martes, 29 de mayo de 2018

Títulos repetidos 14 - La Gaviota


La Gaviota, novela (1849) de Fernán Caballero (1796-1877)
La Gaviota, obra de teatro (1896) de Anton Chejov (1860-1904)
La Gaviota, obra de teatro, (1903), de Nicolás Granada (1840-1915)  editó Plus Ultra
La Gaviota, novela (1943, editada por Salamanca en 2011), de Sandor Marai (1900-1989)

La primera sorpresa de los títulos reunidos hoy es que Fernán Caballero es mujer. Tras ese seudónimo tan masculino y singular encontramos una persona no menos singular. Nacida en Suiza, hija de un alemán hispanófilo y una española, recibió una educación católica y después de vivir un tiempo en Alemania se radicó en el sur de España. Su verdadero nombre era Cecilia Böhl al que cambió, “para el público”, por ese otro de “sabor antiguo y caballeresco… trocando las modestas faldas de Cecilia por los castizos calzones de Fernán Caballero.”
Resulta llamativo que una mujer antiliberal y conservadora a ultranza haya causado una revolución en las letras españolas y, con su costumbrismo, sido la precursora de la novela realista española. Lo mismo pasó con su vida: el apego a las tradiciones, la monarquía y a la iglesia no se condicen con haberse casado tres veces, la última con un joven 18 años menor que ella. Si hacía falta algún dato más, escribió La Gaviota en francés y la protagonista es la hija de un pescador  a la que casan con el Dr. Stein, al que ella abandona por haberse enamorado de un torero…














Chejov estrenó La Gaviota en San Petersburgo en 1896. Nina, aspirante a actriz, estrena una obra escrita por Trepliov, joven dramaturgo, hijo de Irina, una actriz consagrada que critica duramente a ambos. Alentada por otros va a la gran ciudad con esperanzas de triunfar en el arte pero al cabo de dos años vuelve vencida al pueblo natal. Todos los personajes ocultan sus sentimientos, quieren a unos y se casan con otros formando parejas frustradas. Para terminar la velada, Trepliov no soporta el fracaso y se suicida y Nina termina en la pobreza. Ambientada en la aristocracia de finales del zarismo, parece anticipar la caída del Régimen.
En el Acto I hay un hermoso juego de cajas chinas o de teatro dentro del teatro: el telón abre sobre un jardín en el que se va a representar otra obra de teatro, el autor habla desde ese escenario con su madre (que está entre el público) intercambiando  frases de Hamlet, obra donde a su vez Shakespeare hace representar otra obra…

La de Nicolás Granada fue estrenada apenas escrita, en noviembre de 1903, en el Teatro de la Comedia, por la Compañía de los Hermanos Podestá con Orfilia Rico en el protagónico.  

La novela de Marai, escrita en 1943, en plena ocupación de Hungría por los nazis, retrata el comportamiento de la decadente burguesía que no había  terminado de recomponerse en el período entre ambas guerras. Un funcionario del gobierno dicta una orden trascendente mientras se involucra con una joven muy parecida a una antigua amante suya, ya fallecida. El espejismo del amor y la ambigüedad de los sentimientos se trama con el derrumbe del modelo social que venía cayendo desde finales del imperio austrohúngaro. Posiblemente de ese núcleo, compartido con Chejov, haya tomado el nombre de su novela.
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jueves, 17 de mayo de 2018

Todos y todas



He escuchado varios discursos que dio Charles De Gaulle en 1967 y 1968. Todos comenzaban y terminaban igual:
Francesas y franceses
‒ ¡Viva la República! ¡Viva Francia!

La Dra. Cristina Fernández de Kirchner comenzaba sus discursos, generalmente, de esta manera:
‒ Muy buenos días a todos y todas,…

Los medios criticaban acerbamente la cuestión desde diferentes puntos de vista que iban desde lo político, pasaban por cuestiones de género y llegaban hasta el supuesto mal uso de la gramática, la sintaxis, en fin de cuentas: de la lengua.
Sus discursos, con un modo de hablar que no gustaba a mucha gente, irritaba a otros –entre los que me encuentro–  son muy sólidos, claros, pedagógicos y sin eufemismos. Dice las cosas claras y eso es imperdonable para los que usan las palabras para confundir y ocultar sus estafas, contrabandos y todo tipo de trapisondas. Recuerdo uno, en que dijo: "Los buitres son chupadores de sangre internacionalmente reconocidos”, refiriéndose a los Fondos usureros y especuladores del sistema financiero.

