sábado, 22 de junio de 2013

Cuentos de pago chico - Humor


1 - Pluviómetro
Nadie sabía quién lo había recomendado ni de qué pueblo venía. Pero un buen día, el agente Tanzilo, un poco atolondrado, un poco ingenuo, pasó a prestar servicio en la policía de La Playosa, a las órdenes del comisario Lazo.
Su carrera acumulaba un macanazo tras otro. Este es uno de los más recordados:
Había llovido toda la noche y la mañana estaba soleada y hermosa. A eso de las diez el comisario le ordena:
-Tanzilo.
-Sí, mi comisario.
-Andá al poste del patio y, con cuidado de no volcar una gota, traéme el pluviómetro.
-¿El qué…?
-El pluviómetro. El tarrito ese con las marcas.
Tanzilo, rápido como un rayo, respondió.
-Ahí lo tiene mi comisario, atrás suyo. Lo entré ayer a la tarde, para que no se moje.

2 - Optativo
Otra de Tanzilo.
Se venía un feriado largo, como esos a los que ahora estamos acostumbrados, pero en ese entonces la cosa no era tan clara.
-Al final, mi comisario, el viernes ¿es feriado o no es feriado?
- Es feriado, pero optativo. Vos al que te pregunte decile así.
Y así salió Tanzilo a su recorrido habitual. A todo el mundo que le preguntó por el tema, le respondió con seguridad de milico:
-Dice el comisario que es feriado, pero en Oncativo*.

*Oncativo, una ciudad cercana.

3 – Cambio climático
Al pobre de Próspero Basualdo, los muchachos del comité le habían conseguido una changuita para ayudarlo a “ir tirando”. Era un trabajo descansado: tenía que informar al Servicio Meteorológico Nacional, mensualmente, la cantidad de agua caída en el pueblo. También era esporádico, porque en San Francisco del Chañar llovía cada muerte de obispo.
Todo anduvo a la perfección durante dos o tres años hasta que el diablo metió la cola. Los amigos del boliche le empezaron a llenar la cabeza con el tema de que en el Servicio pudieran considerarlo prescindible, dado que pasaban meses sin que enviara ningún dato. Las dudas de los amigotes se hicieron carne en el mismo Próspero. No se le ocurrió mejor solución que, de a poquito, empezar a mandar todos los meses una lluviecita que otra y todas en aumento.
Al poco tiempo, en el las oficinas centrales,  detectaron el “cambio climático” que se estaría dando en la zona por lo que mandaron una comisión a verificar las cosas. En lugar del vergel que esperaban encontrar se toparon con un erial. El auto en que llegaron dejó una polvareda que tardó veinte minutos en asentarse. Menos tiempo tardaron en dejar cesante al desafortunado Próspero.


Los dos primeros los debo a mi prima Mirta T. de Pleitavino, salvo los nombres y alguno que otro error en la transcripción, que son míos. El tercero lo escuché en algún comité o en alguna unidad básica del norte de Córdoba.

.


6 comentarios:

juan pascualero dijo...

Muy buenos los cuentos, pero el pluviómetro de la foto, ¿No tiene un enorme defecto en su construcción? ¿No debe ser un cilindro? Saludos.-

Fernando Terreno dijo...

juan pascualero:
Vos sabés que cuando los ví por primera vez me pareció lo mismo que a vos, pero resulta que el asunto funciona así:
Imaginate que la boca cilíndrica fuera de 1 metro cuadrado. Cuando lueven 5 mm sería muy imprecisa la medición, pero si a ese agua la juntás en una pipeta u otro recipiente (cilíndrico o no, mira que la escala se va achicando hacia arriba) de menos sección, digamos de 1/10 de m2, la altura del agua sería 50 mm, lo que es mucho más fácil de leer y se corresponde a una lluvia de 5, que es lo que indicaría la escala.
Me parece que no he sido claro, pero el refrán dice: "No aclares que oscurece" y si oscurece es que se está por largar a llover... ¡y nosotros sin pluviómetro!
Un abrazo.

juan pascualero dijo...

Gracias Fernando, una de las cosas que más disfruto es quedar como un ignorante. Fue muy clara tu explicación (y amena). Saludos.-

Marossa dijo...

FERNANDO:
Asumo que respecto a pluviómetros soy la agente Tanzilo;también comprendo a Basualdo, el miedo a perder el trabajo me hizo hacer muchas idioteces:)
Vamos a ver si entendí: en el caso que me asaltara el espíritu científico en mi cocina y quisiera medir la lluvia que cae sobre el patio ¿estaría bien hacer los siguiente?:
1.-Tomo un vaso .
2.-Advierto que no es cilíndrico sino cono truncado (!)
3.-No tengo ganas de salir a comprar el cilíndricoo.
4.-Pongo 5mm de agua en mi jarra medidora para hacer tortas y otras exquisiteces.
5.-Echo el agua en el vaso.
6.- Hago la marca hasta donde llega el agua.
7- Repito la operación varias veces hasta el borde.

Pongo el vaso en el patio y cuando llueva, cuento las rayitas y multiplico por 5.
Ta.
Cortázar escribió "Instrucciones para dar cuerda a un reloj" , ya soy escritora":)

Qué nostalgia de esos tiempos cuando los policías eran seres tan tontos como queribles. En mi pueblo había uno que tenía la delicada tarea de cuidar el comportamiento de los jóvenes que salían a pasear por la plaza ,los fines de semana. Le decían cariñosamente "Leo",(porque era como el león de la Metro, bizco)
Abrazos y a no renegar contra el frío...como yo.

Fernando Terreno dijo...

Marossa:
Si usted está en la cocina y se larga a llover, estamos jodidos porque no da para ir a comprar un pluviómetro bajo la lluvia. Prepare masa para hacer unas tortas fritas y tómese unos mates con ellas. Eso la hará olvidar su preocupación por la lluvia.
Mañana, cuando escampe, mande a alguien a que compre un aparatito de esos y prenda la radio para escuchar cuánto llovió ayer.
Disculpe, pero se suspendió la lluvia por mal tiempo.
Un abrazo.

América dijo...

jajajajja,me han encantado los dos primeros,jajajaja,se me escapa el tema pero me has hecho reír con tu entrada y comentarios...Tienes unas cosas...