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Un matrimonio de Galicia no conseguía el deseado embarazo a pesar del tiempo trascurrido y las consultas realizadas, por lo que decidieron jugar las últimas fichas en una visita a un renombrado especialista londinense. Llegaron con su ansiedad y su poco inglés a la consulta.
En primer lugar el doctor revisó, a solas, a la señora y luego la hizo salir. A continuación examinó e interrogó al marido y concluidos ambos exámenes reunió a la pareja y les comentó que no veía problema alguno y que siguiendo sus indicaciones lograrían el embarazo en poco tiempo. Tomó el recetario, escribió su prescripción y la repitió en voz alta varias veces, al cabo de lo cual los despidió, muy cordial. La pareja regresó a España alegre y esperanzada.
No bien vueltos a Galicia se encontraron con que lo indicado no se conseguía por ningún lado. Ninguna de las 3 farmacias del pueblo tenía Trideoderol y el asunto estaba a punto de abatirlos una vez más hasta que alguien recordó que el farmacéutico del pueblo vecino había vivido en Inglaterra y dominaba tanto el idioma como el vademécum británico. Quizás allí tuvieran el fármaco o alguno alternativo. Allá fueron y la sorpresa, tanto del farmacéutico como de ellos, no pudo ser más grande:
-¡Aquí no hay indicado ningún medicamento! Acá dice “Try the other hole”…
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Una pareja de campesinos colombianos va al ginecólogo y el marido le resume la consulta: -"Mire dostor, es que tenemos un problema: mi mujer y yo queremos tener condescendencia, pero no sabemos si es porque soy omnipotente o mi mujer es histérica. Antes hemos ido a otro dostor y nos dijo que mi mujer tenía la vajilla rota y la emperatriz subida, y como, además, la operaron de la basílica balear, no sabemos si eso puede influir. También a mí hace años me operaron de la protesta y, a lo mejor, me han dejado escuelas en el cuerpo. Nos recomendaron ir a un médico de Bogotá, que era muy bueno, y, mire, en cuanto entramos en la consulta había allí dos ordenadores conestados a una antena paranoica. En esa consulta, a mi mujer le hicieron una coreografía y el médico nos dijo que no veía nada raro y nos recomendó que hiciéramos el intento. Entonces, 15 días ella y 15 días yo estuvimos intentando, pero, nada. Nos volvimos para aquí y otro dostor nos recomendó hacer vida marítima y nos fuimos de Cartagena a Santa Marta y, en todas las playas, hacíamos vida marítima, pero nada. Además, mi mujer hace tiempo tuvo un alboroto y, a lo mejor, eso ha influido. Pero yo creo que mi mujer es frigorífica, porque nunca llega al orégano". Después de escucharlo con atención, el ginecólogo contestó: -"Una de dos, me parece que usted lo que tiene es un problema de especulación atroz o que su mujer está tomando pastillas anticorrosivas".
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lunes, 11 de abril de 2011
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3 comentarios:
El segundo ya lo conocía, pero el primero no, y me encantó...
Lo peor es que una anécdota real por ese estilo se la escuché una vez a un ginecólogo...
andal13:
Es que el segundo anduvo circulando por la red hace un tiempo y de allí lo copié. No será fácil conservar el humor y otras cosas ante la avalancha que provoca la red, pero es mucho mejor que todo esté a la vista que se oculte como en los tiempos de "El nombre de la rosa".
¿Viste que los ambienté en Colombia y en Galicia? Con las disculpas debidas, es más fácil reírte de los "otros" que tener que hacerlo de uno mismo.
Un abrazo
Jajajajajajajaja! Gran aporte a la Humoris Causa! Llegar al “orégano” no debe ser asunto sencillo con alguien operado de la protesta Jajajajajajaja! Muy bueno Fer! Me alegraste el martes!
Otra: Muchas Gracias por acompañarme con las Chicas del Radio. Tampoco yo tenía noticias del tema antes de comenzar la investigación, sugerida por mi hijo. Comparto con Vos la preocupación por la falta de información, hay escaso y sucinto material en español, a pesar de ser una advertencia y precedente importantísimo del envenenamiento por radiación. ¿qué me vuelve loca, entre otras cosas de este tema? Noticias (de segunda línea) como la de hoy “El mundo en alerta máxima: Fukushima ya es tan grave como Chernobyl” No pasa nada, según los científicos pero elevaron el accidente nuclear a grado 7, el más alto de la escala!!!
A las Radium Girls las trataron de ingenuas, porque “creyeron” y hoy nos piden el mismo ejercicio de fe. No dejes de leer por favor los links que dejé en el artículo cuando tengas tiempo. Un abrazo Amigo!
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