El gran Fitz y el gran
Tabucchi
Suave es la noche, de Francis Scott
Fitzgerald, novela (1934)
El pequeño Gatsby, de Antonio
Tabucchi, cuento de su libro El juego del
revés (1981)
Las obras de hoy hablan del (sin) sentido de la
vida, del futuro que retrocede, de la imposibilidad de satisfacer el deseo, del
desasosiego, los recuerdos y, a pesar de todo eso, de las pasiones que nos
mueven, en especial la de los escritores y su necesidad de dejarlo todo escrito,
bellamente.
El cuento de Tabucchi es una muestra de rendida
admiración por el gran escritor norteamericano, un homenaje merecido y
apasionado. Es un lector/escritor que repasa su vida y la de sus amigos asignándoles
los personajes de Suave es la noche,
mientras trata de escribir un cuento propio. En esa tarea va recortando
fragmentos de su admirado y de otros, como Virginia Woolf (un fragmento de Al faro) y logra un clima en que el “tiempo
es pérfido, nos hace creer que nunca pasa, y cuando miramos hacia atrás…”
Y termina su obra, con “…un final de Fitzgerald,
naturalmente.”
La novela es un romance enmarcado en los locos años 20, donde se describe la invasión/conquista
de Europa y la Costa Azul por parte de la alta burguesía estadounidense que no
sabía qué hacer con su dinero, producto de las enormes ganancias obtenidas con
la Primera Gran Guerra. Hay lugar para descripciones magníficas, retratos
sociológicos, un repaso del estado del Psicoanálisis, la Psiquiatría, y las
clínicas para enfermos mentales y unas descarnadas y filosas descripciones de
las aristocracias europeas y estadounidense.
Formalmente impecable, con su toque misterioso
que se revela en algún momento, y con unos cambios temporales que sobreponen y revisitan
los mismo hechos, fue llevada al cine 20 años después de la muerte de su autor,
en 1962, para la época en que Hollywood lo puso de moda.
Si bien todo gira alrededor de la pareja de
Nicole y Dick Diver, las voces de los demás protagonistas tienen un gran peso y
se sostienen en diálogos permanentes matizados por un narrador que a veces parece
desaparecer. La evolución de los personajes es, quizá, lo más extraordinario de
la novela.
El nacimiento de las estrellas de cine, el
descubrimiento de playas exclusivas y hasta una corta descripción del Tour de France, todo es una joya, es
difícil encontrar partes olvidables. Aún en lo minucioso y detallista, el
relato es exacto, económico y, sobre todo, bello.
El juego del revés acá:
.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario