viernes, 6 de septiembre de 2013

Frases de película 18 - El desprecio


El desprecio (Le mépris), Francia, 1963, 102 min., Dir. Jean-Luc Godard.

Paul Javal (Michel Piccoli), escritor francés, acepta hacer el guión para una película que se va a rodar en Capri, cuyo argumento es una versión de La Odisea en la que Penélope le es infiel a Ulises. En el primer encuentro con el productor (Jack Palance) -un norteamericano arrogante- deja que su bella esposa Camille (Brigitte Bardot) vaya sola con éste en su coche deportivo. Esto da lugar a una serie de malos entendidos -en especial por parte de Camille que se siente despreciada por su marido y ofrecida como cebo para la obtención del contrato- y genera una seria crisis matrimonial. De modo que el director de la películaFritz Lang en persona!) filma el drama clásico mientras Goddard filma el otro drama que se desarrolla con idéntico argumento.
 

La idea parecía buena, pero el resultado es un bodrio mayúsculo desde el guión de Alberto Moravia hasta el producto final. Lo único rescatable es ver a Fritz Lang actuando de director, los paisajes de Capri y a la Bardot en su esplendor. Otra perla que nos muestra la película es una casa de arquitectura muy singular (ver foto) construida sobre un acantilado: la casa Malaparte. Perteneció a Curzio Malaparte quien la hizo construir en 1937 y es objeto de estudio y admiración además de tener una de las vistas más hermosas del Mediterráneo.
Paradojas del cine, una obra sostenida únicamente en el culo de la Bardot tenía que acabar como las propias nalgas de nuestra admirada: en una inevitable caída.


Camille (La esposa, Brigitte Bardot)  ¿Te gustan mis piernas? ¿Y mis rodillas también?
Paul Javal (El escritor, Michel Piccoli)  – Realmente me gustan mucho tus rodillas.
Camille – ¿Y mis muslos?
Paul  – También.
Camille ¿Me ves por detrás en el espejo? ¿Piensas que es bonito mi culo?
Paul  – Si, mucho.
Camille ¿Quieres que me arrodille?
Paul  – No es necesario.
Camille ¿Y mis pechos, te gustan?
Paul  – Sí, muchísimo.
Camille Suavemente, Paul, no tan brusco.
Paul  – Lo siento.
Camille – ¿Qué prefieres, mis pechos, o mis pezones?
Paul  – No sé, me gustan igual.
Camille Entonces me amas totalmente.
Paul  – Te amo totalmente, tiernamente, trágicamente.
Camille – Yo también, Paul.



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4 comentarios:

Miss Marple dijo...

Fernando:
No leí el libro ni vi la película . En realidad nunca vi una con Brigitte Bardot,así que no debería opinar,pero jamás he leído que fuera buena actriz.
El texto parece tonto, pero los amantes dicen tantas tonterías!
Desde que leí el post se me ocurrió que Woody Allen ahorrádose director, guionista y un actor, ya que todo lo haría él, hubiera hecho una película inolvidable.Estoy pensando en algo por el estilo de Poderosa Afrodita con Mira Sorbino y griegos incluídos:)

La casa es magnífica,aunque yo le pondría un ascensor para llegar a la terraza. Asumo horror de los arquitectos.

Lo que me inquieta es que los comentarios bloggeros a veces salen en Internet y estoy atacando lo que otros dicen que fue una obra de arte de Godard, pero yo confío en tus apreciaciones sobre cine y literatura.

La pregunta es ¿a quién le importaba en esos tiempos algo más que la contemplación de BB?

abrazos

Fernando Terreno dijo...

Miss Marple:
Deje volar sus opiniones tranquila que son bienvenidas. Godard no se va a molestar y sus seguidores sabrán admitir opiniones no favorables.
Por otra parte ha hecho grandes películas (Sin aliento, por ejemplo) y esta me parece que no es de esas.
¿Vio qué lindo el ranchito ese?
¿Se imagina a BB y a la Eulogia tomando sol en la terraza? Y a Inodoro Pereira dudando...
Un abrazo

FERNANDO HP dijo...

No soy un fanático de Godard pero sin embargo Le Mepris me parece una gran película, lo que no significa que sea del gusto de todos. No confundir gusto con calidad artística y algo tendrá está película que era una de las favoritas de Orson Selles y en Cannes hace poco la homenajeaban en su cartel promocional.

Fernando Terreno dijo...

Puede ser. A lo mejor no tuve el mwjor de los días cuando la vi.
Confieso algún prejuicio con Moravia quien, para mí, no era tan buen escritor como sus esposas: Dacia Maraini y Elsa Morante.
A lo mejor eso se coló en mi apreciación de El desprecio.
Pienso en Agnes Varda y en Visages Vilages. Ahí tuvimos la oportunidad de escuchar a JLGoddard... por el portero eléctrico. Mientras Varda hacía un muy buena peli.
Abzx