En la literatura infantil es muy
frecuente el caso de cuentos que son diferentes versiones del mismo núcleo
temático. En este caso se trata de tres cuentos protagonizados por una niña
ejemplar (para los adultos), obediente, perfecta, virtuosa y disciplinada.
A
los seleccionados hoy los he tomado de un trabajo de la Lic. Ana Sofía Ramírez
Heatley, de modo que el mérito es de ella. Se trata de un análisis literario de
sus semejanzas y diferencias que se puede leer aquí: http://revistes.uab.cat/jtl3/article/view/98.
Las
obras son
·
El
cuentista,
de Héctor Hugh Munro @ Saki
·
Cuento
de la niña condecorada, de Jorge Ibargüengoitía
·
Hipersúper
Jezabel,
de Tony Ross
En
el cuento de Saki tres chicos viajan en tren con una tía y se aburren con las
respuestas edulcoradas que da a sus preguntas. Un pasajero la critica y ella le
sugiere que se ocupe él de entretenerlos. El tipo retoma el relato de la señora
y lo pone patas para arriba mostrando lo absurdo de las ficciones moralizantes.
La
niña de Ibargüengoitía es una alumna ideal para sus maestras y antipática para
sus compañeros a los que vive señalando y acusando. Colmada de premios y buenas
notas, fracasa totalmente cuando tiene que enfrentar situaciones para las que
no está preparada. La “buena educación” no le sirve para afrontar el mundo
real, del que ha sido buenamente aislada.
En
el cuento, Tony Ross se apoya más en las ilustraciones que en el texto porque
está dirigido a niños más pequeños. Hace hincapié en el contraste caos/orden, limpieza/desorden.
Pero la niña perfecta se va llenando de imperfecciones, de vanidad y se hace
insoportable. Finalmente la devora un cocodrilo que se escapa de un zoológico.
Esto ironiza sobre la perversidad de los cuentos para niños y termina de forma
humorística para mitigar la tensión del final.
FIN
El cuentista, de
Saki, acá:
http://planlectura.educ.ar/pdf/literarios/el_cuentista.pdf.
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