miércoles, 8 de agosto de 2012

Biografías curiosas 3

Acá va la última de la serie sobre autobiografías curiosas. Hoy es el turno de:


David Viñas (1929-2011)

Escritor, formidable ensayista, intelectual de gran influencia en el pensamiento argentino de los últimos cincuenta años; al principio desde la revista Contorno y luego desde cualquier lugar en que anduvo enseñando y dejando su provocativa estela.  Profesor Titular de Literatura Argentina en la Universidad de Buenos Aires, también enseñó en Berlín, Copenhague  y California. En 1991 alborotó el avispero al postularse, conseguir y rechazar la beca Guggenheim. "Un homenaje a mis hijos. Me costó veinticinco mil dólares. Punto", dijo recordando a María y Lorenzo que habían sido asesinados por la última dictadura cívico-militar.
Sus despiadados latigazos me resultan muy certeros y simpáticos. Acá va, como ejemplo, uno por el que tengo especial afecto. Una definición sobre Pablo Neruda en una entrevista: un boludo con vista al mar.
Además de su obra, hay muchos trabajos en donde ampliar sobre su pensamiento, entre ellos:
Maximiliano Crespi, El revés y la trama. Variaciones críticas sobre David Viñas.
Guillermo Saccomano, nota en http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-3106-2006-07-09.html
Nota de Horacio Garcete  http://www.estonoesunarevista.com.ar/nro010/miradas.html
Y un documental de Pablo Meza del 2008 llamado, precisamente El intelectual irreverente.

Lo que sigue es una descripción hecha por él, de esas que van en las solapas de los libros.
Podría ser tradicional y escribir: ‘Me llamo Viñas, David Viñas, nací cuando el crack de Wall Street y la caída de Yrigoyen’. Podría enternecerme con mi pasado: ‘Publiqué varios libros –escribiría – Cayó sobre su rostro, Los años despiadados, Un dios cotidiano, Los dueños de la tierra, Dar la cara’. También podría… En realidad podría hacer muchas cosas, pero prefiero usar mis solapas en otra cosa: primero, para decir por qué escribo (por humillación y para salir de eso). Alguna vez dije que escribía por venganza; pero para salir de la humillación una literatura de venganza no puede ser arbitraria ni abstracta. Mi humillación está condicionada por vivir en un país ambiguamente humillado: la Argentina no es una colonia; es algo más equívoco: una semicolonia. Así mi humillación es compleja y la tensión por arrancármela se carga con una ambigüedad mayor. En segundo término, cómo escribo: asumiendo esa situación de sometido, de esclavo (peor, esclavo a medias en tanto puedo actuar con cierta autonomía y creerme que no lo soy). Y sabiendo que es una faena de todos los días, mezcla de paciencia e impaciencia que exige élan y encarnizamiento y no se parece en nada (o casi nada) a las revoluciones burguesas espectaculares, bruscas y triunfantes. No. Escribir aquí es como preparar una revolución de humillados: opaca, empecinada, casi dura y casi cotidiana. Como vivo en un país semicolonial soy un semihombre y un casi escritor que escribe una literatura a medias. O lo que es lo mismo ¿para quiénes escribo? Por ahora para los que tienen mi mismo sabor de boca. Es decir, ni especulo sobre un posible público populista ni me interesan los biempensantes. Más claro aún, pretendo escribir para los cuadros. Y lo correlativo, ¿para qué escribo? Muy simple. Para que esos posibles lectores que se me parecen contribuyan al movimiento que los arranque y me arranque de la humillación, para superar ese nivel de casi país que padecemos y para que nuestra literatura sea algo completo. Y para que yo, usted y los hombres de aquí dejemos de ser casi hombres para serlo en totalidad”.

Para finalizar, en este enlace hay un cuento suyo: Sábado de gloria en la capital (socialista) de América latina.
http://golosinacanibal.blogspot.com.ar/2010/04/un-aleph-pop-sabado-de-gloria-en-la.html
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4 comentarios:

El Santi dijo...

Qué crá ese tipo.
No sé en otras cosas, pero en lo de "boludo con vista al mar" tengo el mismo sabor de boca que este escritorazo. Siempre pensé eso de Neruda pero no sabía como expresarlo. Viñas, como grande que era, lo expresó por mí.
La solapa es ya en sí una pieza literaria.
El cuento lo voy aleer ahora.
Un abrazo

Fernando Terreno dijo...

Santi:
Ya está. Composición tema: la solapa. ¿Qué tal?
El comentario es algo duro pero, en nombre de las caracolas que le afanó a Doña Juana, lo tiene merecido.
Un abrazo.

Horacio S. Garcete dijo...

Agradezco la mención de la módica despedida que le dediqué a ese súper hombre, apenas me enteré de su fallecimiento.

Fernando Terreno dijo...

De nada Don Garcete. Es que acá se roba honorablemente, es decir, citando las fuentes.
Bromas aparte, el hombre -al que sólo vi una vez en mi vida y comentamos su "Lisandro" y la versión que había hecho Villanueva Cosse- era especial para acompañar a esos otros grandes argentinos co´n autobiografías "curiosas".
Gracias.