sábado, 14 de mayo de 2016

Ajenjo - Suissé - Pernod


El vaso cónico, de vidrio grueso, está lleno hasta el borde de un líquido lechoso verde claro, aromático y dulzón. El tipo que paladea su frescura, casi siempre un inmigrante que ha venido a “fare l’América”, se embriaga para ahogar los trabajos duros y las hondas penas del exilio. La escena se multiplica en las otras mesas del boliche mientras se escuchan canzonettas a capella  o acompañadas por algún acordeón; cantos de borrachos, monocordes, repetidos como si fuera música litúrgica. Va anocheciendo, el último sulky vuelve “pa’ las casas”; su silueta desaparece en la oscuridad. Hacia 1950 también desapareció la costumbre de tomar ajenjo. Lo único que ha quedado es una multinacional y unas pocas palabras, algunas en el lunfardo.

Las encontramos en varios tangos: (Carancanfunfa se hizo al mar con tu bandera/y en un pernó mezcló a París con Puente Alsina), El Choclo; (Vamos que en sus aventuras/viví una locura/de amor y Suissé), El pescante; (Suena un tango compañero/…/y sé que no ha de llegar/ y en esta copa de ajenjo/en vano pretendo mis penas ahogar), Copa de ajenjo.
Suissé alude al país en que se fabricaba originalmente, pernó es apócope de Pernod, una de las marcas más conocidas. Ambas se acentuaban agudas por facilidad de pronunciación o necesidades de la métrica poética.

La Artemisia Absynthium, una estrella entre las plantas medicinales, está llena de virtudes, tiene numerosas aplicaciones curativas, delicioso sabor amargo, es resistente y humilde: olvida su nombre aristocrático y se deja llamar, simplemente, ajenjo. En Alemania se la conoce como wermut kraut, de donde viene nuestra palabra vermú que refiere a esas bebidas compuestas por vinos a los que se le agregan licores de ajenjo, carqueja y otras hierbas y se toman como aperitivos.
Se la conoce desde la antigüedad –está citada en la Biblia– pero tuvo su auge a partir del S XVIII en los países de Europa central al ser incluida en la farmacopea y, sobre todo, por participar en casi todos los licores de hierbas que se difundieron en forma explosiva junto con el desarrollo de los alambiques y la destilación.

Si la concentración de aceite de ajenjo era muy alta, los licores tenían efectos indeseables: provocaban mareos, convulsiones, temblores, adicción, daños cerebrales irreversibles e incluso la muerte. Eso hizo que Suiza –donde primero los desarrolló un médico con el nombre de elixir de absinthe– y Francia –donde a partir de 1797 los fabricó el licorista Henry Louis Pernod– terminaran prohibiendo su venta.
Esto ocurrió después de la 1º Guerra Mundial, con la industria licorera floreciendo: había más de doscientos fabricantes, pero la mayor parte de los 35 millones de litros por año que se consumían los seguía proveyendo la firma Pernod, cuyo producto incluía enebro, hinojo y nuez moscada.

De superar la prohibición se encargó un comerciante de vinos que desarrolló una nueva receta sustituyendo gran parte del ajenjo por anís verde, anís estrellado y regaliz. El comerciante, que además era pintor, se llamaba Paul Ricard y el preparado Pastis (de pâté, mezcla en provenzal.) Con el eslogan: Le vrai Pastis de Marseille y una publicidad basada en hermosos carteles que el mismo Ricard diseñaba, en pocos años alcanzó un gran éxito y llevó las ventas a más de 100 millones de litros anuales.   
Pernod, fundada en 1805, y Ricard, en1932, se fusionaron en 1975 y formaron Pernod-Ricard, actualmente el segundo gigante mundial del rubro bebidas alcohólicas. Cognacs, brandies, aperitivos, vinos, whiskies, vodkas, rones o cualquier bebida que se le ocurra es fabricada o comercializada por el grupo en casi todos los rincones del mundo.


Quien esté interesado en una historia detallada del ajenjo puede leer el lindo artículo que escribió Eduardo Berti:
http://cinabrio.over-blog.es/article-el-hada-verde-la-absinta-en-el-arte-78908957.html
Otras referencias:
http://www.todotango.com/historias/cronica/507/El-frances-en-el-tango:-pernod/
https://es.wikipedia.org/wiki/Artemisia_absinthium
http://www.francefeel.com/es/En-francia/32/Paul-Ricard-inventor-del-Pastis-de-Marsella


Tangos que hablan del ajenjo:
Aquellas farras, Argañaraz (Tango) 1930 Cadícamo y Firpo
El pescante (Tango) 1934, Manzi y Piana
Copa de Ajenjo (Tango) 1937 Pesce y Canaro
Siempre París (Tango) 1942 Homero y Virgilio Expósito
El choclo (Tango) 1947 Discépolo  y Villoldo
A tu recuerdo (Tango) 1954 Blasco y Vilar
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lunes, 9 de mayo de 2016

Con el mismo verso 3 - Carriego y Cadícamo

De todo te olvidas (Novias desmemoriadas)
 

 
 
 


Con la misma idea de reunir cuentos con cierto parentesco, hoy traemos dos poemas hermanos. El primero es de Evaristo Carriego (1883-1912) y el segundo de Enrique Cadícamo (1900-1999).
"Tu secreto" cuenta la revelación de un amor a través de la lectura (¡robada!) de un diario íntimo. Pertenece al capítulo “Los ofertorios galantes” de su libro “Las misas herejes” de 1908.
Cadícamo reescribe el poema de Carriego con más sutileza: el narrador no devela el secreto pensamiento de la enamorada. Sí devela el “préstamo”, al mencionar al autor del original y citar dos de sus obras. La otra es “La costurerita que dio el mal paso”.  De paso se nota también la “influencia” de Rubén Darío y un nuevo “homenaje” a su Sonatina.

Tu secreto (1908)
¡De todo te olvidas! Anoche dejaste
aquí, sobre el piano que ya jamás tocas,
un poco de tu alma de muchacha enferma:
un libro, vedado, de tiernas memorias.

Íntimas memorias. Yo lo abrí, al descuido,
y supe, sonriendo, tu pena más honda,
el dulce secreto que no diré a nadie:
a nadie interesa saber que me nombras.

...Ven, llévate el libro, distraída, llena
de luz y de ensueño. Romántica loca...
¡Dejar tus amores ahí, sobre el piano!...
De todo te olvidas, ¡cabeza de novia!



De todo te olvidas (Cabeza de novia), Tango, 1929

De un tiempo a esta parte, muchacha, te noto
más pálida y triste... Decí ¿qué tenés?
Tu carita tiene el blancor del loto
y yo, francamente, chiquita, no sé...
¿Qué pena te embarga? ¿Por qué ya no ríes
con ese derroche de plata y cristal?
Tu boquita, donde sangraron rubíes,
hoy muestra una mueca, trasuntando un mal...

El piano está mudo.
Tus ágiles manos
no arrancan el tema
del tango tristón...
A veces te encuentro
un poco amargada,
llorando, encerrada,
en la habitación.
Y he visto, extrañando,
que muy a menudo,

"de todo te olvidas",
cabeza de novia,
¡nimbada de amor!


¿Qué es lo que te pasa? Cuéntame; te ruego
que me confidencies tu preocupación...

Acaso tu pena es la que Carriego,
rimando cuartetas, a todos contó.

"De todo te olvidas, cabeza de novia",
pensando en el chico que en tu corazón
dejó con sus besos sus credos amantes,
como un ofertorio de dulce pasión...

Cantado por Gardel, acá:
https://www.youtube.com/watch?v=PPqHXomEVVA

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