Dios
los cría y ellos se juntan.
Escritores y artistas han coincidido en tiempos y lugares agrupándose en pequeños vecindarios en los que la suma de talentos reunidos resulta increíble. Eso pensaba cuando leí, en la sorprendente La Cueva de Susana, Mujeres de la Rive Gauche: Gertrude Stein (el enlace abajo).
La
casa del 27 Rue des Fleures de París fue el lugar de reunión de Zelda y F.
Scott Fitzgerald, Matisse, Picasso, Braque, Gaugin, Hemingway, Ezra Pound, John
Dos Passos entre muchos otros. Estaba ubicada en el medio entre Saint Germain
des Prés y Momparnasse, los dos barrios donde se concentraron los intelectuales
en la primera mitad del siglo XX (hasta el mismo Lenin jugaba al ajedrez en la
zona, en la Closerie des Lilas).Escritores y artistas han coincidido en tiempos y lugares agrupándose en pequeños vecindarios en los que la suma de talentos reunidos resulta increíble. Eso pensaba cuando leí, en la sorprendente La Cueva de Susana, Mujeres de la Rive Gauche: Gertrude Stein (el enlace abajo).
Tiempo
antes, en el 1800, el punto de moda estaba en un barrio del otro lado del
Sena: Marais. El centro de esta zona es la Plaza de los Vosgos (Place des Vosges)
donde vivió Víctor Hugo y entre los vecinos estuvieron Teófilo Gautier y
Alphonse Daudet. Las modas duraban un poco más en aquellos tiempos, un par de
siglos antes paraban por allí el
cardenal Richellieu y una vecina inquietante: Madame de Sévigné.
Si
de concentración hablamos, difícil es batir la marca del Barrio de las Letras
de Madrid. En pleno Siglo de Oro, en un radio de 200 metros coincidieron Lope
de Vega, Quevedo, Góngora y Cervantes. La Real Academia y la Comunidad de
Madrid auspician Letras y espadas un
paseo teatralizado donde, acompañados por actores vestidos de época, se realiza
un recorrido por el antiguo barrio. Parte y regresa desde la casa Museo Lope de
Vega que administra y gestiona la que lustra y da esplendor (No, el pul-oil no.
La de las letras). Averigüen días y horarios si van a Madrid.
Decía
que parecía imbatible la marca de los madrileños pero “siempre encuentra aquel
que teje otro mejor tejedor” (Martín Fierro). Hay un lugar donde la
concentración y la cercanía es superlativa. La lista de los nombres causa
verdadera impresión: Alfredo de Musset, Chopin, Colette, Beaucharmais, Proust,
Vallejo, Benjamín Constant, Moliere -uno de los primeros ocupantes- , Wilde,
Baudelaire, la misma Gertrude Stein y hasta Abelardo y Eloísa. Es el cementerio
Père-Lachaise de Montmatre.
La
compañía parece de excepción pero -uno se encariña con lo conocido- prefiero el
aire de acá.Esta entrada está dedicada a mi amiga Norma Gregori, que hace una versión maravillosa del tango De mi barrio.
.
4 comentarios:
¡Precioso artículo! Sólo leer estos nombres se nos pone la piel de gallina (o gallo, según el caso) Père-Lachaise es asignatura pendiente por esos vaivenes que tienen los viajes, es necesario ir con el tiempo suficiente para tantas paradas obligatorias y homenajes personales ¿también Proust está allí? Entonces tenemos esperanza para nuestro tiempo perdido…Jajajajajaja! Con Vos, aunque la compañía luce espectacular, no hay apuro, respiremos Fer.
Un abrazo gigante querido Amigo.
Susana:
De acuerdo. No hay apuro ni asignaturas pendientes. Me parece que esto se está convirtiendo en una agencia de turismo...
En realidad, también es una manera (barata) de viajar. El dato de ese paseo por Madrid lo saqué de la página de la Real Academia al usar el diccionario...
Un abrazo.
Mi curioso amigo
Épocas de épocas,tiempos que no regresaran;así como ellos,a nosotros que nos quede mucho por aquí.
Te abrazo.
América:
¡Eso! Mucho y bueno. ¡Y a sacarle el jugo!
Un abrazo
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