jueves, 3 de junio de 2010

Especialidades médicas - Humor

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Médicos especialistas - Humor

Los integrantes de aquella excursión a cazar patos tenían muchas cosas en común: espíritu de aventura, una amistad de varios años cimentada en Servicios de diferentes Hospitales, y eran, cada uno en lo suyo, todos médicos especialistas.
Llegaron muy temprano a la laguna, todavía era oscuro, y esperaron pacientemente en el bote el avistaje y la llegada de las aves con las escopetas listas.
El primero en tirar sería el Clínico y la oportunidad llegó en seguida, cuando una pequeña bandada se asentó en las cercanías. Como pasaba el tiempo y no disparaba, lo interrogaron en voz baja y respondió:
-Calma muchachos. No estoy seguro de que sean patos. Presentan algunas características de los patos, pero muchas veces se dan casos de aves similares y resulta que son gallaretas o avutardas. Quiero continuar la observación hasta poder estar seguro de que sean patos y no cualquier otra cosa. No puedo asegurar que sean patos, lo que se dice patos…
-Largá, largá. Pasáme el arma, dijo el Psicoanalista, -y apuntó con decisión.
Pero pasaban los segundos y tampoco disparaba, por lo que, en voz baja le preguntaron el motivo:
-Me colgué, estoy apuntando al bulto, al grupo familiar y de repente me vino a la mente el pato como individuo, como arquetipo de su especie y me pregunté si tendrán los patos conciencia de sí mismos, de su “pateidad” digamos…
-¡Andate al carajo y dame esa escopeta a mí!, le dijo en voz alta el Traumatólogo, lo que espantó a los bichos que salieron volando.
Hubo que esperar más de media hora hasta que otro grupo se posara a tiro.
-Fijate en el largo del fémur y de la tibia de esa garza, de la blanquita. Esa no es un pato, pero decime si no es una belleza. Si entre las aves hubiera traumatólogos, casi con seguridad las garzas serían las pacientes más frecuentes, porque si las miran con detalle se darían cuenta que...
Pero el Cardiólogo ya le había quitado el arma y estaba dispuesto a comenzar de una vez por todas.
-Los patos no tienen problemas de corazón. ¿Vieron que se usa decir “tiene sangre de pato”? Los que sí tienen son los colibríes, les late el corazón a 400 pulsaciones por minuto y terminan siempre…
Al momento el Anestesista, empezó a decirle que tirara de una vez por todas, pero el Cirujano, que era el único que se había mantenido callado, notó que la bandada había comenzado a alterarse. Empezaba a amanecer y le pareció que de un momento a otro saldrían espantados, por lo que apuntó su escopeta de cinco tiros a repetición y los disparó, uno tras otro. A algunos los agarró en el agua y a otros en el aire.
Cuando terminó el desparramo y el ruido y el humo se disiparon, se dirigió al Anátomo-patólogo y le dijo:
-¿Por qué no los mandás a buscar y averiguás si alguno era un pato?


El doctor José Luis Barisani, cardiólogo, me contó este cuento hace ya tiempo. De modo que, por favor, los aplausos, las alabanzas, las quejas y los reclamos deben ser dirigidas a él, en especial los dos últimos.

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3 comentarios:

Marple dijo...

Hola Fernando:
por mi observaciones y relaciones de amistad con médicos sé que el cuento está buenísimo.
Supongo que sucederá en todas las profesiones, pero cada especialidad médica corresponde a un tipo de personalidad .
Podría darte una conferencia sobre el tema, pero el objetivo del post es el humor y lo consigue.

JOAQUIN DOLDAN dijo...

como odontólogo hasta escribí un libro "la cita y más artículos para dentistas" (se baja gratis por internet)
así que imaginate!

Fernando Terreno dijo...

Marple:
Sabía que lo ibas a disfrutar.
Joaquín:
Ya mismo voy en busca de tu libro y te adelanto que nunca fui tan tranquilo al encuentro con un dentista!
Un abrazo