sábado, 4 de enero de 2014

Mandela, el “falso” intérprete y el “verdadero” criminal


En las honras fúnebres a Nelson Mandela estaban presentes altos dignatarios de (casi) todos los países del mundo. Sus palabras se transmitían por televisión a millones de espectadores y allí, a la izquierda del Presidente Obama, estaba el traductor al lenguaje de los sordos… haciendo signos ininteligibles.
El divertido, vergonzoso y ridículo episodio fue analizado en un interesante artículo, por el filósofo esloveno Slavoj Zizek, cuyas líneas principales son:

·         El intérprete hizo signos (palabras) sin sentido alguno.
·         No correspondían a ningún lenguaje.
·         El comportamiento de Jantjie tenía el sentido de “pretender tener sentido”, nos hizo creer que “lo que no entendemos debe tener algún sentido”.

A partir de aquí Zizek avanza en su interpretación:

·         Los traductores para sordos están pensados más para hacernos sentir cómodos y abiertos a los oyentes (como aceptadores de la discapacidad) que para los que no pueden oír.

Llevando lo anterior al homenaje a Mandela concluye que la traducción del impostor fue perfecta, pues eran un sinsentido las lágrimas de cocodrilo que derramaban la mayoría (con honrosas excepciones) de los dignatarios allí presentes y lo que celebraban –en realidad- era que los negros sudafricanos pobres no se hubieran liberado todavía y convertido en un agente político colectivo. Cierra diciendo que a través de toda esa falsedad Jantjie hizo palpable el engaño y la hipocresía de toda la ceremonia.

Quisiera agregar otro punto de vista sobre el mismo tema.
A esos fastos concurrieron –inexplicablemente para nosotros los ingenuos- tanto los partidarios y amigos de Mandela y su lucha, como los que lo combatieron, torturaron, encarcelaron, fomentaron y continúan implementando la política del apartheid en el mundo: Inglaterra, EEUU, Francia e Israel, que se abstuvo de mandar a Netanyahu, porque algo tan burdo hubiera develado el truco de los otros socios.

La presencia del gobierno de los EEUU en ese funeral es un intento de pegarse a la figura de Mandela y despegarse de las guerras, las torturas y el acompañamiento de las dictaduras y los gobiernos impresentables que apañan en el mundo. Y de aparecer como abanderados en la lucha por la defensa de los derechos humanos y de la dignidad humana, de la cual Mandela es un emblema. Ellos, que mantienen presos ilegalmente en Guantánamo, que tercerizan la tortura en países de cuarta y que se atribuyen el derecho de ejecuciones y castigos preventivos, sin juicio previo, renegando del Derecho Internacional.

Todo sucedió como en La carta robada de Edgard Allan Poe: la mejor manera de esconder algo es ponerlo a la vista en un lugar común. Había que poner a Barack Obama (ocasional representante del imperio) delante de todo el mundo para que todos lo vieran y, para que nadie reflexionara sobre su presencia, hacer de un personaje secundario (el falso traductor) el protagonista de los chismes y las habladurías. No fuera que nos diéramos cuenta de que su representada fue la principal sostenedora de la criminal política del apartheid.


El artículo de Zizek en español aquí:
http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Slavoj-Zizek-falso-interprete-Mandela-lenguaje-senas_0_1054694886.html
en inglés aquí:
http://www.theguardian.com/commentisfree/2013/dec/16/fake-mandela-memorial-interpreter-schizophrenia-signing
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2 comentarios:

juan pascualero dijo...

Muy lúcida e imprescindible entrada (para muchos increíblemente ingenuos).
Ojalá esto fuera facebook, yo pondría me gusta y ya.

Fernando Terreno dijo...

juan pascualero:
Gracias Juan. Siempre gratificador y estimulante.
Un abrazo.