lunes, 27 de septiembre de 2021

Cartas que no llegaron -3-



Interrumpiremos (por ahora) el tema de estas cartas reuniendo otras tres obras, la primera de las cuales podría ser considerada la más emblemática del tipo; a pesar de la opinión contraria de un amigo que considera que, si hay una carta que no debe haber sido leída por quienes corresponde, esa es la Carta de las Naciones Unidas…

 

            Carta al Padre, 1919, de Franz Kafka (1823-1924)

Cartas de París  (Depuis qu'Otar est parti), 2003, película dirigida por Julie Bertucelli.

            Hijo de hombre (capítulo 7), 1960, novela de Augusto Roa Bastos (1917-2005)

 

 

Carta al Padre, la carta más leída de los escritores del SXX no llegó a destino. No podía hacerlo porque no fue enviada, ni siquiera entregada en mano. Kafka la escribió en noviembre de 1919, era bastante larga para carta, tenía más de 100 páginas escritas a mano. El bueno de Franz se la dio a la madre, para que a su vez esta se la diera al padre, pero la mami se la devolvió y la misiva terminó en manos de una amiga a quien K. se la regaló.

En ella hacía un repaso de las pésimas relaciones que habían tenido a causa de la excesiva rigidez y el autoritarismo con que el tipo manejaba las relaciones familiares. Parece que era un júpiter tunante y la mejor prueba es que nadie se atrevió siquiera a darle el escrito donde le cantaba las cuarenta. Parece el final de “Asamblea de ratones”, de Lope de Vega: – ¿Quién de todos ha de ser / el que se atreva a poner / el cascabel al gato?





En Cartas de París el inmigrante georgiano Otar, obrero de la construcción en Francia, envía cartas –y algo de dinero– a su familia en Tiflis, la capital. Las tres mujeres: la joven Ada, Mariana su madre y la abuela Eka comparten una vida dura y a la alegría de esos envíos. Pero Otar tiene un accidente fatal y no se animan en decírselo a la anciana. Continúan ellas escribiendo las cartas, lo que termina cambiando sus vidas. Un drama de la inmigración que ya estaba a la vista hace muchos años.

 

 

En Hijo de hombre las cartas son lo de menos, la novela es una de las más bellas maneras de conocer la grandiosa y trágica historia del pueblo paraguayo. Y de paso aprender algunas cosas del idioma guaraní, con su musicalidad y el milagro de su dulzura.

En el capítulo 7, Destinados, Miguel Vera narra sus cuitas, y las de otros presos, en el Penal de Peña Hermosa a orillas del Río de las Coronas (nombre original del Paraguay).

Allí Jiménez escribe largas cartas que nunca envía a su mujer. Justamente su estadía en esos pagos se debe a que mató a uno que se había enganchado con ella…

Si prefieren las artes visuales, les comento que fue llevada al cine por Lucas Demare, en 1961, con un elenco extraordinario: Olga Zubarry, Francisco Rabal, Carlos Estrada, Francisco Herrera, Adolfo García Grau. Acá se llamó Hijo de hombre pero en otros países fue titulada La sed.

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viernes, 17 de septiembre de 2021

Cartas que no llegaron -2-



 

Seguimos con 3 obras basadas en cartas cuyo destino fue incierto o no alcanzado:

 

            Cartas a Goya, 2019, mezcla mestiza de novela gráfica/epistolar de Lorenzo Lolo Amengual

Olga, 2018, novela de Bernhard Schlink

            Herzog, 1964, novela de Saúl Bellow (1915-2005)


 

Cartas a Goya es una selección de 25 misivas al pintor que incluyen, además, 25 copias de Caprichos originales y 25 “versiones actualizadas” hechas por Amengual. El autor ha escrito unas 82 cartas al pintor casi doscientos años después de su muerte. Al ser consultado -confieso que con sorna- por mí, acerca de si Don Paco las había contestado, recibí esta repuesta: “No ha contestado ninguna pero tengo indicios de que las ha leído a todas. Las ha respondido con otros Caprichos”.

