viernes, 18 de octubre de 2013

El monedero falso – Problema de ingenio



No se trata de un resumen de la novela Los monederos falsos de André Gide sino de un clásico problema de ingenio.
Hay 10 monederos con 10 monedas cada uno. Las monedas de 9 de esos monederos pesan 10 gramos cada una pero las del restante pesan 9 gr.
De modo que tenemos nueve monederos con monedas que pesan 100 gramos y uno que pesa 90 gr.
En el planteo habitual, se pide hallar el monedero falso realizando una sola pesada.
Puede utilizarse cualquier tipo de balanza, pero se lo debe identificar en una sola pesada.
Los lectores pueden pensar variantes posibles y, en caso de ser necesario, buscar las soluciones que aparecen en internet. Una de ellas, del diario Página12, donde Adrián Paenza lo publicó con una ligera variante y con la respuesta incluida.


Ahora bien, hay maneras de resolverlo sin efectuar siquiera una sola pesada. El que quiera poner sus neuronas a tratar de encontrar algún modo, puede hacerlo y, en caso de hallar algún camino posible, le agradeceré que lo ponga en los comentarios. De cualquier modo, pasados unos días y en el mismo lugar pondré la solución que se me ocurrió.

Gracias a Piero que me planteó por primera vez el problema.
Gracias a todos por la paciencia.
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3 comentarios:

juan pascualero dijo...

Conozco la solución (no por haberlo resuelto yo) pero ¡¿Sin pesar!? Saludos y esperando...

Fernando Terreno dijo...

juan pascualero:
Gracias por venir. Estaba empezando a creer que no le interesaba a nadie.
Acá va una de las soluciones sin usar la balanza, una de las más bonitas y simples, especialmente dedicada.
Un abrazo

Tome 10 vasos de plástico de los que se usan para servir gaseosas y coloque las monedas de cada monedero dentro de ellos. Disponga los vasos dentro de una fuente de profundidad adecuada y vierta lentamente agua en ella hasta que uno de los vasos entre a flotar. Ese vaso, el primero en flotar es el que corresponde al monedero falso. Si continúa agregando agua llegará un momento en que todos los vaso floten, pero el primero en hacerlo es el más liviano.

juan pascualero dijo...

¡Muy ingenioso! Aunque yo diría que fue una "pesada" con una balanza poco convencional. Y ahora viene el comentario típico: ¿cómo no se me ocurrió? Un abrazo.-