El diario La Nación, con la firma de una de sus periotudistas, publicó un “análisis” donde contaban cuántas veces usaba cada palabra, cada artículo, etc., etc.
No recuerdo que La Nación hubiera se hubiera empeñado, con la misma vehemencia, con los discursos del Gral. De Gaulle ni con los del Presidente Macri, llenos de furcios, de atractividades y otras lindezas por el estilo.
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lunes, 14 de mayo de 2018

Pum en el ojo


Lo único permanente en el habla es el cambio. El uso y significado de tal o cual frase va modificándose con el tiempo y, ciertas maneras de referirse a algo fechan sin discusiones a los textos.
La expresión ¡Pum en el ojo! se usaba, en la Argentina, allá por las décadas del 20 y 30 del siglo 20.  En medio de una conversación indicaba al interlocutor que su comentario había sido acertado, que “había dado en el clavo” o que el aludido se sentía alcanzado por él.

Juan Filloy lo usa en reiteradas ocasiones en su novela Op Oloop. Por ejemplo en las páginas 129 (habla Peñaranda), 150 (la dice el estudiante) y 169 (Peñaranda, de nuevo). Los números de páginas refieren a la edición de Paidós con prólogo de Bernardo Verbitsky.
Años más tarde, en 1961, Aurelio Ferretti (1907-1963) –dramaturgo argentino– escribió una obra de teatro con ese título: ¡Pum, en el ojo! que publicó la Editorial Quetzal.

Ahora, el Presidente, cuando es encontrado en situaciones embarazosas, cosa que ocurre cada vez con más frecuencia, la ha reemplazado por “Mala mía” o “Esa te la debo”. Ese lenguaje, posiblemente sugerido por Durán Barba, no es originalmente muy argentino. Nosotros usamos “tocado”  o “submarino hundido” si el argumento es irrebatible. Otros dicen touchè, directamente en francés, expresión proveniente de la esgrima, donde un contendor avisa al otro que lo ha alcanzado o este reconoce el hecho.
Al responder “Esa te la debo” el Presidente nos está engrupiendo. Esta última palabra, de origen lunfardo, viene del genovés groppo: nudo, moño, atado, envuelto; que es lo más ajustado a los engañosos “paquetes” que nos intenta hacer tragar.
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Portadas de la revista de sátira política chilena TOPAZ:
Pum en el ojo – Nº 72 de diciembre de 1932
Los dictadores Uriburu e Ibáñez – año 1931



martes, 8 de mayo de 2018

Cocoliche y sainete


El actor Celestino Petray imitaba con facilidad a los italianos acriollados, entre ellos a un peón calabrés llamado Francisco Cocoliche y a su modo de hablar. Ambos pertenecían a la compañía de los hermanos Podestá. Por ese entonces, año1886, los Podestá representaban en el circo una versión casi muda del Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez, a la que le fueron incorporando diálogos para hacerla más entendible.
“Una noche, sin aviso previo, Petray irrumpió en el 2º acto llevando un caballo de las riendas y cuando Gerónimo Podestá lo vio, le dijo:
¡Adiós, amigo Cocoliche! ¿Cómo le va? ¿De dónde sale tan empilchado?
A lo que Petray respondió:
¡Vengue de la Patagonia co este pareciere macanudo, amique!
La cosa produjo una explosión de risa que duró largo rato. Petray continuó:
Me quiame Francisque Cocoliche, e songo cregollo gasta lo güese dela taba e la canilla de lo caracuse, amique, afficate la parata…
Y se contoneaba coquetamente.
¡Quién iba a suponer que de aquel episodio improvisado saldría un vocablo nuevo para el léxico popular!”
Esto cuenta José Podestá en sus memorias de 1930, tituladas Medio siglo de farándula.
Así nació, para el teatro argentino, el cocoliche, esa manera de hablar con que nos torturan en la actualidad dramaturgos excelentes y de los otros. Insisten con un habla que no manejan, para la que no tienen oído –sobre todo porque desapareció hace casi ochenta años– y a la que debieran suplantar por cualquiera otra que resulte verosímil, la lengua italiana, posiblemente.
Para colmo de males, la vice Presidenta está intentando ponerlo de nuevo de moda. Haciendo gala de su “manejo del italiano”, intentó hablar en la lengua del Dante en una visita a Macerata (Le Marche, Italia) y le salió un ridículo cocoliche que hizo recordar a la parodia del argentino que llevaba su familia a Italia. La hacía Enrique Pinti, que pedía en un bar: Motzzo, per la nena camone.
¿O nos estará dando una sutil señal de que en lugar de gobernar están representando un sainete?