En síntesis, una deliciosa muestra de humor, curso de bellas artes y recorrido por los monstruos que acompañaron a los autores, curiosamente tan actuales a pesar del paso tiempo.



 

Olga es la historia de una gran mujer, humilde, que se enamora de alguien de una clase social superior, por lo que deben mantener su amor entre la clandestinidad y la distancia. Sobrevive a dos guerras mundiales y muere en forma llamativamente temeraria.

Narrada en tres partes, la primera por un narrador omnisciente, la segunda en primera persona por un joven de una casa donde ella trabajó en quehaceres domésticos, y la tercera, la más interesante en su relación con el tópico que estamos viendo, en forma de cartas. Cartas que envía durante años a su amado Herbert, sin respuesta y donde ella, que termina vieja y sorda, muestra su inmensa capacidad de resistir.

“Es una historia de amor que se desarrolla en el interior de las sombras de la historia de Alemania”, dice el autor. Tal cual: Herbert entra en el ejército y se mete en cuanta expedición colonialista puede; la última al Ártico, donde encuentra la muerte. El hijo colabora con el nazismo. Justamente a ella, a la que le cuesta tanto todo, le toca un mundo así, del cual, aunque quisiera, resulta imposible desprenderse.

 

No he leído Herzog, pero está señalada como un ejemplo paradigmático de este grupo. Y así parece, está escrita como un montón de cartas que el bueno de Moses Herzog escribe a dios y a María Santísma (incluso tiene a Spinoza y a Nietzche entre sus destinatarios) pero no las envía. 

No pude resistir la curiosidad y di una pasada a varias de sus páginas: están llenas de frases y pensamientos que se podrían poner en un cuadrito pero, personalmente, el tema del judío norteamericano culposo me tiene harto. Sobre todo después de leer a Philip Roth o ver las pelis de Woody Allen, ambos insuperables (aunque Herzog sea anterior).

De todos modos, y sacando el aire autobiográfico de la novela, el tipo obtuvo el Premio Nobel en 1976 y es considerado uno de los autores más relevantes de de su tiempo.

 

Continuará…

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viernes, 10 de septiembre de 2021

Cartas que no llegaron -1-


Las cartas han sido siempre piezas muy utilizadas en la literatura. Además de base de muchas historias su uso como técnica narrativa ha constituido un género propio: el intercambio epistolar entre autores consagrados. Las leemos como un modo de conocer el “verdadero” rostro, su pensamiento íntimo.


Aquellas que no llegaron a sus destinatarios me resultan las más interesantes. Cualesquiera que fueran las causas, podemos agregar a sus contenidos nuestras fantasías sobre los caminos que podrían haber tomado vidas e historias en caso de haber sido recibidas.


Seguidamente van algunas obras donde el tema de hoy está como protagonista. A lo mejor algún lector recordará otras o películas con cartas que no llegaron. Agradeceré que las pongan en los comentarios.



El otro hijo, 1905, cuento de Luigi Pirandello.

Una madre siciliana, analfabeta, está desesperada. Sus hijos emigraron a América hace 14 años y no se comunican con ella. Cada ocasión en que otros jóvenes emigran se hace escribir una carta que les envía pero el resultado es siempre el mismo y sigue en la pobreza, con su dolor, batallando contra el destino.

Llegó al cine, es el primer cuento de Kaos, la conmovedora película de los Hermanos Taviani.

Lo pueden leer acá:

https://www.literatura.us/idiomas/lp_hijo.html




El corazón es un cazador solitario, 1940, novela de Carson Mc Cullers.

El protagonista, John Singer (¡cantor!) es sordomudo, aunque sabía hablar lo ha olvidado y no desea hacerlo. Su obeso amigo también lo es. Entre ellos hablan por señas. Los demás personajes “conversan” con John y salen convencidos de lo enriquecedor del diálogo y de que “es el que mejor los entiende”.

