Las obras de hoy tienen el mismo escenario: los concursos de resistencia bailando en público que se popularizaron hacia 1930. La primera es una novela y la segunda una obra de teatro.
¿Acaso no matan
a los caballos? – novela de
Horace Mc Coy, 1935
Marathon – texto
teatral de Ricardo Monti, 1980
La
novela de Mc Coy transcurre en Los Ángeles, en los años de la Gran Depresión.
Gloria y Robert llegan, escapando de la crisis, con la ilusión de trabajar en
el cine. Sin suerte y muertos de hambre deciden presentarse a un concurso de
baile y resistencia con un premio de mil dólares a los finalistas. Una a una
las parejas se van eliminando por agotamiento y el premio aparece cada vez más
lejano, pero al menos tienen comida y alojamiento.
Los
participantes inician un descenso a los infiernos: deben bailar sin detenerse,
duermen parados unos pocos minutos y son sometidos a pruebas brutales o
ridículas para satisfacción del público que asiste al espectáculo. La diversión
está asegurada mientras mayor es el dolor ajeno. Los primeros reality shows hacían su presentación
pública (si obviamos el Circo Romano, los quemados vivos en la Inquisición, la
guillotina, etc., etc.)La novela metaforiza a la brutal sociedad capitalista de la época que cosifica a las personas y se regodea con someterlas y hacerlas objeto de las más bajas pasiones.
Sin esperanza para ambos Robert toma una decisión trascendente por la que es condenado. La novela comienza con la lectura de esa condena y luego la historia se desarrolla como un cinematográfico flash-back.
Fue
llevada al cine con Jane Fonda y Michael Sarrazine como protagonistas, con el
nombre de: Baile de ilusiones (en España Danzad, danzad
malditos) (They shoot horses, don’t they?), EEUU, 1969, dirección de Sidney Pollack, 120 min.
Cinco parejas participan en un concurso de baile mientras un animador dirige y sostiene el espectáculo con la ayuda de un guardaespaldas que acicatea y castiga agresivamente a los infractores de reglas que se modifican a conveniencia del espectáculo. Son las finalistas a un indefinido premio, otras han caído y abandonado con anterioridad.
Los participantes son humillados, pueden irse pero no lo hacen. Hay algo más que la violencia impulsando a los competidores a seguir “en el baile”: las miserias y pequeñeces a las que nos resulta muy difícil renunciar a nosotros, los miembros de la clase media (o simplemente a los humanos.)
Eso es lo mejor de la obra; lo más flojo a mi modo de ver es que toca demasiados temas (tiene 21 escenas) y fuerza la introducción de “supuestos mitos fundantes argentinos” como posible origen de todos nuestros males. Allí pierde universalidad y quiere abarcar más cosas de las que puede una obra de teatro. Como dice el animador al final: “Señores, si no fuera ridículo, esto sería una tragedia. ¡Y sigue el baile, damas y caballeros, sigue el baile!
Marathón se presentó en el Teatro Payró en 1980 con dirección de Jaime Kogan y se repuso en varias ocasiones, la última en el teatro Cervantes, en 2010 con dirección de Villanueva Cosse. El hallazgo de la similitud entre los dos textos es mérito de Hugo Paredero que la comentó hace unos años en su programa de Radio Nacional.
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3 comentarios:
Ví la película y es buena,bastante angustiante. Sin embargo,no es un hecho pasado, es muy actual. le copio lo que dice una crítica del libro:"McCoy reconstruye a través de situaciones angustiosas y de personajes apenas perfilados pero precisos, las continuas humillaciones a que son sometidos los concursantes por parte de especuladores sin principios, que se sirven de ellos como reclamo publicitario frente a un público tan desengañado y perdido como los propios participantes..."
¿Acaso no lo vemos actualmente en varios shows televisivos?
Por suerte creo que ningún caso en los últimos años ha terminado en un hecho policial:)
La obra de teatro no la conozco, pero evidentemente es el mismo cuento.
El comentario de la novela acá:
http://www.avistadepagina.es/2009/01/acaso-no-matan-los-caballos.html
Las primeras páginas que prometen una entretenida novela, de la que dicen que no es para espíritus sensibles,acá:
http://www.alfaguara.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/200701/primeras-paginas-acaso-no-matan-caballos.pdf
Marossa:
Coincido en que los dos núcleos centrales de la novela son: la reflexión sobre si vale la pena vivir una vida sufrida y sin esperanzas (es decir el suicidio como alternativa) y el uso disciplinador de la violencia-espectáculo para participantes y espectadores.
Sin dudas que los reality actuales son el nuevo formato que estos espectáculos tienen en la televisión, no muy distintos que las ejecuciones públicas, la quema de brujas y herejes por la iglesia, el arrojar piedras contra las mujeres, los latigazos, la imágenes de las torturas norteamericanas en Abu Graib, etc. etc.
Aunque la obra de teatro tiene una base similar, no la invalida en absoluto y le da otro tratamiento y nuevas vueltas al tema.
De lo que no estoy seguro es de si hubo por estos pagos este tipo de concursos. ¿Alguien podrá aportar algo al respecto? Quizá el Santi le pueda preguntar al Tata...
Gracias por los enlaces.
Un abrazo.
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