lunes, 27 de abril de 2009

¿Automóvil o Bomba Atómica?

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¿Cuál de estos dos artefactos tecnológicos tiene más posibilidades de destruir a nuestro planeta?
Ahora que falleció J. G. Ballard (1930-2009) todos los suplementos literarios recuerdan su novela (¿de ciencia ficción?) Crash.
Estos fragmentos son parte de los comentarios que hizo el mismo Ballard acerca de su novela escrita en 1973, que fuera llevada al cine por David Cronenberg en 1996.

Crash, por supuesto no trata de una catástrofe imaginaria, por más próxima que pueda parecer, sino de un cataclismo pandémico institucionalizado en todas las sociedades industriales, y que provoca cada año miles de muertos y millones de heridos.
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Por supuesto, la función última de Crash es admonitoria, una advertencia contra ese dominio de fulgores estridentes, erótico y brutal, que nos hace señas llamándonos cada vez con mayor persuasión desde las orillas del paisaje tecnológico.


Siempre en la idea de mezclar "la biblia con el calefón" vale relacionar algunas ideas de la novela con las dificultades actuales que al transporte y al urbanismo le ocasiona el automóvil. Sin entrar en mayores honduras, si no podemos resolver el simple problema del tránsito de autos y taxis -me refiero a la Ciudad de Buenos Aires, pero puede hacerse extensivo a otras-, será más difícil aún plantear y resolver otros más complejos.
La foto de arriba, tomada de una página del Ministerio de Transportes de Colombia y que fue realizada por la Oficina de Planificación de la Ciudad de Münster, Alemania, da una idea acabada del desatino que significa el uso del automóvil como medio de Transporte Público.

J.G.BALLARD, Crash, Buenos Aires,1979, Ed. Minotauro

Más bibliografía sobre temas relacionados:
HERVÉ KEMPF, Cómo los ricos destruyen el planeta, Bs. Aires, 2008, Libros del Zorzal
G.SARTORI y G.MAZZOLENI, La Tierra explota, Buenos Aires, 2003, Taurus
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5 comentarios:

Unknown dijo...

Me recontra hice el bocho con esa película. Qué talento para apelar a lo más perverso del ser humano. Porque ahí no hay ningún alegato contra lo perjudicial del automóvil sino un llamado de atención sobre la erotización y estetización de la sangre, la mutilación y la muerte violenta que sin darnos casi cuenta nos está ganando de a poco. ¿Quién no recuerda al motociclista sangrando sobre el pavimento mientras era interrogado por Crónica TV? El tipo estaba de lo más orgulloso.

Anónimo dijo...

Si hay algo que sabemos , es que el Hombre , es el unico animal que terminara con el planeta, en este campo es en lo que mas avanzamos, como humanidad.

Susana Peiró dijo...

Muy buen Artículo, Fer!!!!

Aún a riesgo de parecer simplista, estoy con la teoría de una involución que nos devolverá -de prepo- a la época de las cavernas.

Terminaremos manejando un vehículo parecido al de Pedro Picapiedra! (The Flintstones)

Besazo Amigo y felicitaciones por tus líneas!

América dijo...

Hola,!..El hombre corre el riesgo de terminar,exterminar su propia especie,una tendencia auto destructiva a veces difícil de entender...

FLACA dijo...

El automóvil muy posiblemente termine con nosotros, pero cómo nos gusta viajar en él; llegar más rápido, no caminar hasta la parada, no esperar expuestos al frío,al sol o a la lluvia; zambullirnos en ese deslizarse mullido y suavecitos, reconfortados con el calorcito de la calefacción y acompañados de una buena música.¡¡¡ahhhh!!!...
Como dice Galeano, tanto joder con los cigarros y lo nocivo de fumar pero nadie prohíbe los autos.
Hasta ahora sólo conocí a una persona que de más joven decía que le gustaba andar en ómnibus y que le avergonzaba andar en auto.Ahora, con la edad, está aflojando, pero aún se niega a conducir.