domingo, 6 de marzo de 2011

Más cuentos cordobeses - Humor

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Dos por un peso

1
El líder de una importante potencia mundial estaba planeando la Tercera Guerra Mundial cuando uno de sus funcionarios quiso saber cuál era el plan.
-Con armas nucleares vamos a exterminar 200 millones de musulmanes y una rubia, le respondió.
–¿Y por qué la rubia?
–¿Se dan cuenta? –reflexionó el primer mandatario–, a nadie le importan los 200 millones de musulmanes muertos.


2 Box-populi
Una anécdota del “Córdoba Sport” (un estadio de box, especie de “Luna Park” cordobés) que tiene varios años. Bien entrados los 60 fue a pelear a Córdoba un boxeador panameño, un negro flaco y elegante, rápido como la luz: Luis Federico Thompson. El tipo era un welter de categoría, campeón sudamericano al que se le había escapado por muy poco el título mundial. Tan a gusto se sentía en la Argentina que, más tarde, adoptó la ciudadanía y vivió acá hasta su muerte en 1982.
La cosa es que había gran expectativa en la afición por verlo pelear.
El negro subió al ring envuelto en una bata de toalla blanca con capucha y se puso a precalentar con saltos cortitos y tirando veloces piñas al aire. Después se acercó a uno de los rincones y se arrodilló, no sé si por cábala o, simplemente, para estirar. Toda la tribuna enmudeció y las miradas se concentraron en su figura, hasta que un “nero”, desde la popular, interrumpió el silencio:
-Che negro, ¿vení a peliá o a tomá la Primera Comunión?
El espectáculo había comenzado.


De yapa:
Infinitesimal: dícese del espesor de una rodaja de mortadela, tan fina, pero tan fina, que tiene un solo lado.


El primero es afanado de la Revista Nueva del diario La Voz del Interior, el segundo un recuerdo personal. La yapa es para traer un cacho de ciencia y sudor al viva la pepa en que está degenerando este blog. La ilustración es de Alberto Cognini (Prode: Pronósticos Deportivos).
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4 comentarios:

andal13 dijo...

¡Jajaja, me gustó mucho la anécdota del boxeador! Se non é vero...

Marple dijo...

El primero expresa una gran verdad.
Cuentos como el segundo me encantan,y ya lo he dicho varias veces.
en tercer lugar no me imaginaba que alguien se acordara de la mortadela, es un fiambre que ha perdido status:)
No creo que este blog se haya convertido en un viva la pepa.
¿Acaso hay algo mejor que unos buenos chistes para olvidarse de sujetos como Varguitas y pasar a otros temas?

andal13 dijo...

Pucha, me dieron ganas de comer mortadela...

Fernando Terreno dijo...

andal13:
Y, si no me tienen fe...
Está autorizada a manducar hasta 3 fetas, infinitesimales.

Marple:
Cuando los argentinos reeligieron a la rata riojana, una de las teorías sociológicas que explicó el hecho de que obtuviera tantos votos fue denominado "efecto mortadela".
Los encuestadores llaman así al hecho de que si preguntan a la salida del supermecado: "¿Qué fiambres compró?", nadie dice mortadela, pero en las góndolas es la que hay que reponer con más frecuencia.
Parece que da verguenza reconocer que a todos nos gusta (encima, antes era barata, lo que le quitó estatus tal como vos decís en operaciones de marketing). ¡Aguante la mortadela y marche un sánguche!