sábado, 14 de julio de 2018

Con el mismo cuento 51 – Pirandello y Unamuno


Enrique IV y El otro


Habiendo superado los cincuenta artículos, vale recordar la idea original de esta serie: reunir obras que tengan alguna conexión en su temática o abordaje. Encontrar esas reescrituras, homenajes, parodias amorosas y de las otras, conscientes o inconscientes, que muestran que, desde el fondo de los tiempos, a los humanos nos afligen cuestiones parecidas. Hoy toca el turno a dos grandes de la Literatura, ¡que los disfruten!

Enrique IV, teatro (1922) de Luigi Pirandello (1867-1936).
Estrenada en 1922 en el Manzoni de Milán con gran éxito.

El otro, teatro (1926), de Miguel de Unamuno (1864-1936)
Estrenada en Berlín en 1828, en Madrid en 1932 con Margarita Xirgu y en Buenos Aires en 1934 con Lola Membrives.

El primero en darse cuenta del interés de ambos autores por los mismos temas fue ¡el propio Unamuno!  En 1923 –antes de escribir El otro– publica en el diario La Nación de Buenos Aires su artículo “Pirandello y yo” donde admite que la afinidad de ambos es un “fenómeno curioso que se ha dado muchas veces en la historia del arte, de la ciencia o la filosofía… dos espíritus, sin conocer sus sendas obras, sin ponerse en relación… un mismo camino… hayan tramado análogas conclusiones… llegado a los mismos resultados.  …es algo que flota en el ambiente… o late en las profundidades de la historia y que busca quien lo revele”.
Las dos obras son absolutamente singulares y distintas pero tienen especiales coincidencias; en su temática: la locura, el otro, la identidad, la muerte y en su forma: ambas trascurren en un espacio cerrado en el que hay encierro, crimen y locura.

El protagonista de Pirandello, después de un accidente, cree ser Enrique IV, el monarca germano, y el resto de los personajes le sigue la corriente. Después de doce años recupera la cordura pero opta por fingir no haberla recobrado para no ser imputado por un crimen que comete. Toca la compleja relación entre el personaje y el ser, entre ficción y verdad. La locura está más cerca de la verdad que la excesiva adaptación de los cuerdos. Todos los personajes tienen nombre menos el protagonista: al ser rotulado loco, no lo tiene, no ES.

Ernesto, encuentra a Cosme (¿o a Damián, su  hermano gemelo?), esposo de su hermana Laura, en estado de locura. Ha recibido la visita de su idéntico hace una semana y lo ha matado, pero no se sabe quién es el sobreviviente. Se agrega Damiana, esposa del otro mellizo, que viene a buscarlo. Un médico y el Ama intentan infructuosamente resolver el misterio por distintos caminos. Con cierto tinte policial, dudan entre aclararlo o “enterrar el tema” en el ámbito familiar. Unamuno tampoco nombra a su protagonista: este se autodenomina, EL Otro.

Dice Ana Martínez Peñuela: “Existe un paralelismo entre los personajes de ambas obras: hay un personaje que organiza la escena (no olvidemos que para ambos autores la vida es teatro y el teatro es vida) y que va a estar representado por el cuñado de El Otro, Ernesto, y por el sobrino del personaje que se va a creer Enrique IV al que llamaré X, Di Nolli.
Hay dos médicos, tachados de alienistas, dispuestos a curar la locura de El Otro, Juan, y de X, Dr. Genoni ; dos mujeres en cada obra que responden al desdoblamiento de la mujer en Laura y Damiana y en Matilde y Frida; y por último, el doble de El Otroel Uno, y el antagonista de X, Belcredi .
Su completo análisis de la relación entre ambas obras se puede leer en este enlace:
Otro análisis muy interesante de El otro aquí:_


Enrique IV de Pirandello, aquí:
El otro de Unamuno, aquí:

La foto es de la bella puesta de Enrico IV dirigida por Carlo Cecchi en Florencia.
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sábado, 7 de julio de 2018

El peso de la Deuda Externa


Tomando como base a los billetes de 100 U$S podemos calcular el peso en Kg de la Deuda Externa de algunos países para darnos otra idea sobre el tamaño de la desesperanza.

Si consideramos a la deuda externa de la República Argentina en un valor aproximado a los 150.000 Millones de U$S = 150 x 109 U$S o 1500 Millones de billetes de 100 U$S. Como cada billete de 100 pesa 1 gr, podemos concluir que el peso de la deuda es:
        1,5 x 109 gr = 1,5 x 106 Kg = 1,5 x 103 Ton = 1500 toneladas de billetes de U$S 100

Ahora veamos la deuda externa de E.E.U.U., que Trump mediante es de U$S 21.000.000.000.000 = 21 x 1012  que en buen romance significa 21 billones de dólares, lo  que en el gran país del norte llaman 21 trillions. En billetes de 100 pesaría 21 x     1010 gramos,
      21 x 1010 gr = 21 x 107 Kg = 21 x 104 Ton = 210.000 toneladas de billetes de U$S 100

Es decir 140 veces más grande que la deuda externa que nos está dejando Macri a los argentinos y casi 500 veces más grande a la que recibió en Diciembre de 2015.
Podemos sacar algunas conclusiones:
·         La deuda externa argentina se puede llevar en un barco pequeño, del tamaño de una chata arenera de las que andan por el río.
·         La deuda externa de los EEUU no se puede acomodar ni en el barco más grande del mundo. Hacen falta 5 barcos de los Panamax (290 m eslora , 33 de manga), los mayores que admitía el canal.
·         Incluso si se calcula la deuda per capita resulta mucho mayor la de los virtuosos estadounidenses que la de los pecadores sudacas.

Lo que no cabe duda es que se trata de un gran bleuf y de que el que reparte las cartas es el mismo que las imprime. Si hacía falta algún dato adicional para confirmar que se trata de una macabra matufia, podemos agregar que Luxemburgo tiene una deuda per capita de más de 6 millones de U$S por persona, encabezando el listado de las guaridas fiscales junto con Mónaco 400.000, Malta 230.000, Suiza 200.000, Mauricio (las islas, no el cretino) 150.000 y otros refugios de operaciones ilegales.
Todo esto me hace recordar una frase de Friedrich Dürrenmatt, dramaturgo suizo, que decía “Suiza es un proxeneta administrando un prostíbulo que se empeña en hacernos creer que él, las pupilas y los clientes son vírgenes”.
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