Para completar el grotesco, Singer escribe cartas que no envía, a su compañero que no sabe leer.

Resumiendo, a la idea del amor romántico la autora opone, desde el título, la suya: estamos solos en la búsqueda imposible del otro.

Otro personaje, Mick, aporta un poco de aire a tanta asfixia: quizá la música sea el camino para la comunicación.

La novela empieza con el armisticio de 1918 y termina cuando se desata la 2ª Guerra Mundial. La segregación racial, la marginalidad, el amor, la búsqueda de justicia van pasando como temas de una gran suite orquestal.

También fue llevada al cine, en 1968, dirigida por Robert Ellis Millner, con Alan Arkin como John Singer.




Boquitas pintadas, 1969, novela de Manuel Puig.

En Boquitas también hay cartas que no llegaron… a su destinataria. Son las que Nené escribe a la mamá de Juan Carlos, interceptadas y leídas por Celina, su hija (a la que Nené considera una “víbora”). Celina responde las cartas haciéndose pasar por Doña Leonor, llegando incluso a reenviar alguna, que incluye confesiones, al marido de Nené, complicando al matrimonio.

Fue llevada al cine, en 1974, por Torre Nilsson, con Marta González y Alfredo Alcón en los papeles de Nené y Juan Carlos.

 

Continuará…

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domingo, 5 de septiembre de 2021

Con el mismo cuento 68 - Final

La larga cadena



Más allá del olvido, la película de Hugo del Carril, adaptación de la novela Brujas la Muerta (también base de la ópera La ciudad muerta de Korngold y Schott) fue de inmediato señalada por “sus parecidos con Rebeca”, la película de 1940 dirigida por Hitchcock. Para Guillermo Cabrera Infante la acción implicaría, a su vez, “cien años de perdón” pues “la novela Rebeca de Daphne Du Maurier, en la que está basada la película del mismo título, es un calco de La sucesora de la brasileña Carolina Nabuco”. Juan Pablo Csipka da los detalles en su artículo:

https://www.pagina12.com.ar/361374-mas-alla-del-olvido-la-pelicula-de-hugo-del-carril-que-se-ad

donde se explaya sobre el asombroso parecido de la película de Hitchcock Vértigo con Más allá del olvido, anterior, de Hugo del Carril. Una lectora fiel y cinéfila, S.M.P., ha señalado que Más allá del olvido, además de los parecidos con Rebecatiene escenas calcadas a Luz de gas, película de 1944, dirigida por George Cukor con Ingrid Bergman y Charles Boyer. Agrego aquí su contribución.

Todo comienza porque Sudores fríos, la novela en que se basó Vértigo, es una evidente recreación/actualización de Brujas la muerta no advertida por los  realizadores.


El tema de la fijación/enamoramiento de una persona que encarna a otra, ya muerta, estaba de moda a fines del SXIX. De la misma época que Brujas la muerta de Rodembach era Halma, de Benito Pérez Galdós, novela en la que está basada (libremente) Viridiana, la película de Buñuel que logró la Palma de Oro de Cannes en 1977 (junto a su pedido de Excomunión por parte del Vaticano) y se llevó puesto al Ministro de Cine de Franco.

Don Jaime, aristócrata español vive, solitario, en su hacienda desde la muerte de su esposa, el mismo día de su casamiento. Su sobrina Viridiana, novicia, lo visita y el viejo queda deslumbrado por su belleza y el parecido con su mujer. Esto desata sus fantasías fetichistas y necrofílicas, la viste con el traje de bodas e intenta violarla mientras duerme… en un ataúd.

Tranquilícense: el viejo se suicida abrumado por la culpa y ella se redime invitando a comer al pobrerío.

Como casi todas las obras sobre el tema, tiene un final trágico.

 

Todas son hijas putativas de Ligeia, el cuento de 1832 de Edgar Allan Poe, donde la pobre Lady Rowena paga las consecuencias de ocupar el lugar de aquella del título.

