El
fallo salomónico según varios intérpretes
Los libros de hoy narran una historia que tiene más de vieja que de cierta. Son versiones (covers los llamaríamos ahora) de una ingeniosa y antigua leyenda oriental que atribuye a algún rey o juez la sabiduría y el ingenio para resolver un litigio entre dos partes que reclaman la propiedad de algo. En algún sentido es el más antiguo y divertido policial detectivesco que conocemos.
La
Biblia – Reyes
Bertoldo,
Bertoldino y Cacaseno (1620), atr. a Julio César Croce y
Adriano Banchieri
El
círculo de tiza caucasiano, (1948), Bertold Brecht.
La
Biblia:
Reyes 3:16-29
Aquí
se cuenta la historia del famoso fallo del Rey Salomón que amenaza con cortar con una espada a un niño, –el hijo que dos mujeres reclaman como
suyo– y darle una parte a cada una. La verdadera madre rehúsa el ofrecimiento y
dice que para eso mejor que se lo lleve la otra. Por el contrario esta insiste
en que lo partan y eso provoca la sentencia de Salomón que ha identificado de
este modo a la madre verdadera.
Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno
La primera parte narra las astucias del
rústico Bertoldo que convence a Albuino, rey de los longobardos, para ayudarlo
con su ingenio. La primera demostración es otra versión del caso: resuelven una
disputa de dos mujeres por el robo de un espejo. Con este aporte gana la
confianza del rey y continúa con una comedia de enredos muy divertida y de
fácil lectura. Pero, como nada es eterno, en lo mejor lo sorprende la muerte y
lo suceden primero su hijo y más tarde su nieto.
El
círculo de tiza caucasiano
Parte
de una historia similar, el cuento chino del mismo nombre, de Li Xingdao. El
conflicto es entre los miembros de dos granjas colectivas soviéticas en la zona
de Georgia. Están representados por dos mujeres que deben sacar al hijo que
disputan –al que una parió y la otra crió–
de un círculo dibujado en el suelo. La sentencia toma un camino opuesto al
bíblico y los fundamentos sustentan el planteo de la obra teatral.
Hay
algunos corolarios graciosos que podemos sacar:
Salomón, que hasta allí venía por
el Campeonato y la Libertadores, no resulta tan inteligente como parecía, se
entusiasma con ampliar su harén y sus dominios y termina entregando el trono de
Israel. ¡Todo porque no supo mantener la armonía entre las 300 esposas que
tenía!
Bertoldo, a pesar de su éxito como asesor del rey, se pone de punta con la reina, come demasiado y
muere.
De Brecht podemos decir que
estaba predestinado a escribir una pieza como esta desde su nacimiento y
bautismo. ¡Díganme si no es mucha casualidad que se llame Bertoldo, igual que
su ingenioso antecesor en la ficción!
Como CONCLUSIÓN podemos decir que
todo; la sabiduría, la gola, la fama, TODO ES PURO CUENTO.
Bertoldo
se puede leer haciendo clic acá:
.
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