lunes, 18 de octubre de 2010

El Orient Express y el Pera Palas Hotel


Un hotel de leyenda: Pera Palas - Estambul

El tren salió de París, dejó atrás Estrasburgo, Munich, Viena, Budapest, Bucarest, Varna y luego de 80 horas y 3094 km llegó a Estambul. Era 1883 y acababa de nacer el Orient Express.
El proyecto, fruto de la fascinación de un empresario belga por el oriente misterioso, se completaría con dos magníficas obras arquitectónicas construidas en Estambul entre 1881 y 1890: la Estación Terminal de Trenes y el Hotel Pera Palas.

La Estación Terminal de Trenes de Sirkeçi, magnífica muestra del “orientalismo europeo”, fue diseñada por el arquitecto prusiano Jarchmund en una preciosa conjunción del clásico francés con el estilo oriental. El núcleo central se conserva casi original y, en su momento era un emblema del lujo y refinamiento del Imperio Otomano, tenía iluminación a gas y calefacción. Ubicada en el barrio de Eminoü, en el lado europeo, continúa funcionando y es el punto de partida de los trenes que salen desde Turquía hacia Europa.


El Pera Palas Hotel se encuentra cerca, también en el sector europeo, pero del otro lado de la entrada del mar llamada “el cuerno de oro”, en el barrio de Beyoglou. Su diseño más moderno, mezcla del neoclásico con el art nouveau y decorado con estilo oriental fue obra del arquitecto francés Alexander Vallaury. Refinado y exótico, incorporaba dos novedades de excepción para la época: electricidad y ascensor.
Era el segundo ascensor que se instalaba en toda Europa, el otro estaba en París.
Desde su inauguración tuvo huéspedes famosos: los reyes Eduardo VIII de Inglaterra y Karol de Rumania, Kemal Atatürk, León Trotsky, el Mariscal Tito, Mata Hari, Greta Garbo. Varios fueron escritores, entre los resaltan Ernst Hemingway y Agatha Christie.
En este 2010, luego de dos años de obras de restauración, ha vuelto a abrir sus puertas al público completamente remozado. Ya no es el hotel más lujoso de la ciudad, hay varios más equipados y modernos, pero en ninguno como este usted se puede dar el gusto de “dormir con la historia del siglo XX” y pasear por salones “catalogados como patrimonio artístico nacional”. Sus 115 habitaciones, muchas de las cuales llevan el nombre de sus clientes más distinguidos, están disponibles al público a excepción de la nº 101 donde Mustafá Kemal Ataturk, fundador de la República de Turquía en 1923, instaló su base de operaciones de campaña. El cuarto es ahora un pequeño museo en el que se pueden observar objetos personales del padre de la Nación.


La 411 lleva el nombre de Agatha Christie, que se hospedó en ella por primera vez en 1926, interesada en vivir una experiencia exótica. Volvió en numerosas ocasiones y pidió siempre la misma habitación. En ella escribió el primer borrador de Asesinato en el Orient Express, novela que publicó en 1934 y en la que uno de sus protagonistas, el célebre Hércules Poirot, debe resolver un asesinato ocurrido en el mismo tren en el que ella viajaba a Estambul. Hoy, en su homenaje, está decorada con un retrato de la escritora y tiene una biblioteca con sus obras.

Dedicado a Miss Marple

4 comentarios:

andal13 dijo...

Ah, qué interesante!
No pretendo que ningún azulejo del baño lleve mi nombre, pero me encantaría ir a Estambul (aunque fuera en PLUNA)...
Turquía está desde que era niña (creo que desde que vi la película "Topkapi" por primera vez) en mi lista de viajes soñados.

América dijo...

Hola Fernando me ha encantado esta entrada,un viaje a través del tiempo,sin duda que estos lugares aun trasmiten la majestad de sus tiempos,conservar y cuidar es preservar la memoria.

Anónimo dijo...

De pequeña soñaba con hacer un viaje en el Orient Express. A día de hoy, y saliendo de París, cruzando toda Europa, probablemente se encontraría con ciento de barricadas. ¿Y qué vamos a hacer si estamos así?

Un beso.

Marple dijo...

Gracias Fernando!!!

Como repetía Liza Minelli en Cabaret:
-"Decadencia divina".

Estuve mirando el hotel y los precios. Actualmente es accesible para plebeyos, así que andá a saber, tal vez un día duerma en la 411.
Los culpables del crimen en el Orient Express son varias personas que viajan juntas y no uno como en la mayoría de las novelas policiales, por eso está buenísimo que sea en un tren.