Finalmente, mencionar a Francois Truffaut y a Gustavo Cabrera que entrevistaron a los directores y nos legaron sus valiosos testimonios directos de donde se puede concluir que no hay indicios de que conocieran la obra del otro al momento de filmar Vértigo. Incluso Del Carril vio Vértigo por primera vez, poco antes de su muerte.

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De yapa:

Les dejo un enlace al, para mí, cuento más delicioso que se ha escrito sobre los amores sobrenaturales y que homenajea al de Poe desde su mismo título:  Lighea o El profesor y la sirena de Giuseppe Tomasi de Lampedusa.

file:///C:/Bacapear/Cuentos/Guiseppe%20Tomasi%20de%20Lampedusa%20-%20Lighea%20o%20El%20profesor%20y%20la%20sirena.htm

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jueves, 2 de septiembre de 2021

Con el mismo cuento 68 - del Carril, Hitchcock



Más allá del olvido y Vértigo – Hugo del Carril y Hitchcock

 

Brujas la muerta, 1892, novela de Georges Rodenbach (1855-1898)

Sudores fríos; entre los muertos (Sueurs froides; d’entre les morts), 1954, novela de Pierre Boileau (1906-1989) y Thomas Narcejac (1908-1998)

 

El tema común a las obras de hoy es el amor más allá de la muerte o la duplicación de la o el amante en distintas variantes que van desde el deseo de eternidad a la necrofilia y a casos policiales.

Es tan llamativo el encadenamiento que hay entre las obras –ya sea voluntario o no– como el talento de escritores, directores y guionistas en dar una vuelta de tuerca a algo ya transitado y encontrar aristas y enfoques que enriquecen las narraciones literarias o cinematográficas. Como, además de llamativa, la cadena es larga, será merecedora de un apéndice o complemento de esta entrada donde haré justicia a los que las señalaron, empezando por Juan Pablo Csipka (art. Página12 del 1/sep./21), Guillermo Cabrera Infante, etc.

 

En, Brujas…, Hugo Viane ha enviudado y se radica en Brujas, donde había pasado días gozosos con su amada, a modo de homenaje y para hacer su duelo. Encuentra una semejanza entre la ciudad y su recuerdo de la muerta, mientras vive en una casa llena de retratos y cosas de la difunta, entre ellas una trenza de su pelo rubio. Una noche encuentra a otra mujer que se le parece demasiado salvo en que, lejos de la melancolía, es una bailarina alegre y algo vulgar. Hugo se enamora de la imagen de Jane pero cuando logra concretar una relación carnal con ella, la ilusión se desvanece, deja de ser el viudo fiel y se produce un trágico final: la ahorca con la misma trenza que la bailarina revolea burlona.

 

Sudores… fue escrita para que fuera llevada al cine. Un detective soltero recibe el encargo de seguir a la esposa de un amigo que presenta comportamientos extraños, como si estuviera poseída por una antepasada. Se enamora, la salva de un primer intento de suicidio hasta que ella se arroja de un campanario y muere. Unos años después la vuelve a encontrar (a ella o a otra extrañamente parecida). Mientras tanto ha pasado la guerra con su secuela de dolor, muerte y olvido. Desesperado intenta recuperar la relación o entender qué ha sucedido, pero una cosa hace imposible a la otra. El final trágico lo confirma.

 

Ambas novelas fueron llevadas al cine en dos obras maestras. Curiosamente tenemos la casi certeza de que ambos directores desconocían la obra del otro, cosa que no parece hubiera ocurrido con los muy prestigiosos autores franceses.

 

Más allá del olvido, 1956, arg., película dirigida por Hugo del Carril, guión de Eduardo Borrás –adaptación de Brujas la muerta–, con Laura Hidalgo y Hugo del Carril.

Vértigo, 1958, eeuu., película dirigida por Alfred Hitchcock, con Kim Novak y James Setwart, guión de Alec Coppel y S. Taylor sobre la novela Sudores fríos, de Pierre Boileau y Thomas Narcejac, 120 min.

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