteligente, militar y estadista, comprendiera el valor incalculable de esa idea, la tomara y la hiciera adoptar: Julio César.
César tiró el calendario lunar romano a la basura y adoptó para todo su imperio el calendario solar de Ptolomeo con una única variante, el nombre: pasó a llamarse Juliano.
El juliano fue el primer calendario perpetuo o casi perpetuo. Sencillito y exacto, salvo por un “pequeño” adelanto de un día y medio cada doscientos años que, la verdad sea dicha, para lo que había hasta entonces era un lujo.
Constantino, para el año 325 D.C. lo hizo adoptar como calendario de la cristiandad por un Concilio y suprimió las tres divisiones del mes romanas suplantándolas por las semanas de 7 días que usamos todavía ahora (ver la entrada “La semana de 9 días” del 11 de junio del 2008). Con esto, Constantino volvió a complicar el asunto y desbarató la perpetuidad del calendario Juliano. No fue este el único balurdo que nos regaló Constantino, al que ya le pegaremos la biaba que se merece en alguna futura entrada.
Hacia el año 1580 el “pequeño adelanto” ya se había hecho considerable, y el calendario le había sacado 12 días de ventaja al año solar. Entonces el papa Gregorio XIII llevó adelante el plan de modificar el viejo calendario juliano para poner las cosas en orden. Le rebanó de una 10 días al año 1582, de modo que el 4 de octubre pasó a ser el 15 de octubre de 1582.
Suprimió los bisiestos de fin de los siglos que no son divisibles por 400 y con eso inscribió su nombre en la galería: el calendario pasó a llamarse Gregoriano.
Fue adoptado inmediatamente por la Europa católica. Inglaterra recién lo adoptó en 1751 y Suecia en 1753.

Hoy todavía seguimos utilizando el calendario de Ptolomeo III, con la ayuda que le dieron Julio César, Constantino y el papa Gregorio XIII. Estamos tan familiarizados con él que nos parece perfecto, sin embargo arrastra una serie de problemas que alguna gente trabaja desde hace más de un siglo para solucionar.
De eso tratará la entrada próxima.


Bibliografía consultada:
THELMA y CORIDON BELL, El enigma del tiempo, 1966, Buenos Aires, Editorial ACME.
DAVID EDWING DUNCAN, Historia del calendario, 1999, Buenos Aires, Emecé Editores.
La imagen es de Cristóbal Reynoso, CRIST.
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sábado, 4 de abril de 2009

Fondo de olla

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Fragmentos escogidos que hacen referencia a sangrías y sanguijuelas.

Cuando cocinaba las entradas para 3 Sangrías 3 quedaron unos ingredientes sin usar y algo en el fondo de la olla. Como no son épocas para andar tirando nada, se me ocurrió hacer un “salpicón” (también llamado “ropa vieja”, “torres de reya” –leer al vesre- o “pot-pourri”) y traerlo a la mesa.
Para levantar la categoría del plato, lo primero será elegir un nombre sugerente y a la vez adecuado. Intentemos con este (gracias Santiago): Bocadillos de butifarra a la literaria.


La comisión contra la brujería tenía miedo de proceder contra el astrólogo y los de la casa del padre Peter, o contra cualquiera, a decir verdad, que no fuesen los pobres y los desamparados. Entonces la gente perdió la paciencia y emprendió la casa de brujos por cuenta propia. Comenzaron por una dama de buena cuna, conocida por aplicar curas demoníacas, tales como bañar a las personas, lavarlas y alimentarlas, en lugar de practicarles sangrías y purgas a través de los oficios de un cirujano-barbero, como debe ser.

MARK TWAIN, El forastero misterioso, Buenos Aires: Longseller, 2005
Novela breve ambientada en el siglo XVI.


El me daba voz de amigo
pero no le tenía fé.
Era el gefe, y ya se vé,
no podía competir yo;
en mi rancho se pegó
lo mesmo que saguaipé.
Saguaipé( guaraní) = chuncaco= sanguijuela

JOSÉ HERNÁNDEZ, Martín Fierro.
(Cuando lo reclutan para ir a la frontera y el comisario se queda con...)


Y eso no me ha de faltar
por los güesos de mi agüela,
nunca seré sanguijuela
que el oro me haga pegar.

ANTONIO LUSSICH, El matrero Luciano Santos (1873)- Consejos a Ellauri,
Uruguayo, considerado por Borges como el antecesor del Martín Fierro.

La ilustración es de las que hizo Carlos Alonso, para el Martín Fierro.
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jueves, 2 de abril de 2009

3 Sangrías 3 (¡se acaba!)

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3 -Sangrías de vino

Ingredientes:
1 litro de vino tinto, ni muy muy, ni tan tan.
4 cucharadas de azúcar colmadas
1 naranja en jugo y otra en rodajas
1 limón en jugo y otro en rodajas
3 duraznos pelados cortados en trozos grandes
1 manzana pelada cortada en trozos pequeños

Mezclar el vino y el jugo con el azúcar hasta que esté bien disuelto.
Agregar la fruta en trozos, meter en la heladera y esperar .
Cuando ya no aguanten más, ponerle hielo en cubitos para que se enfríe en serio y agregarle algunas rodajas de naranja y limón. Las otras usarlas para decorar los vasos al servir.
Si en lugar de vino tinto se usa algún blanco, el resultado es algo más finoli y se llama clericó.

Se aceptan todo tipo de críticas y diatribas por el burdo destino propuesto para esa noble bebida llamada vino tinto. Este uso prosaico sólo está justificado si hace mucho calor y las “chichises” se muestran algo tímidas.
Un vez vuelta la normalidad, no volver a cometer el sacrilegio de deshonrar al tinto. En caso de reincidencia, será considerado pecado venial y se arregla con dos padrenuestros.
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miércoles, 1 de abril de 2009

3 Sangrías 3 (¡a la segunda!)

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2 -Sangrías de sangre

La sangría consiste en la extracción de sangre de un paciente por diferente métodos. Se le atribuían propiedades curativas y preventivas de múltiples enfermedades.
Aparentemente, la práctica se originó en un intento de copia de la menstruación. Si el cuerpo femenino sangra espontáneamente una vez por mes, parecía evidente que la pérdida de sangre debía proporcionar algún beneficio para la salud.
La práctica es milenaria, se hacía en el antiguo Egipto y en la medicina Ayurveda. En los tiempos de Hipócrates y la teoría de los cuatro humores (sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema) se les ocurrió relacionarlos con los astros (otra vez los griegos copiando mal y complicando las cosas), por lo cual la fase de la luna determinaba el momento y el lugar a sangrar. Los Calendarios de sangría se siguieron usando hasta el Renacimiento.
La extracciones se hacían por simples cortes o incisiones, más tarde con bisturí o aguja, y también con ventosas y sanguijuelas. La sanguijuela (parecida a una babosa) es un anélido hematófago que se colocaba en grandes cantidades directamente sobre la zona a sangrar. En el apogeo del método, a principios del 1800, Francia importaba más de cuarenta millones de sanguijuelas por año.
El doctor Benjamín Rush (1745-1813), pionero de la medicina clínica (y de la psiquiatría) en los Estados Unidos de Norteamérica, además de un luchador contra la pena de muerte y la esclavitud, fue un gran difusor de la sangría como tratamiento de la fiebre amarilla. Durante la epidemia que azotó Filadelfia en 1769 la utilizó a destajo. Para 1776, en la misma ciudad, fue uno de los firmantes de la Declaración de la Independencia.
Su larga historia como procedimiento médico se asentó en la aceptación como verdades reveladas de axiomas equivocados, mucho más allá del tiempo en que sus supuestos beneficios ya habían sido demolidos por los estudios de muchos galenos y del descubrimiento de la circulación de la sangre, que es del 1600. Hoy se utiliza en unos muy pocos y específicos casos.
Además de su tenebroso recuerdo nos ha dejado un par de huellas de su existencia: la prestigiosa revista médico-científica inglesa The Lancet, fundada en 1823, se llama así en honor al bisturí (lancet) con que se hacían los sangrados y la palabra “sanguijuela”, que pasó a utilizarse en su acepción de parásito o “chupasangre” para calificar a los individuos poco afectos al esfuerzo.


Extractado de:
Ríos de sangre, por Raúl AlzogarayPágina12 Suplemento Futuro del 21 de Marzo de 2009
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/13-2107-2009-03-21.html
La sangría, por Pedro Pinto Núñez, 2002, Colombia
http://ciruelo.uninorte.edu.co/pdf/salud_uninorte/16/1_la_sangria.pdf
Sobre la historia de The Lancet ver:
http://www.thelancet.com/lancet-about

El dibujo es de OSKI (Oscar Conti)
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