sábado, 9 de julio de 2022

Lotería

 

La suerte de cada artículo escrito aquí es una lotería por lo que quisiera hacerles un extracto para que sepan de qué trata, para que su lectura no sea una mera cuestión de azar sino un juego atractivo y placentero. Se trata de un repaso alrededor del origen y significados de las palabras en negrita de la frase anterior.

De modo que está en ustedes abandonar aquí, con la certeza de no haber malgastado el tiempo en vano o; continuar, comprar el billete y, en una de esas, obtener el premio de pasar un rato divertido.

 

La fiebre por la lotería comenzó en España hacia1760, llevada por Carlos III, a imagen del lotto que conoció en Italia, cuando fue rey en Nápoles. Así nació “La Primitiva” que, para la época de la invasión napoleónica, las Cortes refugiaron en Cádiz, transformada en La Moderna y más tarde en La Nacional. Para entonces ya tenía otras competidoras, entre ellas, una del Vaticano y Benedicto XIII, que al principio amenazó a los jugadores con la excomunión y luego la auspició.

La historia me resultó deliciosa y está contada en detalles en este enlace:

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/loteria-espana-fiebre-siglo-xviii_13648?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=trafico


 

Resulta curioso que, más allá del deseo de timbear de nuestra especie, desde tiempos remotos, lo denominemos con palabras que derivan de otras que poco tenían que ver en sus orígenes con el significado actual, incluso evolucionaron con sentidos opuestos.

Una vieja palabra germánica: khlut, pasó a los francos como hlot, de donde viene nuestra palabra “lote”. La palabra original significaba sorteo o decisión al azar.

Hlot pasó al inglés como luck, al italiano como lotteria y al francés actual como loterie.

Desde siglo XIII hasta mediados del XX, lotissemant agregó otro significado: parcelar, urbanizar, definir lotes, lotear.

Se explica porque la palabra original aplicaba a repartir -bienes entre los herederos y tierras entre los conquistadores- con la idea original de azar, cosa que no era tal porque siempre había preferencias para algunos en detrimento de otros. De modo que en esos sorteos se decidían las “suertes” (los lotes) que le tocaban a cada uno.

Después de fundar Buenos Aires Garay procedió a repartir las suertes entre sus hombres comenzando desde lo que es hoy Parque Lezama hasta terminar en San Isidro. Este reparto de “suertes” no tuvo nada de azaroso. Comenzó por él y su segundo al mando, y terminó con los convictos y otros indeseables que traía en la expedición a los que le tocaron las más lejanas.

 

Para saber si ganamos algo en algún sorteo del juego de la lotería consultamos el “extracto”. La razón de que el listado de números premiados tenga una denominación tan extraña es porque cuando empezó “La Primitiva” ganaba quien había apostado a los primeros 5 números que se sacaban de una bolsa que contenía las bolillas. De modo que cada número extraído se anotaba; pero alguien que no sabía conjugar bien el verbo, en lugar de anotarlo como “extraído” lo debe haber anotado como “extracto” y así quedó para siempre (o será que así se conjugaba por aquel entonces).



 

Azar quedó para el final. ¿Será casualidad? ¿Será un hecho fortuito? ¿O será puro azar?

La hermosa palabra viene del árabe, del azahar. Sí, de la flor del naranjo. Parece que unos antepasados nuestros muy lejanos jugaban a tirar un hueso del talón de los animales: el astrágalo, vulgarmente llamado “taba”. De un lado le tallaban una flor de azahar para distinguirlo y quien sacaba ese lado ganaba. De modo que si el azahar quedaba para arriba, habías sido favorecido por la suerte, por el azar. En criollo es “suerte o culo”, pero en España, la RAE dice como 2ª acepción: “desgracia imprevista”. Y también tiene ese significado en Inglaterra y Alemania.


Para terminar la velada, alea, que en latín significa suerte, también proviene de otro nombre del hueso usado para jugar. Más tarde los egipcios lo tallaron con la forma de dado y refinan el juego que pasó a Grecia y a Roma. De allí viene aleatorio que significa: completamente al azar. Pero a un azar azaroso de verdad y no uno amañado. Y este juego termina aquí, por fin, a suerte y verdad.

 

 

Este artículo fue escrito con pocas ideas propias y muchas honorablemente sustraídas a dios, a María Santísima y a muchos más, entre ellos:

https://www.elcastellano.org/palabra/loter%C3%ADa

https://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20140116/54399192444/la-suerte.html

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante, se aprenden cosas nuevas ( o viejas ) todos los dias.

AT.