sábado, 26 de julio de 2014

Música y cocina clásicas

Postres líricos ma non troppo.
Uno de origen italiano y otro multinacional, ya que fue creado en Londres, por un cocinero francés para una soprano australiana.


Bomba helada Bellini
Un helado de vainilla se rodea con trozos de ananá (o piña) y cubre con pistachos macerados en limón y una salsa (almíbar grueso) del mismo ananá. Se pueden agregar unas frutillas para darle color.

Copa Melba
Sobre un helado de vainilla se colocan trozos de duraznos (naturales o al natural) y se lo recubre con una salsa de frambuesas.

El primero se atribuye al compositor siciliano Vincenzo Bellini (1801-1835), nacido en Catania, autor de óperas célebres como La Sonnambula, I puritani di Scozia y Norma. El hombre debe haber sido un sibarita porque un antiguo y clásico plato siciliano, la pasta con una salsa con berenjenas, ha sido bautizado como Pasta allla Norma en homenaje al él y a su heroína.

El segundo fue creado en 1892 por el célebre cocinero francés Auguste Escoffier, cheff del Hotel Savoy de Londres, en honor a la cantante australiana Helen Porter Mitchel que actuaba en el Royal Opera House con gran éxito. El postre gustó tanto a la homenajeada, cuyo nombre artístico era Nellie Melba, que fue bautizado con su nombre. También parece que fue uno de los responsables de que la Melba engordara más allá de lo aconsejable, por lo que el bueno de Augusto tuvo que inventarle unas tostaditas que también llevan el nombre de la diva, pero que se perdieron en los pliegues de sus vestidos y de la historia.
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