Con
el mismo cuento 38 – Felicidad por cuadruplicado
Asunto escurridizo ese de la felicidad. Y no digo nada de conseguirla y retenerla sino, siquiera, de llegar a definirla, a rodearla, a pellizcarla aunque más no fuera.
El tema en común de estos cuentos es el intento de
atraparla, de poner en palabras ese trance o el estado de exaltación que asociamos
a la “gran palabra”.
La Felicidad, (1969) cuento de Isidoro Blaisten (1933-2004)
Felicidad clandestina, (1971) cuento de Clarice Lispector (1920-1977)
Katharine Mansfield relata la de Berta Young, joven, madre, de alta burguesía inglesa, que descubre la suya plena (“…como si se hubiera tragado un trozo del sol… y este le abrazara… lanzando una lluvia de chispas por todo su cuerpo”) el mismo día en que su esposo hace una cita con una amiga.
Clarice Lispector le aporta el condimento de lo clandestino al dilatar con diferentes artimañas el encuentro con el objeto de su deseo: la lectura de un libro de Monteiro Lobato.
Así la felicidad se mantiene viva y no se consume al consumarse.
http://www.edicionesgodot.com.ar/sites/default/files/virginia-woolf-preview.pdf
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/por/lispec/felicidad_clandestina.htm
http://www.autoresdeconcordia.com.ar/articulos.php?idArticulo=703
.
Asunto escurridizo ese de la felicidad. Y no digo nada de conseguirla y retenerla sino, siquiera, de llegar a definirla, a rodearla, a pellizcarla aunque más no fuera.
Felicidad, (1918) cuento
de Katharine Mansfield (1888- 1923)
La Felicidad, (c.
1925, publicado en 1985) cuento de Virginia Woolf (1882-1940)La Felicidad, (1969) cuento de Isidoro Blaisten (1933-2004)
Felicidad clandestina, (1971) cuento de Clarice Lispector (1920-1977)
Katharine Mansfield relata la de Berta Young, joven, madre, de alta burguesía inglesa, que descubre la suya plena (“…como si se hubiera tragado un trozo del sol… y este le abrazara… lanzando una lluvia de chispas por todo su cuerpo”) el mismo día en que su esposo hace una cita con una amiga.
Virginia Woolf, editora de la Mansfield, ambienta su cuento en el
mismo estrato social pero da un paso adelante diferenciando la felicidad
masculina (tejida en reflexiones) y la femenina (más corporal); con un punto en
común: es una sensación individual, solitaria, no incluye al otro.
Clarice Lispector le aporta el condimento de lo clandestino al dilatar con diferentes artimañas el encuentro con el objeto de su deseo: la lectura de un libro de Monteiro Lobato.
Así la felicidad se mantiene viva y no se consume al consumarse.
Este último punto es central en toda la obra de Isidoro Blaisten, a punto tal que uno
de sus mejores cuentos, Dublín al Sur,
lleva un epígrafe de Bioy Casares que lo resume a la perfección: “Las mujeres deseadas y los ideales, ay, se
alcanzan.” (A. Bioy Casares, Guirnalda
con amores)
En su relato, un par de amigos en la mala se las
arregla para sobrevivir y mostrar que la felicidad es un concepto demasiado
amplio y diferente para cada persona. El mío, por caso, en estos momentos, ha
sido la lectura de estos cuentos, todos, en especial los de Woolf y Blaisten.
Para que no digan que todo me viene bien y que no
critico a nadie, les comento que en la búsqueda de material para esta entrada
me topé con Demasiada felicidad de
Alice Munro.
No se pueden sacar muchas conclusiones por un par de
cuentos, pero qué flojo y falto de equilibrio entre forma y fondo. Un sueño de hace
unos días me convirtió en justiciero: dividí el Premio Nobel de la canadiense
entre los cuatro. Y todos ellos rieron con la ocurrencia, menos yo que me
desperté agitado.http://www.edicionesgodot.com.ar/sites/default/files/virginia-woolf-preview.pdf
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/por/lispec/felicidad_clandestina.htm
http://www.autoresdeconcordia.com.ar/articulos.php?idArticulo=703
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2 comentarios:
Aviso al dueño del blog que he decidido comenzar mi nueva temporada de comentarios. Leo los cuentos y ya vuelvo:)
Mateína:
Sus comentarios serán leídos con interés (y felicidad.)
Un abrazo.
No funcionaban los comentarios y ¡Oh, milagro! se arregló el desperfecto.
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