La
luna roja,
1933, uno de los cuentos del libro El jorobadito, de Roberto Arlt.
Luna
roja,
uno de los seis relatos del libro Los que llegamos más lejos, de Leopoldo Brizuela,
Ed. Alfaguara, Buenos Aires, 2002.
Luna
roja
es uno de los primeros cuentos de Arlt donde lo fantástico irrumpe con mucha
fuerza llevando al lector a sopesar la idea de que el mundo real es una
construcción fantasmal. La descripción del comienzo muestra el sacudón entre un
futuro de progreso sin límites, de acero, cemento, rascacielos y armas
mortíferas que contrastan con unos caballos tenidos “del cabestro”. De repente,
en lo alto de un edificio, un músico de la orquesta recibe el anuncio y todo el
mundo empieza a huir, la energía eléctrica se interrumpe, una masa informe gana
las calles. La multitud, con sus linternas como luciérnagas, encuentra que los
animales también huyen. Mezclados con ellos van monos y tigres, elefantes,
caballos e hipopótamos, en una oscuridad que empieza a ceder a una claridad
rojiza: es una luna roja que va saliendo en un cielo negro. La catástrofe, el
apocalipsis inminente, parece abarcarlo todo…
Arlt
capta la desazón que producía la posibilidad de una nueva Gran Guerra cuyo
poder de destrucción aterraba a su espíritu esclarecido
En
Los que llegamos más lejos Leopoldo
Brizuela puso su mirada sobre aquellos que, siendo protagonistas fundamentales
de nuestra nación, no tienen voz ni ocupan lugar alguno en la historia oficial.
El fondo es el de las campañas de exterminio de los indios, el lugar va desde
la pampa hasta los canales fueguinos, la voz es la que él crea para expresar
los sonidos y, en especial, los silencios de aquellos hombres.
Luna
roja,
que el autor llama apuntes, nos habla del oficio de los foguistas yaganes,
encargados de mantener por siempre encendido el fuego divino y eterno. Cada canoa
llevaba un tripulante encargado de custodiar y mantener el fuego en su brasero
de piedra. Nos acompaña en la tarea de imaginar los infinitos usos de ese fuego
que implica la sobrevivencia en las recaladas forzosas y lejanas, la
posibilidad de cocinar los alimentos y una cantidad de aplicaciones prácticas
que en ellos van unidas a una tarea ceremonial y aglutinadora: la de perpetuar
la memoria ancestral de la tribu. Julius Popper, el exterminador de indios que
llegó a acunar su propia moneda a fines del siglo 19, tiene otros planes y ese
fuego se torna protagónico.
La luna roja, de
Roberto Arlt, se puede leer acá:
Las
primeras páginas de Los que llegamos más
lejos, acá:
http://www.alfaguara.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/200201/primeras-paginas-los-que-llegamos-mas-lejos.pdf
Hay
una tercera Luna roja, de Miranda
Gray. Son recomendaciones para que las mujeres empleen los dones creativos,
sexuales y espirituales del ciclo menstrual. No lo incluyo en la selección para
ceñirme a temas literarios.
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