Sensaciones de paz y bondad la inundan por completo. Acaba de vaciar una bolsita de migas de pan y las palomas revolotean a su alrededor. En estos tiempos se agrega un plus: cree estar haciendo su “contribución” a la ecología, al desarrollo sustentable y a la biodiversidad, colocándose a la vanguardia de una cruzada imaginaria.
En realidad acaba de ayudar, involuntariamente, a diseminar una especie que se ha convertido en plaga, en transmisora de enfermedades, algunas de ellas graves y que causa numerosos daños.
Aunque la señora no lo sabe, está cumpliendo con un mandato que la especie humana incorporó hace más de 3000 años: recolectar los excrementos de las palomas para usarlos como fertilizantes por su alto contenido de nitrógeno y de fósforo.
De allí viene la veneración de las primeras civilizaciones por las palomas. Todas las comunidades construían palomares, (“baños” para palomas) de donde recogían cuidadosamente el guano para su uso en la agricultura. Fueron veneradas en la China y en la India. Para los islámicos representan la paz y la devoción familiar y según el cristianismo simbolizan el espíritu de dios. El espíritu santo de la trinidad cristiana está dibujado como una paloma en buena parte de la iconografía.
Ninguna responsabilidad les cabe en esto a las religiones, no hacían otra cosa que adoptar preceptos y ritos que conservaban costumbres ancestrales. Al sacralizarlas favorecían la economía tratando de evitar que las comieran.
La recolección del guano tomó escala industrial hacia 1850 en varios lugares del mundo, especialmente en el Perú donde la acumulación de excrementos de las aves marinas en las islas Ballestas se estimaba en 1853 en 17 millones de toneladas. La floreciente industria activó la economía peruana durante varias décadas con sus exportaciones hacia Europa, especialmente hacia Inglaterra, el principal comprador.
El guano dejó de ser un insumo estratégico hacia la Primera Guerra Mundial, cuando puso en dificultades a Alemania por la interrupción del suministro a la que la sometieron los ingleses. Los germanos zafaron del atolladero gracias a un químico alemán de origen judío, Fritz Haber, que para 1908-1916 logró sintetizar la producción de amoníaco, origen de la actual industria de los fertilizantes.
Resumiendo, el desmesurado crecimiento de la población de palomas se debe a que encuentran comida en abundancia y a la ausencia de depredadores. Lo primero tiene su origen en un "mandato" que nos viene de la época en que se las cuidaba para recoger sus excrementos y usarlos como fertilizantes.
En la actualidad, además de no tener esto sentido alguno, se han convertido en una plaga dañina y peligrosa, responsable de deterioros en la calidad de vida urbana, en especial la higiene y el estado de edificios y monumentos, y de la transmisión de enfermedades graves, sobre todo para la población infantil.
La mierda de paloma las ha transformado en “palomas de mierda”. Es necesario poner la plaga bajo control para lo cual uno de los procedimientos más simples es evitar alimentarlas o dejar alimentos a su alcance.
Guano: del quechua wanu, es el nombre que se le da a los excrementos de las aves (sobre todo marinas) y murciélagos cuando éstos se acumulan.
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viernes, 29 de octubre de 2010
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5 comentarios:
Sin duda hay que controlar la población de las mismas,hay que ver lo que le hacen a los monumentos,esculturas y afines.
Yo tengo sentimientos encontrados por todo el simbolismo que ellas tienen...
Muy buen articulo.Real e informativo Fernando.
Fernando:
a mí me parece que este post fue motivado por la palabra "mierda",que es la que debes haber dicho varias veces estos últimos días.
Perdón por mi imaginación desbordante, pero la moraleja sería: apelar a la inteligencia, la imaginación y la astucia para convertir la mierda en algo útil para nuestros propósitos de una vida mejor.
Eso es lo que hacían los antiguos con las palomas y creo que eran muy sabios.
abrazos.
PD) me adhiero al comentario del Santi en el post anterior.
América:
¡Me gustó eso de los sentimientos encontrados! Es cierto, son amorosas por un lado, pero por el otro...
Marple:
La muerte de Kirchner fue (es) un bajón, así que es posible que tengas razón.
Gracias por acompañarnos en la congoja.
Abrazos
Bueno, si es por plagas, los humanos también nos mandamos cagadas de todo tipo, y encima nos hacemos los lindos...
No quise comentarte nada por el fallecimiento de Kirchner, porque como dice Marple, creo que el comentario del Santi lo resume bien.
A mi me parece una esageracion,que manchan los monumentos etc...mas los manchamos nosotros con la contaminación,pero miramos
para otro lado. También resulta qué,hay perros a tutiplén en las casas ( yo no le tengo,pero me gusta verles). A las palomas y pajaritos
hay que dejarles vivir,porque de entrada estaban primero qué nosotros; Dejen vivir,porqué igual somos nosotros él estorbo¡
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