miércoles, 20 de junio de 2018

Diciembre de 2001












Espero no desilusionar a los que llegaron acá pensando encontrar algún comentario relacionado con la gran crisis económica que tuvimos en la República Argentina y que desembocó en la declaración de default a la deuda externa y, posteriormente, en un periodo de desendeudamiento, crecimiento económico y afirmación de derechos de más de una década.

Nada de eso. Se trata de un tema literario del que resultará tentador, para los argentinos, hallar puntos comunes con aquella situación. Me refiero concretamente a Diciembre de 2001 – La mañana verde, una de las historias de Crónicas marcianas de Ray Bradbury. El libro, –una ciencia ficción futurista de 1946/50–, reúne episodios de la conquista de Marte por parte de los terrestres que suceden desde Enero de 1999 hasta Octubre de 2026. Como todas las buenas obras del género asombra por su carácter poético y anticipatorio, a la vez que le caben las generales de la ley: el futuro llega y descoloca.


Los títulos de las historias pueden ser leídos como un sarcástico y demoledor anticipo de la ficción literaria sobre la cruda realidad:
            Enero de 1999 – El verano del cohete (léase: El verano “al cuete”)
            Marzo de 2000 – El contribuyente
            Diciembre de 2001 – La mañana verde
            Abril de 2005 – Usher II
            Abril de 2026 – Los largos años
Me permití remarcar en negrita dos historias. La mañana verde, como una metáfora de lo que nos pasó: el protagonista, a pesar de todo, planta árboles y sueña un futuro mejor y Usher II por el homenaje a Poe y su claridad. Los largos años es un demoledor relato sobre la soledad. Borges hallaba 2004 – La elección de los nombres y Abril de 2000 – La tercera expedición como los más alarmantes y verosímiles. Cualquiera de ellas nos transporta a una situación inesperada e interesante.
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