domingo, 20 de agosto de 2023

La camisa

La importancia de la camisa



La camisa del hombre feliz, cuento de León Tolstoi (1828-1910)


Una hermosa tristeza, 1979, Bohumil Hrabal (1914-1997)


Hacia 1954 la marca de camisas TAHITI* inundaba la prensa gráfica con publicidades de sus camisas, que vestía un muñeco sonriente y tropical, con sombrero de paja.

Su lema: “Tahiti, la camisa del hombre feliz.” Cada vez que se le aparecía en alguna revista yo escuchaba a mi padre decir: “Pero si el hombre feliz no usaba camisa.”

Fue muchos años más tarde que encontré el breve cuento de Tolstoi y entendí a qué se refería.


La semana pasada recordé aquel episodio al encontrarme con El trébol rojo, uno de los relatos reunidos en Una hermosa tristeza.

Aquí aparecen las camisas milagrosas que confecciona el vecino Milan Hendrych y que dan mágica protección y buena suerte a todos los que las usan. Uno de los beneficiados es el párroco Spurný que seduce con su voz y la Historia Sagrada a todos los chicos de la escuela. Y no sólo a los chicos, no hay señora o señorita en la comarca que no caiga rendida ante este Casanova checo. Entre ellas las chicas de la familia Safârík, campesinas a las que ayuda a recoger heno y a las cocineras de la parroquia.

Transcribo a continuación, un párrafo para que tengan una muestra de su escritura y de la eficaz protección de esas camisas.

...

Y la campesina tomó las riendas y condujo hasta el último montón y el carro empezó a sacudirse y yo miraba desde arriba, desde lo alto del puente, cómo el señor párroco se lanzaba arriba de la joven sobre el trébol, estaba acostado sobre esa joven cubierta de flores de trébol rojo, y de repente él inclinó su cabeza llena de flores rojas y la besó durante tanto tiempo que ella puso las manos detrás de la nuca de él y el carro traqueteaba, los caballos se esforzaban, la piel se les arrugaba sobre sus robustas piernas pero el señor párroco estaba estaba acostado sobre la joven y la besaba, ella tenía las piernas abiertas y miraba al cielo.

...los dos, con la cara y el pelo cubiertos de las flores rojas del trébol, besándose largo y tendido, tal vez desmayados. Pero yo sabía que al señor párroco nada podía pasarle, porque había comprado esa camisa blanca de la firma Milan Hendrych en la calle Palacký 156.



Pueden leer el breve cuento de Tolstoi en este enlace:

https://www.orientacionandujar.es/wp-content/uploads/2014/07/CUENTO-INFANTIL-LA-CAMISA-DEL-HOMBRE-FELIZ.pdf


Una hermosa tristeza, de Bohumil Hrabal, 1a edición, Buenos Aires, Pinka Editora, 2023, con traducción de Juan Pablo Bertazza




*Las islas de la Polinesia estaban de moda porque en ella se hacían ensayos de bombas atómicas. ¿Recuerdan el atolón BIKINI, con cuyo nombre bautizaron una simpática prenda, hasta lograr invisibilizar las explosiones nucleares?

Los norteamericanos hacían allí sus ensayos atómicos entre 1946 y 1960 (unas 100 bombas, una de ellas 1000 veces más potente que la que usaron para destruir Hiroshima. Luego siguieron los franceses, que detonaron otras 200 más entre 1960 y 1975 en Muroroa.)

Pero no se intranquilicen con estos datos apocalípticos, todas estas atrocidades están hechas para esparcir la paz y la libertad por todo el mundo…

. 

No hay comentarios.: