David Viñas (1929-2011)
Escritor,
formidable ensayista, intelectual de gran influencia en el pensamiento
argentino de los últimos cincuenta años; al principio desde la revista Contorno
y luego desde cualquier lugar en que anduvo enseñando y dejando su provocativa
estela. Profesor Titular de Literatura
Argentina en la Universidad de Buenos Aires, también enseñó en Berlín,
Copenhague y California. En 1991
alborotó el avispero al postularse, conseguir y rechazar la beca Guggenheim.
"Un homenaje a mis hijos. Me costó veinticinco mil dólares. Punto",
dijo recordando a María y Lorenzo que habían sido asesinados por la última
dictadura cívico-militar.
Sus despiadados latigazos me resultan muy certeros y
simpáticos. Acá va, como ejemplo, uno por el que tengo especial afecto. Una
definición sobre Pablo Neruda en una entrevista: un boludo con vista al mar.
Además de su obra, hay muchos trabajos en donde ampliar sobre
su pensamiento, entre ellos: Maximiliano Crespi, El revés y la trama. Variaciones críticas sobre David Viñas.
Guillermo Saccomano, nota en http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-3106-2006-07-09.html
Nota de Horacio Garcete http://www.estonoesunarevista.com.ar/nro010/miradas.html
Y un documental de Pablo Meza del 2008 llamado, precisamente El intelectual irreverente.
Lo que sigue es una descripción hecha por él, de esas que
van en las solapas de los libros.
“Podría
ser tradicional y escribir: ‘Me llamo Viñas, David Viñas, nací cuando el crack
de Wall Street y la caída de Yrigoyen’. Podría enternecerme con mi pasado:
‘Publiqué varios libros –escribiría – Cayó sobre su rostro, Los años
despiadados, Un dios cotidiano, Los dueños de la tierra, Dar la cara’.
También podría… En realidad podría hacer muchas cosas, pero prefiero usar mis
solapas en otra cosa: primero, para decir por qué escribo (por humillación y
para salir de eso). Alguna vez dije que escribía por venganza; pero para salir
de la humillación una literatura de venganza no puede ser arbitraria ni
abstracta. Mi humillación está condicionada por vivir en un país ambiguamente
humillado: la Argentina no es una colonia; es algo más equívoco: una
semicolonia. Así mi humillación es compleja y la tensión por arrancármela se
carga con una ambigüedad mayor. En segundo término, cómo escribo: asumiendo esa
situación de sometido, de esclavo (peor, esclavo a medias en tanto puedo actuar
con cierta autonomía y creerme que no lo soy). Y sabiendo que es una faena de
todos los días, mezcla de paciencia e impaciencia que exige élan y encarnizamiento
y no se parece en nada (o casi nada) a las revoluciones burguesas
espectaculares, bruscas y triunfantes. No. Escribir aquí es como preparar una
revolución de humillados: opaca, empecinada, casi dura y casi cotidiana. Como
vivo en un país semicolonial soy un semihombre y un casi escritor que escribe
una literatura a medias. O lo que es lo mismo ¿para quiénes escribo? Por ahora
para los que tienen mi mismo sabor de boca. Es decir, ni especulo sobre un
posible público populista ni me interesan los biempensantes. Más claro aún,
pretendo escribir para los cuadros. Y lo correlativo, ¿para qué escribo? Muy
simple. Para que esos posibles lectores que se me parecen contribuyan al
movimiento que los arranque y me arranque de la humillación, para superar ese nivel
de casi país que padecemos y para que nuestra literatura sea algo completo. Y
para que yo, usted y los hombres de aquí dejemos de ser casi hombres para serlo
en totalidad”.
Para finalizar, en este enlace hay un cuento suyo: Sábado
de gloria en la capital (socialista) de América latina.
http://golosinacanibal.blogspot.com.ar/2010/04/un-aleph-pop-sabado-de-gloria-en-la.html.
4 comentarios:
Qué crá ese tipo.
No sé en otras cosas, pero en lo de "boludo con vista al mar" tengo el mismo sabor de boca que este escritorazo. Siempre pensé eso de Neruda pero no sabía como expresarlo. Viñas, como grande que era, lo expresó por mí.
La solapa es ya en sí una pieza literaria.
El cuento lo voy aleer ahora.
Un abrazo
Santi:
Ya está. Composición tema: la solapa. ¿Qué tal?
El comentario es algo duro pero, en nombre de las caracolas que le afanó a Doña Juana, lo tiene merecido.
Un abrazo.
Agradezco la mención de la módica despedida que le dediqué a ese súper hombre, apenas me enteré de su fallecimiento.
De nada Don Garcete. Es que acá se roba honorablemente, es decir, citando las fuentes.
Bromas aparte, el hombre -al que sólo vi una vez en mi vida y comentamos su "Lisandro" y la versión que había hecho Villanueva Cosse- era especial para acompañar a esos otros grandes argentinos co´n autobiografías "curiosas".
Gracias.
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