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Carbono 14
La antigüedad de los restos arqueológicos orgánicos se determina, con buena precisión mientras no superen los 70.000 años, midiendo “el carbono 14 (remanente)” de la muestra.
El carbono 14 es un isótopo radioactivo natural que los rayos cósmicos crean, en pequeña cantidad, en la atmósfera, al colisionar contra ella. De allí es absorbido por las plantas y a través de ellas pasa a los animales que las comemos, proceso que se interrumpe con la muerte.
Como todas las sustancias radiactivas, el carbono 14 sufre un proceso de “decaimiento” o “desintegración”, en este caso se transforma en otro elemento. El plazo en que queda reducido a la mitad, se llama vida media y para él vale 5730 años. En 11.460 años se reduce a la cuarta parte y a los 17.190 años queda ⅛ de la cantidad inicial, es decir el 12,5%. Cerca de los 70.000 el remanente es del 1% y allí está el límite del método.
El descubrimiento y puesta a punto de esta aplicación para la investigación arqueológica lo realizó el equipo de Willard Libby, en la universidad de California, en 1946.
El hallazgo de la radiación y del decaimiento radiactivo comenzó con Becquerel en 1896, continuó con los esposos Curie y muchos grandes físicos y culminó con Fermi en 1934 que logró producir radiactividad artificial, es decir convertir a algunos elementos estables en radiactivos.
Hasta mediados del 1700 muchos eruditos y especialistas calculaban la edad de la Tierra, a partir de la Biblia, entre 4300 y 8700 años, según fueran cristianos o judíos (acá vale el chiste fácil de que la diferencia se debía a que los judíos incluían los intereses…). Hoy se sabe que diosito le erró fiero, tiene 4500 millones de años.
Hasta que se conoció el decaimiento radiactivo, todos las dataciones, bíblicas o científicas, estaban basadas en mitos, intuiciones y deducciones a escala humana.
Ahora sabemos que el uranio y el torio radiactivos, terminan convirtiéndose en plomo. Al pasar el tiempo, las rocas con uranio o torio, tendrán cada vez menos de ellos y más plomo, y de su relación podemos deducir grandes períodos de tiempo con precisión.
Para períodos “cortos”, unos pocos miles de años, el dosaje de uranio no sirve, porque su vida media es muy larga. Allí aparece el gran aporte de Libby al encontrar que los organismos vivos incorporamos con la alimentación una pequeña cantidad de carbono 14 radiactivo que se mantiene en equilibrio durante nuestra vida (la cantidad de radiación es pequeña y tolerable) y que luego de la muerte comienza a decaer.
Otra forma muy saludable y divertida de incorporarlo, es escuchar todos los días de 14 a 16.45 a Miriam Lewin y Eduardo Anguita más una serie de columnistas de lujo, mientras ponen al aire su programa Carbono 14, por AM 870 Radio Nacional.
Además de informar y entretener, ponen su mirada precisa sobre la historia reciente, ayudan a identificar fósiles reciclados y, sobre todo, acercan datos importantes para ver lo que podemos ir descubriendo en la maraña de la información.
En ese sentido, el programa hace honor al nombre que tiene.
-Carbono 14, conducido por Eduardo Anguita y Miriam Lewin en Radio Nacional AM 870, de lunes a viernes de 14 a 17 hs.
martes, 29 de septiembre de 2009
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1 comentario:
Como contradiciendo a ( DIOS ) a muchos no les va a caer bien ...pero no hay mas ciego que el que no quiere ver.
Me pregunto si es por eso que no hay ningun comentario.
Alejandro.
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