viernes, 11 de julio de 2014

Con el mismo cuento 23 - Faulkner y Onetti

Novias de locura


 Quiéreme, quiéreme hasta la locura, así sabrás la amargura, que estoy sufriendo por ti.
Los boleros son maravillosos y sintéticos a más no poder. María Grever dice en dos versos de Júrame lo que a Faulkner le lleva ocho páginas y a Onetti doce. Eso sí, los dos cuentos son excelentes y una muestra cabal de las obsesiones y de la maestría de sus autores.
Curiosamente, el de Faulkner tiene una lectura fácil y su narración es tan simple que no parece de él; por el contrario, el otro es un Onetti legítimo, de estilo complicado y lectura que requiere un esfuerzo, bien recompensado, por supuesto. El tema compartido es que las dos protagonistas tienen novios reticentes al matrimonio, cuestión que cada una de ellas resuelve a su modo.


Una rosa para Emily, 1931, William Faulkner.
La señorita Emily Grierson, “noble hija de un guerrero” veterano de la batalla de Jefferson, es una flor que se va marchitando en una pequeña ciudad del sur algodonero de los EEUU, una generación después de la Guerra de Secesión. Luego de la muerte del padre, que en  vida le espantaba posibles candidatos, empezó una relación con un capataz llegado del norte, un yanqui algo ambiguo, que la acompañaba en sus paseos dominicales. Parecía haber planes de casamiento, llegaron a encargar algo con sus nomogramas en la joyería, pero alguna grieta se coló en la relación. Las damas y los señores del pueblo comenzaron con habladurías, que sí, que no, hasta que el candidato desapareció. Al cabo de un tiempo regresó, para desaparecer de nuevo. Esta vez ya no se lo volvió a ver.
Emily se encerró en su casa, de donde pocas veces salió. Sólo la acompañó, por años, su fiel criado negro hasta que su vida se apagó con alguna que otra sorpresa para alterar la rutina pueblerina.
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/faulkner/una_rosa_para_emilia.htm

La novia robada, 1968, Juan Carlos Onetti.
Moncha Insaurralde vive su casamiento frustrado como una peregrinación alucinada que culmina en locura, suicidio y muerte. Al narrador se suman el propio J.C.O y un “narrador colectivo” (las “fuerzas vivas” de Santa María); comentan los sucesos y van inventando/reconstruyendo la vida de Moncha. La comunidad mantiene su complicidad con la locura y las ilusiones del personaje y las alimenta hasta convertirlas en su propia, mítica locura. A Moncha el destino le robó su ilusión; Onetti se la devuelve con este cuento en forma de carta, donde mezcla historias honorablemente robadas/tomadas, como él mismo consigna en el título y en el cuento (Bisinidem).
http://inabima.gob.do/descargas/bibliotecaFAIL/Autores%20Extranjeros/O/Onetti,%20Juan%20Carlos%20(1909-1994)/Cuentos/21.%20Onetti,%20Juan%20Carlos%20-%20La%20novia%20robada.pdf

Un detallado estudio de la relación entre los dos cuentos, escrito por Josefina Ludmer, se puede leer aquí:
http://www.cartas.org.ar/lecturas/lec-lud-lan.html
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2 comentarios:

América dijo...

Noviazgos complicados,Novias de locura,en la ficción y en la realidad y bien lo sabes tu,las coincidencias no son fortuitas...
Y salio sol mi queridisimo amigo,y seguimos aquí...
Sabes...Me encanta" la llamada lógica poética... "
Te dejo un enorme abrazo mi caballero.

Fernando Terreno dijo...

América, gracias por tus palabras. Tomo y agradezco el abrazo, pero lo de caballero, además de ponerme colorado, es sólo ficción literaria. Estoy más cerca de Hyde que de Jekill, del asesino que del detective.
Un abrazo.