domingo, 31 de octubre de 2010

Nasrudín Hoça

Cuentos de Nasrudín Hoça (jocha)

Nasrudín, es un personaje mítico de la tradición popular sufí, una especie de antihéroe del islam, cuyas historias sirven para ilustrar o introducir las enseñanzas sufíes. Se supone que vivió en Anatolia en una época indeterminada entre los siglos XIII y XV. Las imágenes lo muestran montado en su burro sentado al revés, “para no olvidarse de dónde viene”.
Se trata de una colección de cuentos hindúes, persas, turcos, afganos; otra muestra de la tradicional narrativa asiática más conocida a través de “Las mil y una noches”.
Los cuentos de Nasrudín, también llamados “Cuentos de la ruta de la seda”, tienen como principal ingrediente al humor y a la ironía que se corporiza en la sutil figura de un perdedor. Muchos años después, Buster Keaton y Charles Chaplin tomaron esa característica para sus personajes más famosos.
Acá van dos cuentos cortos como muestra:


1 “Armado”
Nasrudín inició un viaje hacia tierras lejanas, motivo por el cual se consiguió una cimitarra y una lanza. En el camino, un bandido cuya única arma era un bastón, se le echó encima y lo despojó de sus pertenencias.
Cuando llegó a la ciudad más próxima, el mulá contó su desgracia a sus amigos, quienes le preguntaron cómo había sucedido que él, estando armado con una cimitarra y una lanza, no hubiera podido dominar a un ladrón armado con un modesto bastón.
El replicó: el problema fue precisamente ese. Yo tenía las dos manos ocupadas, una con la cimitarra y la otra con la lanza. ¿Cómo creen ustedes que hubiera podido salir airoso?

2 “La olla”
Nasrudín le pidió prestada una olla grande a un vecino con la promesa de devolvérsela. A los pocos días se la devolvió con una olla pequeña adentro. Sorprendido, el vecino le preguntó qué había pasado y Nasrudín le contestó que “posiblemente había tenido familia”.
-Seguramente, -dijo el vecino y se quedó muy satisfecho con las dos ollas.
Volvió Nasrudín a pedirle prestada la olla y el vecino se la entregó muy solícito, pero como pasaban los días y no la devolvía le preguntó por ella.
-Tu olla ha muerto, le contestó Nasrudín.
-No pretenderás que me crea eso, -le replicó airado el vecino.
-No veo por qué. Hace una semana creías que las ollas tenían cría…

5 comentarios:

juan pascualero dijo...

Genial! Gracias por presentármelo.

Unknown dijo...

Ah que lindo, leí algunos cuentos de "La mil y una noches" a un pequeño amigo que tengo, lo más divertido es responder a cosas como ¿Qué es una cimitarra?

Hay que ir por ahí, siempre con las manos libres.

andal13 dijo...

¡Ah, qué maravilla! No lo conocía a Nasrudín.
¡Gracias!

Susana Peiró dijo...

Qué cosa bonita! La tradición sufí es muy rica en cuentos con moralejas, algunas muy simpáticas, como el caso de este Nasrudín. Se prestan para la oralidad, la fogata y una bonita noche con media luna.

Muchas Gracias Fer! Abrazo amigo!

Marple dijo...

Me ha encantado este personaje y sus cuentos.
Hago este breve aporte para que veas que anduve leyendo sobre el tema:

Nasrudin conversaba con un amigo.
- Entonces, ¿Nunca pensaste en casarte?
- Sí pensé -respondió Nasrudin. -En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.
Continué viajando, y fui a Isfahan; allí encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero era muy fea.
Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa, y conocedora de la realidad material.
- ¿Y por qué no te casaste con ella?
- ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella me dijo que para casarse quería hombre perfecto.

un abrazo.