El entrecomillado lo tomé de: Cocoliche y lunfardo de Ulysse le Bihan – Universidad de Oslo
Y de acá:
Juan Moreira - Versión completa de José Podestá
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jueves, 3 de mayo de 2018

Supersticiones


Concierto supersticioso


1 - Al parecer, el gran físico Niels Bohr tenía una herradura en la puerta de su casa. Cuando alguien le preguntó si realmente creía que las herraduras traían buena suerte, contestó:
– No, pero me han dicho que dan suerte incluso a los que no creen en ellas.

2 - El gran navegante argentino Hormiga Negra tenía un instrumento para medir la lluvia colgando del popel de su barco. Consistía en un pequeño atado de crines de burro que según él tenía un funcionamiento increíble, incluso mantenía un registro de eventos durante cierto tiempo: “Si salgo y está mojado, indica que está lloviendo o que ha estado lloviendo hasta hace 1 o 2 horas.”

3 – En la revista Scienza e Paranormale se citan algunas especulaciones “numerológicas” que se han hecho en relación al 11 de septiembre de 1993: New York City tiene 11 letras, Afghanistan tiene 11 letras, Ramsin Yusef, el terrorista que había amenazado con destruir las torres, tiene 11 letras, George W. Bush, el terrorista que destruyó gran parte del mundo, tiene 11 letras, las dos torres gemelas formaban un 11, Nueva York es el undécimo estado, el primer avión que se estrelló contra las torres era el vuelo número 11, dicho vuelo transportaba 92 pasajeros y 9+2 son 11, el vuelo 77 que se estrelló también contra las torres llevaba 65 pasajeros y 6+5=11, la fecha 9/11 es igual al número para las emergencias estadounidense, 911, cuya suma interna da 11. Y sigue la cábala.
¿Cuáles son las objeciones a estas coincidencias aparentemente prodigiosas?
New York tiene 11 letras si se le agrega City, Afghanistán tiene 11 letras pero los secuestradores provenían de Arabia Saudita, Egipto, Líbano y los Emiratos Árabes, Rasmin Yusef tiene 11 letras sólo si utiliza expresamente una transliteración determinada, pero si en vez de Yusef se hubiera transliterado Yussef el juego no habría funcionado. El vuelo 77 no llevaba 65 sino 59 pasajeros, etc., etc., etc.
… para hacer las cuentas lo numerológico tuvo que limar asperezas,…


Los tres ítems de hoy tienen en común el recurrente intento de los humanos de descifrar signos y encontrar explicaciones para tratar de entender el mundo.
El 1, que tomé del blog: https://pseudopodo.wordpress.com/2008/07/31/bohr-y-la-herradura/ muestra una de las formas del razonamiento científico, la puesta en contradicción de dos enunciaciones. O una fina ironía, si lo prefieren.
El 2, que escuché personalmente, es una muestra acabada de sentido común y un desafío a tanta tecnología innecesaria.
El 3, es un fragmento de una conferencia de Umberto Ecco en el Festival de Matemáticas del año 2008 en Roma, titulada: Falacias de la numerología (el agregado en itálica es mío). Allí se despacha, con humor y fundamentos, contra todo tipo de chantas, numerólogos, cabalistas, adivinadores, gematristas y otras alimañas.
Ustedes tendrán que elegir el sistema de análisis y relaciones que estimen más adecuado, pero sean cuidadosos porque se corre el riesgo de creer en las cifras del INDEC de Todesca-Macri o en la lluvia de inversiones.
¡Que la inocencia nos valga!

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