Hombre
pequeñito
Desde
hace un par de días andan resonando en mis oídos estos poemas de Alfonsina
Storni y de Juana de Ibarbourou. Muestran dos miradas en el zigzagueante camino
de afirmación de la mujer como sujeto con derechos (más o menos plenos, según
se mire.)
Como
homenaje a las grandes que han luchado por esas conquistas y honrado sus cargos,
por encima de vaivenes circunstanciales, un poco de poesía con la ilusión de
que nos proteja de algunas miserias.
Hombre
pequeñito
Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
suelta a tu canario que quiere volar...
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
déjame saltar.
suelta a tu canario que quiere volar...
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
déjame saltar.
Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
hombre pequeñito que jaula me das.
Digo pequeñito porque no me entiendes,
ni me entenderás.
hombre pequeñito que jaula me das.
Digo pequeñito porque no me entiendes,
ni me entenderás.
Tampoco te entiendo, pero
mientras tanto
ábreme la jaula que quiero escapar;
hombre pequeñito, te amé media hora,
no me pidas más.
ábreme la jaula que quiero escapar;
hombre pequeñito, te amé media hora,
no me pidas más.
Mujer
Si yo fuera
hombre, ¡qué hartazgo de luna,
de sombra y
silencio me habría de dar!
¡Cómo, noche a
noche, solo ambularía
por los campos quietos
y por frente al mar!
Si yo fuera
hombre, ¡qué extraño, qué loco,
tenaz vagabundo
que había de ser!
¡Amigo de todos
los largos caminos
que invitan a ir
lejos para no volver!
Cuando así me
acosan ansias andariegas
¡qué pena tan
honda me da ser mujer!
.
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