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Esta gran batalla naval fue una “bisagra” histórica fundamental por el curso que tomaron muchos acontecimientos vinculados con ella.
-Marcó el fin de la primacía de las GALERAS –embarcaciones de remos con una pequeña ayuda de velas- que poblaron el Mediterráneo desde los Argonautas y llegaron hasta el siglo XVII cuando fueron sustituidas totalmente por veleros, carabelas, fragatas, etc.
-Murieron más de 30000 combatientes y comenzó el ocaso de la influencia turca en el Mediterráneo.
-Estableció definitivamente la supremacía política del Cristianismo sobre el Islam.
-Mostró que el comercio solamente no alcanzaba para dominar el mundo.
Sin embargo se la recuerda por un hecho lateral, no menor, pero sin importancia política: fue la batalla donde Cervantes quedó manco. Podríamos decir que fue tan grande el genio de Don Miguel que opacó tamaña contienda o también que hace bastante que se impone la “trivialización” de las noticias.
En el golfo de Lepanto, Grecia, el 7 de Octubre de 1571 se enfrentaron, la Santa Liga, al mando de Don Juan de Austria (25 años), secundado por Sebastiano Veniero (75 años, Venecia), Antonio Colonna (por el Papa Pío V), Agustín Barbarigo (Venecia) y Gian Andrea Doria (Génova) y la flota Otomana, al mando del Almirante Alí Pachá, secundado por Mohamed Siroco (Egipto) y Ulluch Alí (flota de Argel).
La Santa Liga resultó victoriosa y sus miembros se repartieron el botín entre ellos, con gran disgusto de Pío V, que por considerarse el dueño de la idea, pretendía una porción mayor. El joven Don Juan, repartió de acuerdo a la contribución de cada uno a la “sociedad”; así fue que España, es decir el Reino de Aragón, incorporó Sicilia y media Italia. desde Nápoles hasta el sur; y quedó dueña absoluta del Mediterráneo, hasta Trafalgar, en 1805.
Para detectar a las galeras enemigas (y la amigas también) no era necesario el radar. Como los remeros estaban encadenados hacían sus necesidades sobre los mismos bancos desde los que remaban, de manera que el hedor era considerable y, viento mediante, era posible adivinar su presencia desde considerable distancia. De allí que ocupar las posiciones de barlovento no solamente tenía ventajas de estrategia naval, sino también olfativas.
Dicen las malas lenguas que a Don Juan, sin negarle sus dotes de gran marino, lo ayudó para la victoria un oportuno cambio de la dirección del viento, a poco de comenzar el combate.
En el Museo Marítimo de Barcelona –Las Reales Atarazanas- hay una reproducción en tamaño real de la galera que comandaba Don Juan de Austria en Lepanto. Tiene 60 m de eslora y 6,5 m de manga, se la puede visitar, subir a ella y sentarse al lado de uno de los galeotes para tomar el remo y darse una idea inmejorable de lo que debe haber sido ese combate y el fragor de la lucha. Y además está el agregado de que fue allí, en ese mismo lugar, donde se construyó la original.
Se puede hacer una visita "virtual" a dicho museo en:
http://www.mmb.cat/default.asp?idApartado=103
sábado, 26 de julio de 2008
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3 comentarios:
podias sustituir esa ilustración (de un barco fenicio? griego?) por la de una galera de verdad... no?
Efectivamente Julián, tenés razón. El barco de la ilustración es más antiguo.
Abajo puse un foto desde popa de la galera real de Don Juan de Austria y algunos datos constructivos.
Gracias.
usté está en todos los detalles!
mi admiración y respeto
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