María Rosario Cipriota y Homero Expósito
María Rosario Cipriota fue docente, escritora de teatro infantil y poeta. Su obra más conocida, el libro de lectura FLOR de LINO, se usaba en la década del cuarenta, en primer grado superior, en las escuelas primarias. Era una de las “patas pedagógicas” de la construcción del concepto de Nación y de integración de los inmigrantes que se llevó adelante desde el Ministerio de Educación de la República Argentina.
Comienza con esta poesía:
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María Rosario Cipriota fue docente, escritora de teatro infantil y poeta. Su obra más conocida, el libro de lectura FLOR de LINO, se usaba en la década del cuarenta, en primer grado superior, en las escuelas primarias. Era una de las “patas pedagógicas” de la construcción del concepto de Nación y de integración de los inmigrantes que se llevó adelante desde el Ministerio de Educación de la República Argentina.
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Flor de Lino
Pequeñita, delicada,
Pequeñita, delicada,
¡flor
de lino!
Eres
joya de los campos
argentinos.
-¿Quién
colores tan hermosos
te
prestó?
-La
República Argentina
me los dió.
Es por
eso que me arraigo
con
amor.
¡Esta
tierra me ha robado
el
corazón!
Homero
Aldo Expósito (1918-1987), poeta, fue uno de los más
originales y finos letristas de música popular -especialmente de tango- de
todos los tiempos. Entre otras joyas, escribió Trenzas, Afiches, Percal, Pequeña, Naranjo en flor y Vete de mí; a
las que pusieron música los autores más excelsos del género. En 1947 compuso
con música de Héctor Stamponi este vals
Flor de lino
Deshojaba
noches esperando en vano que le diera un beso,
pero yo soñaba con el beso grande de la tierra en celo.
Flor de Lino,
pero yo soñaba con el beso grande de la tierra en celo.
Flor de Lino,
que
raro destino
truncaba un camino
de linos en flor...
truncaba un camino
de linos en flor...
Deshojaba
noches cuando la esperaba por aquel sendero,
llena de vergüenza, como los muchachos con un traje nuevo:
¡cuántas cosas que se fueron,
y hoy regresan siempre
llena de vergüenza, como los muchachos con un traje nuevo:
¡cuántas cosas que se fueron,
y hoy regresan siempre
por la
siempre noche
de mi
soledad!
Yo la vi florecer como el lino
de un campo argentino maduro de sol...
¡Si la hubiera llegado a entender
ya tendría en mi rancho el amor!
Yo la vi florecer, pero un día,
¡mandinga la huella que me la llevó!
Flor de Lino se fue
y el hoy que el campo está en flor
¡ah malhaya! me falta su amor.
Hay una tranquera por donde el recuerdo vuelve a la querencia,
que el remordimiento de no haberla amado siempre deja abierta:
Flor de Lino,
te veo en la estrella
que alumbra la huella
de mi soledad...
Deshojaba noches cuando me esperaba como yo la espero,
lleno de esperanzas, como un gaucho pobre cuando llega al pueblo,
flor de ausencia, tu recuerdo
me persigue siempre
Yo la vi florecer como el lino
de un campo argentino maduro de sol...
¡Si la hubiera llegado a entender
ya tendría en mi rancho el amor!
Yo la vi florecer, pero un día,
¡mandinga la huella que me la llevó!
Flor de Lino se fue
y el hoy que el campo está en flor
¡ah malhaya! me falta su amor.
Hay una tranquera por donde el recuerdo vuelve a la querencia,
que el remordimiento de no haberla amado siempre deja abierta:
Flor de Lino,
te veo en la estrella
que alumbra la huella
de mi soledad...
Deshojaba noches cuando me esperaba como yo la espero,
lleno de esperanzas, como un gaucho pobre cuando llega al pueblo,
flor de ausencia, tu recuerdo
me persigue siempre
por la
siempre noche
de mi
soledad...
Me gusta jugar con la fantasía de que el amor
trunco o el desamor a que remite la letra pueda haber sido el de alguna
compañera de escuela del poeta, con la que hubiera compartido el texto y su
temprana lectura. O que el nombre del libro haya sido el apodo de alguna escolar
enamorada, no correspondida y, por siempre presente entre el desasosiego y la
nostalgia.
Fernando Terreno.
2 comentarios:
¡Qué capo ese tal Expósito!
No sabía la historia del libro.
¡Un fuerte Arazo Pulpero!
Hola Cecilia:
Qué bueno tenerte por acá.
Te escribí y no salió,diciendo que la hija de Stamponi me dijo que ellos no tsnían ni la menor idea del libro , ni siquiera de si el lino tenía flor o no.
Pero la fantasía o el delirio no agrega ni quita nada al temazo ese.
Un abrazo para vos.
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