Borges dedicó al tema un par de sus mejores cuentos: El tema del traidor y del héroe, de 1944 y La forma de la espada, del mismo año.
Roa Bastos, al que también lo obsesionaba el punto (está en su novela El fiscal, de 1993), le dedicó Encuentro con el traidor, de 1959, escrito bajo la notoria influencia del mismo Borges. No es en manera alguna un plagio, pero el fondo es un traslado/inversión evidente.
Varias veces, en anteriores artículos de esta misma serie, he señalado cuentos de Borges evidentemente inspirados en otros colegas. En esta ocasión, la situación se invierte. El mismo Roa lo reconocía: “Admiro mucho a Borges y por eso soy capaz de llegar, como él dijo de Macedonio, hasta el plagio. …para mí la “influencia” no es grave… El que roba en grande y a lo señor hace una buena acción.”
En los tres cuentos los héroes no lo son y los traidores tampoco, los papeles están cambiados, casi sin remedio y quién sabe si para siempre. A menos que usted, los redima con su lectura.
Los dos primeros cuentos, en estos enlaces.
http://www.cec.uchile.cl/~peabingenieria/comagui/Comprensi%F3n%20Lectora/Tema_del_Traidor_y_del_Heroe.pdf
http://www.cec.uchile.cl/~peabingenieria/comagui/Comprensi%F3n%20Lectora/La_forma_de_la_espada.pdf
Si no encuentran el de Roa Bastos, se lo mandaré a quien lo solicite en los comentarios. Pertenece a su libro El baldío. Todos son muy cortos, no superan las cuatro páginas.
Dos
palabras sobre El tema del traidor y del héroe, el más complejo de los tres:
Lo publicó por primera vez en la revista Sur
en febrero de 1944 y luego le
agregó un final alternativo con el que salió en el libro Ficciones y esta pasó a ser la versión definitiva que leemos hoy.
Este descubrimiento lo hicieron Germán Álvarez y Laura Rosato, bibliotecarios
de la Biblioteca Nacional, que encontraron dentro del nº 142 de la revista una
hoja doblada, escrita por el mismo Borges con el agregado. Se pueden ver los
facsímiles aquí:
http://www.bn.gov.ar/tema-del-traidor-y-del-héroe
El
cuento empieza de manera vacilante, el narrador duda hasta del lugar donde
situar la acción y luego juega con otras traiciones famosas. Vislumbra lo que
ha sucedido, pero lo más interesante es que esa conjetura es casi inútil ante
los hechos que son irremediables, salvo
por la interpretación que el lector pueda hacer de ellos. Y esas
posibilidades son las que el propio JLB multiplica con el agregado final.
El autor de la caricatura de Roa bastos es Fernando Vicente. Desconozco al autor de la de Borges.
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