jueves, 19 de junio de 2008

Física y Literatura 2

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Estos dos escritores abordaron el mismo tema en dos obras de teatro: el dilema moral del científico cuyos descubrimientos y trabajos se usan para la guerra y la destrucción, y no para el bienestar de sus semejantes y la armonía con la naturaleza. No sólo atañe a la física, es válido para la medicina, las comunicaciones, la economía, la literatura y para toda actividad humana en general; pero, el ominoso recuerdo del lanzamiento de las bombas atómicas norteamericanas sobre Hiroshima y Nagasaki, la pone en primer plano para un debate sobre la cuestión.

Friedrich Dürrenmatt
Cuando el gran dramaturgo, novelista y ensayista suizo Friedrich Dürrenmatt escribió, en 1962,Los físicos, obra fundamental en la historia del teatro del siglo XX, había decidido ya renunciar a la tragedia como medio de expresión en el ámbito de su producción dramática y se había orientado, siguiendo en parte las enseñanzas de Ionesco, hacia lo que él acuñaría más tarde como «comedia negra».
En efecto en Los físicos, el pesimismo del autor se une a lo cómico, a lo sarcástico, a lo humorístico, para hacer desaparecer o, mejor dicho, anular espiritualmente al tradicional héroe positivo. Möbius, el físico nuclear creado por Dürrenmatt, descubridor de la terrible fórmula, cae en la cuenta de que ha creado un arma mortífera y se pregunta cómo proteger al mundo de su saber y el saber del control del Poder. Opta, pues, por la mejor forma de encubrimiento : el teatro, la mascarada. En lugar de convertirse en el símbolo del conocimiento humano de nuestra era, abandona a su familia y se refugia en un manicomio donde se hace pasar por un loco, sobre todo para poder presentar sus descubrimientos como producto de su locura. Y, parafraseando al crítico alemán que, en su momento, aplaudió la obra de Dürrenmatt, la mascarada pasa a ser un acto moral. También escribió un ensayo sobre Einstein.

Michael Frayn
Dramaturgo, periodista y traductor inglés, Michael Frayn nació en Londres el 8 de septiembre de 1933.
En 1998, presentó su obra teatral Copenhague, que permaneció dos años en cartel en Londres. La pieza se estrenó, con dirección de Carlos Gandolfo, el 11 de abril de 2002, en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín y se repuso en 2003, 2004 y 2005.
La obra recrea el encuentro que se produjo en Copenhague, en 1941, entre el físico danés Niels Bohr y el alemán Werner Heisenberg. Éste se realizó durante la 2ª Guerra Mundial, mientras los alemanes ocupaban Dinamarca. Los dos hombres rompieron relaciones después del mismo, lo que dio lugar a muchas especulaciones acerca de lo que pasó en él.
El gran misterio de lo sucedido entre Heisenberg y Bohr es el siguiente: ¿Heisenberg buscaba un intercambio de ideas científicas con el genio danés o pretendía colaboración para el desarrollo de proyectos armamentísticos?
La reunión de los dos físicos de vanguardia parece estar atravesada por el espíritu del fundamental descubrimiento de Heisenberg: el principio de incertidumbre que, desde su postulación en 1927, asegura la imposibilidad de medir, a un mismo tiempo, la posición y la velocidad de una partícula.
Heisemberg había sido el estudiante predilecto de Bohr y la relación estudiante/profesor, ocupado/ocupante, buenos/malos, ciencia para el progreso/ciencia para la guerra, sobrevuela toda la obra. Mediante el estudio de múltiples fuentes, Michael Frayn intentó reconstruir lo que tal vez acaeció en ese enigmático encuentro.

Parte de la información ha sido tomada de:
http://www.temakel.com/teatrocopenhague.htm



1 comentario:

Anónimo dijo...

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